Abuso de menores en Independiente: “Se aprovechan de que acá estamos solos”, dijo Joaquín, el joven cipoleño que pasó de imputado a víctima

Por primera vez desde que estalló el escándalo de abuso en Independiente, habló Joaquín V., el joven cipoleño acusado en principio como facilitador cuando en realidad era otra víctima.

¿Adónde los llevaban?

“A todos lados, departamentos en Palermo, San Isidro, Sarandí, hasta en La Plata. Pero pasa en muchas pensiones, no solo en la del club. Recién ahora que pasó todo esto entiendo el quilombo en el que estaba metido. Se aprovechan que acá estamos solos y para los pibes es plata fácil”.

Joaquín V, el joven cipoleño involucrado en el escándalo de abuso y corrupción de menores en Independiente, habló por primera vez. Lo hizo en una nota realizada por la revista digital Anfibia, que lo entrevistó en un hotel de Constitución donde pasa sus días a la espera de volver a jugar.

En un principio Joaquín fue acusado de ser el presunto “entregador” de los menores a los pedófilos hasta que la fiscal María Soledad Garibaldi entendió que en realidad era una “víctima” más. “Me duele lo que dijeron de mí en la tele, no es cierto, yo no llevaba a nadie, yo era un boludo que caí en todo esto”, asegura Joaquín.

“Una vez que te contactaban, te pasaban los teléfonos. Por ir diez minutos te ganabas entre mil quinientos y dos mil pesos. Te pasaban a buscar y te traían”. Los pedófilos no los seducían sólo con ropa o dinero. También les prometían contactos con los principales representantes de jugadores y la posibilidad de firmar su primer contrato. Por otro lado estaba la amenaza de que si contaban algo de lo que estaba sucediendo, su futuro como futbolista se vería frustrado.

Joaquín intenta dejar atrás la pesadilla y de a poco busca reconstruir su sueño de ser jugador profesional. “Cuando llegue éramos siete enganches, quedamos tres, uno de ellos era Ezequiel Barco… Todo el tiempo llegan pibes de afuera que juegan en mi posición, pero yo sigo quedando”, afirma Joaquín, un jugador con mucho talento según los que lo vieron en acción.

Joaquín V. comenzó a jugar cuando era pequeño en La Amistad y ya se veía que era un pibe con muchas condiciones futbolísticas. Luego pasó por San Martín para finalmente recalar en el club Cipolletti, donde se desempeñó hasta los 16 años. Fue a hacer una prueba a Independiente y quedó. La pensión del club lo cobijó y allí comenzó la pesadilla de la que hoy lucha por salir.

El precio

del abuso

La rehabilitación

de Joaquín

El pibe se está recuperando de una rotura de ligamentos y desde el mismo momento que la fiscal modificó su condición en la causa regresó a entrenar.

“Me encantaría jugar en Independiente o en algún otro club grande, llegar al Real Madrid, por eso me vine a Buenos Aires. Pero primero las lesiones y ahora esto, a veces siento que no voy a llegar y me dan ganas de volverme. Sólo espero volver a jugar al fútbol y que pase todo esto”, dice Joaquín, quien por ahora sólo trota, hace trabajos de fortalecimiento y tiene sus primeros minutos con la pelota.

“Recién ahora que pasó todo esto entiendo el quilombo en el que estaba metido. Para los pibes sólo era plata fácil”.

“Me duele lo que dijeron de mí en la tele, no es cierto, yo no llevaba a nadie. Era un boludo que caí en todo esto”.

Joaquín V., de imputado a testigo.

Datos

2.000
pesos le pagaban los pedófilos a los pibes por “estar 10 minutos” en departamentos de Palermo, San Isidro y La Plata.
“Recién ahora que pasó todo esto entiendo el quilombo en el que estaba metido. Para los pibes sólo era plata fácil”.
“Me duele lo que dijeron de mí en la tele, no es cierto, yo no llevaba a nadie. Era un boludo que caí en todo esto”.

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