Doble femicidio en Las Ovejas: “A las mujeres la Justicia nos deja de lado”
Las Ovejas está conmocionada por el doble femicidio. Muñoz sigue prófugo, y el temor ganó las calles. Dolores que permanecían invisibles ahora salen a la superficie.
En la entrada al pueblo el arriero con un piño de ovejas de yeso entre montañas rocosas da la bienvenida. Detrás está la estatua de una mujer que levanta en sus brazos a un bebé rígido. Al llegar a este caserío tranquilo del norte neuquino, la madre y las ovejas son el primer símbolo de un lugar colmado de dolor.
En el pueblo de 2.000 habitantes hay una mancha de sangre en la tierra. En el centro se levantan un hospital, tres iglesias, un juzgado de paz, la municipalidad y a pocas cuadras las escuelas primaria, secundaria y la comisaría. Allí vive gente cálida, madres con muchos hijos que creen en Dios y en San Sebastián y hombres en las veranadas. En la calle hay miedo y entre las montañas que coronan Las Ovejas, está Lorenzo Muñoz, el hombre que mató a Carina Apablaza (31) y a Valentina López Apablaza (11) y los amenazó a todos.
Al noreste está el barrio Riscos Bayos y hacia el suroeste el barrio Pampa. En la casa de aberturas rojas, de Los Riscos se escuchan los gemidos del abuelo que Carina cuidaba. A la vuelta, Jesica dice que hay poca gente en el pueblo y que en marzo llegan los que están en la veranada, los chicos que van al secundario y los que se fueron de vacaciones, y recuerda a las mujeres asesinadas.
“Para mí lo mejor que hizo Carina fue que desde que se enteró, se alejó y denunció. Pidió ayuda, estuvo en el hospital hospedada. Acá, como en todos lados, a las mujeres la justicia nos deja de lado, o llega tarde, pero ella fue valiente”, dice.
En el pueblo la mayoría de los hombres trabajan en el campo, en el Estado o en Corfone. Las mujeres terminan el secundario y si no se van a estudiar se dedican al servicio doméstico, las instituciones o a criar hijos. La madre de Lorenzo Muñoz es reconocida por eso. Algunos dicen que tuvo 24 hijos con 2 maridos. La madre de la familia Merino tuvo 22 y hay otras muy numerosas que no llegan a tanto.
Según sus habitantes Las Ovejas es el reflejo de otros pueblos como Varvarco, Manzano, Butalón, Andacollo, Los Miches, en los que se formó parte del gen neuquino. En ese lugar la justicia tarda en llegar, igual que la señal de los celulares o el progreso. Dos cosas son parte de su identidad: una, San Sebastián y la segunda es que son un pueblo tranquilo. Por eso el cuchillo de Muñoz los dejó perdidos.
“No puedo hablar, esto es demasiado para todo nosotros. Veníamos trabajando con ella y todavía estamos quebrados”, dice la directora del hospital Georgina Terranova. A media cuadra de allí, en la plaza del centro, una pareja de adolescentes conversa a metros de la bandera violeta que pide justicia y grita Ni una Menos. “Muñoz era el portero de mi escuela, y era un baboso”, dice ella con vergüenza.
El intendente organiza para el lunes una reunión en la escuela para hablar del tema. “Están invitadas todas las instituciones, el cura. Tampoco queremos los grupos extremos de feministas que dicen muerte al patriarcado. La comunidad no está acostumbrada a eso y no lo podemos llevar a algo extremista ideológico, con cosas que le pasa a otra gente”, dice Vicente Godoy.
No tan lejos de allí, en el barrio Pampa, Luz y Fabiana Torres encienden velas frente a la bandera que pide justicia por el brutal femicidio. Minutos después Fabiana cocina un guiso en su casa y cuenta que cada domingo se encontraba con Carina en la iglesia Hermanos en Cristo del pastor Sebastián Neyra. Allí siempre pedían en oración por ella. A la misa también iba Muñoz y se sentaba atrás, pero dice que por él, nunca pedían.
“Las mujeres después de misa siempre nos quedamos charlando. Él no, él había empezado a ir después que empezó Carina, hace un año. Valentina era preciosa, corría por el barrio con otras nenas y su mamá nunca la perdía de vista. Carina, sin embargo, era callada”, dice Fabiana en esa sala llena de silencio.
La anteúltima vez que la cruzó recuerda que venía del barrio Riscos Bayos, en la otra punta, donde vive el anciano que cuidaba. Le dijo que estaba feliz con su trabajo y a Fabiana le llamó la atención que tomara el camino más largo para ir a su casa. “Es que para ir por el más corto debía pasar frente a la casa de Muñoz, pero ella me dijo que era para adelgazar”, cuenta Fabiana y luego recuerda que la última vez que la vio, la encontró tirada en el lugar dónde está la mancha de sangre, a 100 metros de su casa.
