River campeón: Napoleón para toda la vida

Marcelo Gallardo logró su octavo título como DT de River, pero el cartel de ídolo se agiganta por los cruces ante Boca. Cuando el Muñeco asumió, en mayo de 2014, las estadísticas contra su clásico rival estaban en rojo: 0-3 en cruces coperos, 0-1 en finales nacionales. En menos de cuatro años, ya está 2-3 y 1-1. Por esto, la mayoría de los hinchas ya lo tienen como el mejor director técnico de la historia.

La espalda de Gallardo es tan grande, que se bancó perder seis partidos seguidos como visitante en la Superliga e incluso pasó sin mayores sobresaltos el golpazo de la Libertadores ante Lanús. También cayó en los tres superclásicos jugados en el Monumental, pero los cruces coperos le dieron tanto margen, que siguió sin dramas.

Decididamente, Napoleón llegó para quedarse, lleva tres años y medio, firmó por cuatro más y es muy probable que se transforme en el Alex Ferguson de River. ¿Qué lo puede seducir? Sólo dos ofertas: Selección Argentina o un gigante de Europa.

Por lo pronto, sabe muy bien lo que es salir de las difíciles y anoche lo demostró en el Malvinas Argentinas. Nunca le tembló el pulso para sentar en el banco a pesos pesados y se comió varios garrones con refuerzos que no rindieron, pero siempre encontró un partido que fue un bálsamo o que lo hizo revivir. Y no sólo en superclásicos, porque tumbó e Central con un inolvidable 4-3 y, con el ánimo golpeado, despachó a Atlético Tucumán por 2-1, para ganar las Copa Argentina 2016 y 2017.