De la Rúa recibió «apoyo y comprensión» de Bush al plan económico

NUEVA YORK, Estados Unidos.- El presidente Fernando De la Rúa logró ayer el cometido que se había fijado para su viaje a Nueva York, al recibir «el apoyo y la comprensión» de su par de Estados Unidos, George Bush, durante el encuentro de media hora que mantuvieron aquí y en el que se trataron como «amigos».

Feliz por el contenido de la conversación que tuvo con Bush, en la suite presidencial del Waldorf Towers en el piso 36 del famoso edificio del centro de Manhattan, De la Rúa aseguró que su colega del país más poderoso de la tierra le hizo saber que Estados Unidos «acompaña y apoya a la Argentina».

Según reconoció De la Rúa, fue el propio Bush quien se preocupó por abordar la situación económica de Argentina, ya que «la siguen con mucha atención y cuidado» y, según dijo, coincidieron en confiar en que «la economía se recupere», incluyendo en el concepto a Estados Unidos que también sufre una recesión.

«Fue muy colaborativo, tuvo expresiones de mucha confianza, de apoyo para nuestra economía y programa, y dijo que contaremos siempre con esa comprensión y apoyo», reseñó De la Rúa sobre el resultado del encuentro que, reconoció, tuvo «un gran valor» para su adminitración.

Consignó que le explicó el programa «inédito» lanzado hace diez días que contempla la reestructuración de la deuda pública y le aclaró que se está cumpliendo el déficit cero «con esfuerzo» para «evitar el default», a la vez que recalcó que estaba «en contra de la devaluación».

«El compartió esto, que de ningún modo Argentina debe llegar a esa situación, que debe evitarse absolutamente que se dé, y que debemos trabajar con los organismos de financiamiento internacionales» para avanzar en un entendimiento en lo referente a la deuda externa, aseguró.

Además informó que le hizo saber a Bush que «en los momentos que vivimos, la opinión de la administración americana tiene una gran importancia para nosotros» y subrayó que «que estamos trabajando firmemente para el saneamiento de nuestra economía».

Con respecto a la discusión que todavía mantiene el gobierno con los gobernadores justicialistas por el tema de la coparticipación federal, De la Rúa indicó que solo «fue mencionado», pero no se profundizó en la cuestión ya que se tomó como «un elemento más de las acciones» que desarrolla su administración.

Al avanzar sobre esa cuestión, relativizó que la decisión de los peronistas de firmar el acuerdo que ya firmaron los gobernadores de la Alianza dependiera de «una señal externa», pero de todas maneras enfatizó que «si se esperaba una señal positiva, ésta se ha dado».

De paso, frente a los periodistas emitió un mensaje directo a los mandatarios de la oposición: «Invoco a la responsabilidad y patriotismo de los gobernadores para resolver cuanto antes una situación que está teniendo efectos de hecho y lo mejor es darle carácter de derecho a través de la firma de los acuerdos».

«Lo que yo anuncie al país y al mundo voy a cumplirlo», aseveró el presidente en cuanto al programa económico en ejecución, aunque admitió que para eso resulta indispensable que «se reactive la economía» lo cual «viene de la mano del aumento del crédito y la reducción de las tasas de interés».

En una conferencia de prensa que ofreció en su suite del Hotel Plaza, poco después del encuentro con Bush, el jefe de Estado comentó que en los 30 minutos que duró la charla le transmitió su «solidaridad en la lucha contra el terrorismo», tras los atentados de los que ayer se cumplieron dos meses, y el «dolor por las víctimas» que dejaron los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

Sobre el particular dijo que luego de recordarle que Argentina sufrió dos ataques terroristas en la Embajada de Israel y la sede de la AMIA, felicitó a Bush «por las acciones que desarrolla en defensa de la paz y por la seguridad», en momentos en que Estados Unidos realiza una operación militar en Afganistán en procura de atrapar al terrorista saudí Osama Ben Laden.

Además, De la Rúa le comunicó a su colega norteamericano la decisión argentina de participar en «misiones de paz» en Afganistán, una vez que retorne la paz en ese país que está siendo bombardeado por las fuerzas norteamericanas.

«Estoy muy contento por el encuentro, que lo deseaba, porque siento por él una gran admiración y tenemos un compartido sentimiento de afecto y de amistad», informó visiblemente satisfecho por el aval recibido de parte de Bush.

Otros de los puntos que tocaron en el encuentro fueron los referidos a la seguridad en Argentina, especialmente en la zona de la Triple Frontera; del avance de la negociación del cuatro más uno, de que el canje de deuda fue adoptado tras una idea que realizó en agosto el secretario del Tesoro norteamericano, Paul O»Neill.

Entre estos aspectos, De la Rúa destacó que solicitó «de modo especial» que se activara el mecanismo de consulta entre ambos países «para incorporar temas vinculados al comercio».

«Fui claro en que no venía a pedir fondos, aporte adicional de recursos, que la cooperación era ese «apoyo» y el avance para las integración de mercados y el desenvolvimiento del comercio, que nosotros sufrimos mucho por las restricciones existentes», puntualizó el primer mandatario.

De la Rúa contó también que con Bush hablaron de «temas de carácter reservados», que se cuidó de revelar, aunque se supo que estuvo relacionado con el accionar militar de Estados Unidos en su combate contra el terrorismo para el que norteamericano «está convencido que va a obtener una victoria para que vuelva la paz rápidamente» .

Por último resaltó que «el esfuerzo que hace Argentina merece un reconocimiento como el que ha expresado Bush, expresandose amigo y reconociendo las acciones que llevo adelante como presidente». (DYN/EFE)

«Amigou»

  George W. Bush siempre buscó seducir a los latinoamericanos que viven y votan en los Estados Unidos hablándoles en español, el segundo idioma en este país. Y cada vez que puede lo practica. Como ayer, cuando se cruzó a De la Rúa. «Me alegro de verte, amigou», le dijo Bush a De la Rúa cuando se encontraron en un pasillo de las Naciones Unidas, luego de los discursos y antes de un almuerzo que ofreció a los mandatarios el secretario general de las Naciones Unidas.