Los presis por afuera, Chiqui por adentro

Cenaron juntos en la noche previa, se chicanearon con altura durante las horas previas y finalmente Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici vieron juntos la superfinal. En realidad, tuvieron una barrera llamada Claudio Chiqui Tapia.

Los tres se ubicaron en un lugar exclusivo del Malvinas Argentinas. Serios, casi ni se miraron, aunque el presidente de River metió puño en los goles de su equipo.

Minutos antes de ingresar al estadio, D’Onofrio apareció con el suéter rojo que tantas alegrías le dio. “Se puso fresco”, largó Rodolfo y acudió a una cábala que no falla y que ya suma 10 títulos

Su colega se mantuvo con cara de pocos amigos y obviamente se marcó del estadio con la mirada clavada en el piso.

Algo similar seguramente pasó con Tapia, que llegó al sillón de AFA desde Barracas Central, pero es hincha de Boca.


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