De niños a “menores”: una Justicia entre dura y ausente para la niñez de la Patagonia

En esa época el “niño” era aquel que provenía de una familia legalmente constituida y que asistía a la escuela y “menor” el que no iba a la escuela, o que provenía de algún lugar desorganizado. Son tutelados por la Justicia y tienen una serie de limitaciones en su vida.

En su libro, el historiador Enrique Mases dedica un buen espacio a detallar la distinción entre “niños” y “menores” que hace la Justicia y que definirá buena parte de su futuro.

“Esa distinción se producía con la judicialización. En esa época el “niño” era aquel que provenía de una familia legalmente constituida y que asistía a la escuela y “menor” el que no iba a la escuela, o que provenía de algún lugar desorganizado. O eran huérfanos, o tenían problemas con la ley. Eso tiene toda una serie de implicancias porque los chicos que entran dentro de la categoría “menor” son tutelados por la Justicia y tienen una serie de limitaciones en su vida, pasan a ser controlados y en muchos casos encerrados , con explotación laboral a cargo del Estado o de los particulares y siendo extrañados de sus familias para ir a instituciones. Los salesianos también educan a los niños, pidiéndoselos a los progenitores indígenas, para formarlos en las escuelas de artes y oficios” explica Masés.

Por otra parte, agrega Mases «desde Buenos Aires se visualiza que esta situación no pasa, porque a la Patagonia se considera un amplio desierto donde no está en la podredumbre y la miseria de la ciudad y el viento y la naturaleza hacen hombres fuertes. Eso lo va a describir Roberto Arlt en sus aguas fuertes patagónicas. Pero cuando llega a Neuquén, se baja del tren y ahí se da cuenta que era todo lo contrario: ve niños débiles y enfermos que tienen una infancia dramática. No es el ideal que ellos visualizaban en Buenos Aires en una charla de café» señala.

Fortaleza y debilidad de ser un libro pionero


Mases sostiene que el mayor mérito de su libro es también su principal debilidad: es un trabajo pionero en el área de investigación desde la historia social de la niñez rural en la Patagonia, al menos con este nivel de amplitud.

La también historiadora Beatriz Gentile, que también es rectora de la Universidad del Comahue, escribió el prólogo del trabajo. Lo califica de “Un estudio original que, desde el mejor aporte de la historia social, pone en evidencia tres condiciones de subalternidad y desigualdad en la argentina de las primera décadas del siglo XX: ser niño, crecer en un ámbito rural y vivir en la Patagonia. Tres circunstancias que amalgaman en una trama de negación de derechos sociales, exclusión de derechos políticos e inequidad material”.

El trabajo se divide en cinco partes: el escenario patagónico y sus actores, las condiciones materiales de vida de la niñez, la sociabilidad y el juego , el mundo del trabajo infantil y la relación de la niñez y la Justicia.

En la introducción del libro, el historiador señala que si bien la historia social de la niñez ha sido una de las áreas de la discipina con mayor desarrollo en los últimos años, no ha sido así en la Patagonia, donde existía un vacío que esta obra pretende comenzar a llenar.

P: Hoy hay derechos que parecieran garantizados, pero a principios del siglo XX eran bastante relativos, la niñez era concebida desde otra perspectiva.

R: La niñez, aparece como un tema bastante invisibilizado dentro de la historiografía, no sólo regional, sino también nacional. Nosotros la definimos como una construcción social y cultural, que cada sociedad se da en su momento y en su época. Es un término relativamente nuevo ¿Cuándo se empieza a hablar de niñez? En los siglos anteriores, se hablaba de adultos o personas menores, no de la niñez, entendida como ese estadio autónomo que va desde el nacimiento hasta la madurez o la emancipación de esa persona. Ahí tenemos dos problemas: uno era que la niñez aparecía básicamente como un tema o como un actor invisibilizado, así como el género y las etnias aparecían escasamente destacados. Yo te diría de los 90 para acá empieza a hablarse de la niñez, pero los primeros trabajos académicos relatan a la niñez urbana y se dice niño o menor. O algunos pocos temas aislados que tienen que ver con la niñez, como por ejemplo el trabajo infantil y el tema del abuso sexual. Esto empieza a modificarse en los años 90 cuando empieza a destacarse el concepto de desigualdad. Primero lo trabajan fuertemente economistas y sociólogos, pero no tanto los historiadores y nosotros, los historiadores sociales, nos enfocábamos en las desigualdades económicas, encerrados en este esa antinomia entre capital y trabajo y lo recortamos en el movimiento obrero o de los trabajadores. Pero ya desde los 90 empezamos a entender que la desigualdad también existe fuera del mundo de trabajo: la desigualdad de género, la desigualdad con las minorías raciales y la desigualdad con la niñez. Entonces a partir de ahí empiezan estos trabajos.

Como en el plano regional no había nada sobre la niñez rural decidió hacer esta investigación y por eso “este libro tiene debilidades y fortalezas por ser novedoso: su fortaleza, es que es un libro pionero, abre un camino. Y la debilidad es que al ser el primero uno no tiene punto de comparación, entonces pude haber dejado agujeros difíciles de cubrir en el análisis o en el tema de fuentes. Yo lo que espero es que sea de alguna manera un camino para que otros historiadores enfoquen el tema, rebatan lo que yo escribí o lo complementen, pero que ayuden a darle visibilidad al tema” concluye .


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