Un proyecto político-económico y la resistencia local: otra lectura posible

El intento de Requeijo de impulsar el polo de desarrollo provincial de Viedma y zona de influencia, extrayendo recursos del Alto Valle, fue uno de los principales desencadenantes de la protesta.


Las transformaciones económicas y las tensiones geopolíticas que produjo el modelo desarrollista están entre las causas de varios conflictos.

Memoria -presente eterno- e historia -representación problemática del pasado-, se encuentran en disputa permanente. Hoy nos encontramos en la tensa frontera de la memoria personal y la reconstrucción histórica. Hemos transitamos de participe adolescente de los acontecimientos de la década del setenta a historiadora. En 1969, conjuntamente al Cordobazo, Rosariazo y otros fenómenos nombrados con ‘azos’ que se desplegaron posteriores a la trascendencia del mayo francés, en la región se produjeron huelgas y protestas sociales. La huelga llevada adelante por los obreros de las obras de El Chocón es una de las primeras de una serie de manifestaciones obreras y de productores valletanos -clases medias agrarias-, al igual que la menos difundida -en la esfera local y nacional- protesta y huelga de los trabajadores de la empresa INDUPA-industria química-.

El contexto


No estuvieron ajeno a ello los gobiernos locales nombrados por el ‘onganiato’ (1966-1969) para administrar la provincia, algunos fueron jaqueados por protestas sociales difíciles de contener, tales como la ‘rebelión popular’ en Cipolletti (1969), la ‘desobediencia social’ en Bariloche (1970) y la resistencia socio-política´ en Roca con dos actos -en menos de un año-, (julio de 1972 y marzo de 1973) de una misma tragedia.

Los continuos cambios y el origen de los intendentes nombrados para Bariloche explicitaron una militarización del cargo. En todos los casos los conflictos estuvieron liderados por -antiguos vecinos, productores, comerciantes con cierta relación con sectores económicos nacionales, abogados que, en algunos casos, actuaron como ‘intelectuales orgánicos’, estudiantes secundarios y universitarios. En estas ‘puebladas’ la ciudadanía cerró filas al interior de las ciudades de manera ‘comunitaria’ y el antagonista es externo -otra ciudad, el gobernador, el gobierno nacional- que afecta el desarrollo de los intereses locales.

Las consecuencias socio-económicas y geopolíticas de un ‘modelo desarrollista’ hacia el este de la provincia fue solo un aspecto del acción del gobierno dado que la coyuntura política que el gobernador proyectó con fondos de la renta frutícola, clave en el producto bruto geográfico, obras de infraestructura que supusieron no sólo el deseo de atenuar las desigualdades de desarrollo en la provincia, sino que sostenían una política basada en el reparto de favores políticos.

General Roberto Requeijo

El intento de del Gral. Roberto Requeijo que fue impulsar el polo de desarrollo provincial de Viedma y su zona de influencia, extrayendo recursos del Alto Valle, se constituyó en uno de los principales desencadenantes de protesta de la sociedad roquense, en particular, las clases medias de la continuación del modelo iniciado en la gobernación de la UCRI (1958-1962).

Sectores dirigentes locales consideraron que la administración militar prescindía de sus intereses y la influencia tradicional que ejercían las ciudades con mayor crecimiento, volcándose a comunidades más pequeñas y distantes que se fueron adhiriendo a las aspiraciones políticas del gobernador en ejercicio.

El gobierno contó con un incremento de los recursos provinciales provenientes de préstamos de organismos de créditos internacionales (BID) que destinó mayoritariamente a las zonas atlántica y sur, asegurándose apoyos suficientes para, en el momento de la apertura política, instrumentar y organizar un partido propio que impulsara su candidatura.

Nueva clase dirigente


Entre otros factores y dimensiones a tener en cuenta en una reflexión histórica en clave comarcal, es la conformación de nueva clase dirigente, económicamente fuerte desde el proceso de concentración frutícola pero sin representación en el ámbito político, que buscó disputar el poder de la dirigencia de Roca que, durante la etapa territoriana y en los primeros años de la nueva provincia, fue hegemónica en poder político provincial por su crecimiento, su expansión comercial y cultural, entre otros elementos a tener presente.

En líneas generales, se evidencia una asimetría en cuanto al contenido social y generacional de la protesta, las tácticas y las estrategias. Por una parte, los jóvenes estudiantes secundarios y universitarios se expresan contra las fuerzas de seguridad y despliegan acciones violentas que fueron fuertemente reprimidas con tanque hidrante. Por otra parte, los dirigentes que negociaba con distintos representantes del poder, continuaban requiriendo del pueblo acciones de ‘desobediencia’. Los sectores populares, con motivaciones muy variadas, se unen a las protestas que se manifestaba en el centro entre las plazas.

Mientras tanto el presidente Agustín Lanusse recibía el malestar de sectores del ejército el general retirado Requeijo tenía aspiraciones de llegar al gobierno en las próximas elecciones. Paradójicamente, estas aspiraciones son compartidas por él: aunque finalmente no lo logra, Lanusse barajaba por aquellos días la posibilidad de ser candidato a presidente.

Si bien a principios de la década del setenta comenzaron las críticas a los proyectos desarrollistas por favorecer la polarización regional, la dependencia económica y el fuerte intervencionismo del Estado, en el caso provincial, el gobierno de Roberto Requeijo (1969-1972) y sus acciones y decisiones provocaron conflictos entre las diferentes localidades que pugnaban por ser las depositarias de los fondos para el desarrollo de infraestructuras y los beneficios del asfalto de rutas claves para la integración.

En este contexto Las acciones políticas y sociales desplegadas por vecinos, ciudadanos, dirigentes, comerciantes, estudiantes, amas de casa, docentes, productores que están frescos en la memoria colectiva de los roquense, tras cincuenta años de los sucesos, constituyen un hecho histórico clave en la historia local.

Trama de poderes, de intereses encontrados, continuidades y rupturas y silencios, lo no dicho, que también es hilo para la urdimbre donde escribir nuestra historia.

Cerrando estas reflexiones, cabe apuntar que en los comicios del 11 de marzo de 1973, en Roca, el general Requeijo y su partido -PPR- solo obtuvo 452 votos sobre 5721 de la UCR y 6789 del Frejuli. Sin embargo, el PPR ocupó el segundo lugar en la provincia el peronismo salió vencedor, mientras que el radicalismo quedó como tercera fuerza.

(*) Historiadora. Docente e investigadora del Centro del Estudios Históricos de Estado, Política y Cultura (CEHEPYC), Universidad Nacional del Comahue, Neuquén, Argentina.


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