El 17 de octubre en Río Negro y Neuquén tuvo perfiles y modalidad propia

En 1945, en los territorios nacionales no hubo movilizaciones y en cierta medida, se expresaron actos de oposición a la figura de Perón. Pero todo cambiaría años después, como muestran algunos documentos.

La percepción de la figura de Perón fue cambiando con los años en la Patagonia.

Hace ochenta años se producía uno de los eventos que fracturó la historia argentina. El 17 de octubre de 1945 masas de obreros se movilizaron y llegaron a la Plaza de Mayo. Exigían la liberación de Juan Perón que días antes había sido despojado de su importante cuota de poder dentro del régimen militar nacido el 4 de junio de 1943.

La historiografía sobre el origen del peronismo cuenta con variados debates sobre lo ocurrido en aquella fecha y sus implicancias en el vínculo entre la clase trabajadora y Juan Perón. Sobre todo, en las últimas tres décadas se ha analizado el papel de la CGT en ese 17 de octubre, el rol de Eva Duarte, la inorganicidad de los obreros y sindicatos de base, la vacilación de los militares a cargo del gobierno y las acciones opositoras, igual que los rituales y la atmosfera “carnavalesca” de las multitudes movilizadas También se amplió la dimensión espacial de aquella fecha y de los días siguientes con lo sucedido en ciudades como Berisso, La Plata, Rosario, Tucumán, Bahía Blanca, entre otras.

Aun con toda falta recoger nuevas evidencias de aquel 17 de octubre en lugares donde no hubo movilizaciones y en cierta medida, se expresaron actos de oposición a la figura de Perón. En Neuquén y en parte del Alto Valle de Río Negro, ciertos dirigentes obreros y sectores de sus sociedades estuvieron lejos de identificarse con lo sucedido en esa fecha. Pero al poco tiempo todo cambio y su conmemoración fue de tal relevancia que colocó a la región en sintonía con las representaciones que se produjeron frente a lo ocurrido en Plaza de Mayo o las calles de Berisso y La Plata. Como si la región hubiera participado de aquellas jornadas.

Vamos por algunos casos. En su primer año, el 17 de octubre 1946, en un acto en Viedma alzó la voz de Micaela García, una joven estudiante. Un diario recogía su discurso: “Mujeres aquí reunidas a ustedes les pido la unidad inquebrantable, ahora más que nunca, es el preciso momento de ser más unidas, porque nuestro General Perón en su plan quinquenal entra el voto de la mujer libre como el hombre, podremos votar y tener sus derechos con esos derechos podremos defender nuestros problemas que tanto nos azotan”. Aquí esa fecha es pensada para los derechos al voto de las mujeres.

En el Territorio de Neuquén, a poco de iniciar la primavera de 1948, el gobernador recibe una carta del director de escuela de Piedra Pintada, paraje próximo a Aluminé, afirmando que le era imposible asegurar la concurrencia de todos los niños a clase debido a que los mismos carecían de ropa y calzado: “De ahí que recogiendo las innumerables suplicas de padres y madres de familia me dirijo a S. E. con el fin de solicitarle que mitigue con cualquier envió de ropa, de cualquier medida o estado, la angustiosa situación por la que atraviesan los pobladores de Piedra Pintada”. En el último párrafo de la nota, se dice que: “para honrar y recordar la magna jornada del día de la lealtad Popular, me permito proponer, si esto fuera posible que el reparto se efectué el 17 de octubre”. Con este testimonio la fecha es considerada oportuna para las realizaciones materiales de una comunidad de frontera.

El 17 de octubre de 1950 debía realizarse el último tramo del Gran Premio Ciclista Regional del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, evento instituido desde el año 1944. La coincidencia entre la fecha clave para el peronismo y el día de la carrera que al poco tiempo comenzó a llamarse “Vuelta al Valle”, llevó a un fuerte cuestionamiento por parte de los sindicatos locales. La seccional de Allen de la Unión Obrera de la Construcción envía una carta a las autoridades rionegrinas para pedir que se difiera la competencia deportiva. En la misma se resalta la importancia de la celebración del Día de la Lealtad hacia Perón “a quién, hace cinco años arrebatamos de las garras de la oligarquía, en una magistral fuerza del poderío sindical, que el Señor Gobernador conoce”.

Seguidamente, se argumenta que la fecha debe estar limitada exclusivamente a recordar aquel momento, ya que “la masa obrera debe estar circunscripta, única y exclusivamente, a la celebración de la gloriosa efemérides revolucionaria y peronista, por encima de otra inquietud o preocupación que podrían desviar la preocupación de los trabajadores, ya que tenemos una cita de honor con nuestro líder”. Aquí se reclama que la fecha sea compromiso excluyente, sin distracciones.

Un día después de la muerte de Eva Duarte, el 27 de julio de 1952, una resolución de la Gobernación de Río Negro convocando al duelo, decía “Que Eva Perón encarnó la esencia pura de la histórica jornada del 17 de octubre de 1945, al constituirse en baluarte inexpugnable de las masas obreras argentinas por cuya felicidad y bienestar colectivo brego con empeñoso cariño”.

Todos estos casos revelan que la conmemoración del 17 de octubre de 1945 en lo que van a ser provincias como Río Negro y Neuquén tuvo diversos significados. Aquellas que nos hablan de un sinnúmero de memorias sostenidas en el tiempo.


La percepción de la figura de Perón fue cambiando con los años en la Patagonia.

Hace ochenta años se producía uno de los eventos que fracturó la historia argentina. El 17 de octubre de 1945 masas de obreros se movilizaron y llegaron a la Plaza de Mayo. Exigían la liberación de Juan Perón que días antes había sido despojado de su importante cuota de poder dentro del régimen militar nacido el 4 de junio de 1943.

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