Un “gol al arco iris” de boletas: las estrategias electorales en Río Negro

Eliana Medvedev Luna* Mirian R. Maldonado**


Parece abrirse un “sistema de neo-coalicionismo de partido predominante”, con acuerdos de estilo parlamentario, donde JSRN es la fuerza preponderante y los partidos tradicionales pierden identidad.


Alberto Weretilnek, distanciado del Frente Grande y enfrentado al Justicialismo, necesitaba en 2015 una etiqueta partidaria para presentarse en las elecciones y renovar su mandato. Así surgió Juntos Somos Río Negro como coalición preelectoral. Sus promotores eran miembros de cuatro fuerzas subnacionales: Unidos por Río Negro; ReDes -Renovación y Desarrollo Social-; Partido Victoria Popular y Movimiento Patagónico Popular.

La consolidación como Partido de Gobierno, alrededor del liderazgo de Weretilneck, hizo que rápidamente migraran y se incorporaran al espacio, miembros de las elites del PJ, la UCR, el Frente Grande y algunos partidos vecinalistas.

La Fórmula Weretilneck-Pesatti obtuvo el 52,80%, sobre el 33,94% de la segunda fuerza. Este resultado electoral le generó a JSRN el reconocimiento como partido provincial exitoso. En las elecciones provinciales de 2019, Weretilneck impulsó la fórmula Carreras-Palmieri y logró que JSRN consiguiera nuevamente el triunfo por el 52,63% sobre el FpV, que alcanzó el 34,97%. El líder de JSRN, con su propuesta Acá AW -arriba quien prefieras- pudo saltar la grieta y colarse con el verde provincial, entre el blanco o negro nacional.

A mediados de 2022, comenzó a delinearse y construirse el “Gran Acuerdo Rionegrino”, una estrategia de coaliciones sui géneris entre Juntos, la UCR y el PJ. La bancada oficialista modificó la ley Electoral y de Partidos Políticos: elecciones adelantadas, separadas de las Nacionales, oficialización de la adhesión a candidaturas entre distintos partidos, en los tramos en los que no se presenten candidatos propios, e incorporación de boletas de colores.

El 16 de abril, el arco iris de boletas le facilitó el triunfo a JSRN que se presentó con el número 431 y una papeleta verde esperanza. La UCR combinó -con un toque navideño- el verde 431, con el rojo y el tradicional 3, en los tramos de legisladores por circuito y representación poblacional. El PJ, en la alianza Nos Une Río Negro, pintó de azul la fórmula, en su adhesión a la candidatura a gobernador y presentó tramos propios para legisladores.

Alberto Weretilneck es el nuevo gobernador. Alrededor del 24% de los votos corresponde a su espacio, suma un 7% con la boleta de adhesión de la UCR y casi 11% con la 427 de Nos Une Río Negro. Se impuso con el 42% de los votos, contra el 23,90% de la Alianza Cambia Río Negro.

Apatía electoral


¿Qué pasó, porqué este resultado, dónde fue la diferencia de votos con la anterior elección a gobernador?

La elección estuvo signada por la apatía electoral: sólo votó un 60% del padrón. El desinterés y la deserción probablemente se originaron en el cansancio, la inconformidad y el enojo con la gestión Carreras. Policías acampando frente a las comisarías; docentes reclamando en la calle, aulas vacías y los chicos sin clases; el personal de salud en retención de servicios y colas desde la madrugada para obtener un turno; un gremio estatal de paro y en campaña. La larga lista de obstáculos y dificultades que debió sortear la fórmula se tradujeron en la perforrmance más baja del partido subnacional desde su fundación.

También incidió la nacionalización del escenario provincial. La irrupción de Primero Río Negro, referenciado con Javier Milei y sus rugidos, se tradujo en un 9.17%; sumada a la estrategia de asociar a Weretilneck con los K, que llevó adelante Cambia Río Negro, le dio el resultado de 23,90%.

Certificados de escrutinio con un diseño defectuoso que dificultó la sumatoria de votos multicolores a los candidatos; ausentismo y escasa capacitación de las autoridades de mesa, que tenían inconvenientes para imputar los votos diversos al tramo que encabezaba la boleta; reglas poco claras para el recuento provisorio de datos, con un formato de papeletas novedoso, hicieron del escrutinio un proceso largo y tedioso.

El 10% de votos que no fueron a la fórmula Weretilneck-Pessati aparentemente aterrizaron en la paleta de Tortoriello o las fauces del león, ya que la sumatoria de los binomios justicialistas no llega al 20%.

Con el diario del lunes, pareciera inaugurarse un nuevo escenario político. Vamos rumbo a un sistema de “neo-coalicionismo de partido predominante”, con acuerdos de estilo parlamentario en el que, a partir del cambio en las reglas electorales, JSRN se posiciona como fuerza provincial preponderante, detrás de su líder transaccional. Los partidos tradicionales, vacíos de liderazgos, mantienen escasamente su identidad, a través de la adhesión de boletas.

Está claro que no fue magia, no hubo milagro, nadie hizo brujería, fue una estrategia electoral acertada que permitió al piloto llevar el barco a buen puerto. Queda el interrogante de si, una vez asumido los mandatos, esta coalición sui géneris -que funcionó electoralmente- cuajará como coalición de gobierno.

* Lic. en Ciencia Política – Consultora, Coach y Analista política. Doctoranda en Estudios Políticos y culturales

* Mg. en Estudios Políticos. Doctoranda en Estudios Políticos y culturales


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