Dos días de búsqueda y rastrillaje sin resultados
La búsqueda de Lorenzo Muñoz ayer no se detuvo hasta que comenzó a oscurecer y la lluvia cayó sobre los campos. Hoy a las seis de la mañana se retomarían los rastrillajes.
Durante el día hubo un dato en Varvarco que movió a las fuerzas de la policía hacia allí. Alguien de la comunidad había denunciado que en el puesto de un pariente de Muñoz había visto movimientos, pero finalmente era solo un puestero.
En cuanto a la investigación, según la fiscal Sandra González Taboada, hay una sola línea que es determinar con pruebas científicas la responsabilidad penal de Lorenzo Muñoz en la muerte de Carina y Valentina. En este sentido, la prueba testifical y científica del cuerpo es bastante clara.
La autopsia determinó que Muñoz concentró su ataque en Valentina y le aplicó casi veinte puñaladas, al menos siete mortales. La madre se interpuso y recibió por lo menos seis.
En el pueblo, la bronca se hace sentir contra la Justicia y contra la policía y su falta de acción. En este sentido la fiscal dijo que “desde el Ministerio Público Fiscal, mis funcionarios actuaron acorde a derecho con la premura necesaria. El 20 de febrero recibimos la notificación del incumplimiento de las medidas cautelares que solicitamos y se nos concedieron el 3 de noviembre. Ese mismo día solicitamos la audiencia para agravar las medidas cautelares”.
Aludió así a que estaba previsto detener con prisión preventiva a Muñoz por ignorar la prohibición de acercarse a Carina y Valentina. Además, estaban a punto de condenarlo a tres años en suspenso por el abuso sexual de la niña.
Muchos argumentan que en un pueblo tan pequeño la prohibición de acercamiento es casi de cumplimiento imposible. “Yo de eso no voy a hablar, pero nosotros habíamos pedido un comparendo diario en Chos Malal. Las opciones eran sacarlo de Las Ovejas, detenerlo en Chos Malal o hasta prisión preventiva”, dijo la fiscal.
Según sus palabras Carina nunca habló de tener miedo, solo decía que él la saludaba con un “que Dios te bendiga” y por eso debían encontrar la justificación con un incumplimiento de él. Para esto se habían intentado comunicar vía telefónica, hasta el mismo día del hecho, pero no pudieron por fallas en la señal.
Algunas de las preguntas que surgían en torno al caso, eran si el asesino planeó los crímenes y su escape. Esos elementos también podían influir en la búsqueda, porque no es lo mismo alguien que escapa sin planificación que con. La fiscal dijo que “se está trabajando ese tema. Es muy fino. Pero no, está allanada la casa”.
“Lo único que necesitamos de manera urgente es que lo atrapen. Y que los que actuaron con irresponsabilidad sean juzgados”.
Intendente Vicente Godoy
“Me llamaba la atención que él la andaba mirando, la vigilaba. Me decían que ella había hecho la denuncia”.
Jesica, vecina de Riscos Bayos.
“En este lugar, y con este clima, la cordillera es fácil de pasar. Yo que tengo 82 años la puedo pasar caminando y llegar a Chile”.
Juan Candia, vecino de Las Ovejas.
Andrea Vázquez
Emotivo adiós en la comarca petrolera
Los restos de Carina Apablaza (31) y Valentina Apablaza López (11) fueron trasladados ayer a las 11 al cementerio de Cutral Co. A la salida de la sala velatoria se escuchó un fuerte aplauso.
Las víctimas del femicidio ocurrido en Las Ovejas eran oriundas de Cutral Co y por esta razón es que la ceremonia del velatorio y el sepelio se concretó en esta ciudad.
Los familiares, amigos, conocidos y vecinos que quisieron sumarse a la despedida se acercaron hasta la sala velatoria y luego, en caravana acompañaron los restos de la mujer y la niña.
Las ofrendas de flores y algunos ositos para Valentina fueron las muestras que se observaron en su despedida.
El cortejo fúnebre recorrió las calles desde la sala hasta el cementerio de Cutral Co, donde quedaron en el depósito hasta que sean colocados luego en el espacio donde descansarán definitivamente.
Datos
- “Lo único que necesitamos de manera urgente es que lo atrapen. Y que los que actuaron con irresponsabilidad sean juzgados”.
- “Me llamaba la atención que él la andaba mirando, la vigilaba. Me decían que ella había hecho la denuncia”.
- “En este lugar, y con este clima, la cordillera es fácil de pasar. Yo que tengo 82 años la puedo pasar caminando y llegar a Chile”.
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