De la inflación a la inversión: cómo moverse en una economía que se reactiva
La inflación y el PIB muestran avances, aunque persisten desafíos en algunos sectores. Según datos oficiales, la economía se estabiliza con menor inflación y crecimiento, pero algunos sectores aún rezagan.
A comienzos de 2025, la economía argentina se encontraba en pleno giro de rumbo. El objetivo era claro: frenar la inercia inflacionaria y devolver previsibilidad al sistema. Seis meses después, algunas variables muestran signos de estabilización. La inflación mensual descendió en forma sostenida, el tipo de cambio oficial se mantuvo contenido y el Banco Central logró recomponer reservas. Sin embargo, esos logros macro no se trasladaron de forma pareja a la economía real.
Inflación, PIB semestral, EMAE
La desaceleración de la inflación fue, sin dudas, uno de los logros más visibles del inicio de este nuevo ciclo económico. Tras cerrar 2024 con niveles mensuales de dos dígitos, los primeros cinco meses del año marcaron un cambio claro de tendencia: 2,2% en enero, 2,4% en febrero, 3,7% en marzo, 2,8% en abril y 1,5% en mayo, según el INDEC. El dato de mayo, el más bajo en años, fue leído como una confirmación de que el programa de estabilización está funcionando.

Este descenso no fue espontáneo. Fue el resultado de una combinación de factores: política fiscal austera, sin emisión monetaria, precios regulados que actuaron como ancla nominal y correcciones en salarios y gasto público, que enfriaron la economía. A esto se le sumo un tipo de cambio más flexible tras el levantamiento parcial del cepo cambiario en abril, que reemplazó el esquema anterior por un sistema de bandas entre $1.000 y $1.400 por dólar.
En números
- 2%
- son las estimaciones privadas para la referencia de inflación en el mes de junio. Mañana, lunes 14, se conocerá el oficial.
Pero también hubo un componente menos visible y más sensible: la contracción del consumo, que funcionó como freno indirecto a los precios. Por eso, la clave ahora es entender que una inflación más baja no equivale automáticamente a una economía sana. Aunque los precios suban menos, el dinero que no se mueve, pierde valor. Ya no por aumentos del 10 % mensual, sino por la erosión silenciosa del poder de compra. La inflación dejó de gritar, pero no desapareció: ahora susurra.
Inflación bajo control: la actividad económica
Otro dato que sumó respaldo al nuevo curso económico fue el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de 2025, dato publicado por el INDEC el pasado 23 de junio. Este indicador es, en términos simples, la foto más completa de cómo se comporta la economía. Su evolución permite saber si el país está creciendo o contrayéndose.
Una de las formas más comunes de observar el PIB es a través de su variación interanual, es decir, cuánto cambió respecto al mismo trimestre del año anterior. En este caso, el PIB del primer trimestre de 2025 creció un 5,8 % interanual, lo que implica una mejora significativa frente al mismo período de 2024, cuando la economía atravesaba una fuerte recesión.

Este crecimiento se explicó principalmente por el repunte del consumo privado (+11,6 %), una inversión muy dinámica (+31,8 %), y exportaciones en alza (+7,2 %), impulsadas por la recuperación del agro. En contraste, el consumo público cayó un 0,8 % en línea con el ajuste fiscal, y las importaciones crecieron un fuerte 42,8 % como efecto del levantamiento parcial del cepo y la normalización del comercio exterior.
En números
- 31,8%
- creció la inversión, en la comparación anual, contra el primer trimestre de 2024.
Si bien el PIB nos da la imagen general del trimestre, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) es el termómetro que permite seguir la evolución económica mes a mes. Este indicador, también elaborado por el INDEC, funciona como anticipo del PIB y permite observar mes a mes si la economía se expande o se contrae y detectar qué sectores están traccionando más (o menos) el crecimiento.
El último EMAE disponible, correspondiente a abril, trajo una buena noticia: la economía creció 7,7 % interanual y 1,9 % respecto al mes anterior. Esto indica que no solo estamos por encima del nivel de actividad del mismo mes del año pasado -que fue muy bajo-, sino que también hay un rebote en términos mensuales. La economía empieza a moverse, y el dato es alentador porque sugiere que la recuperación no es solo nominal, sino también real.

Sin embargo, el crecimiento no es homogéneo. Sectores como intermediación financiera y construcción lideraron el repunte, mientras que otros, como energía o pesca, siguen rezagados. En este contexto, no es extraño que, a pesar de los buenos datos agregados, para quienes trabajan o dependen de esos sectores más rezagados, la recuperación aún no se siente, la sensación de estancamiento en la calle puede persistir.
Una vez más… el mercado de capitales como refugio
Entender cómo se mueve la economía no es solo una cuestión de interés técnico: es una herramienta concreta de defensa y estrategia en la vida cotidiana. Todos tomamos decisiones económicas a diario. Elegimos si gastar o guardar, si dejar los pesos quietos o ponerlos a trabajar.
En esta etapa de transición económica, el mercado de capitales no es solo una oportunidad: es el refugio racional para quienes quieren dejar de perder por no hacer nada. Porque ya no se trata solo de cubrirse de la inflación, sino de construir desde el excedente, aunque sea mínimo. Por eso, desde una mirada conservadora y estratégica, existen alternativas simples, accesibles y seguras para quienes buscan empezar a invertir con criterio.
Una de las principales recomendaciones para quienes buscan mantener su cartera en pesos son los bonos soberanos indexados al Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), estos títulos ajustan su capital por el índice de inflación, lo que permite preservar el valor real del dinero e incluso obtener una ganancia en términos reales, especialmente atractiva si se considera que se trata de instrumentos de bajo riesgo soberano y con plazos relativamente cortos o medianos. En especial usamos el TZXM6 (con vencimiento en marzo de 2026) y el TX26 (con vencimiento en noviembre de 2026). La principal diferencia entre estos dos instrumentos -además de la fecha de vencimiento- radica en sus flujos de pago: el TX26 paga cupones trimestrales, mientras que el TZXM6 es un bono cupón cero, lo que significa que no paga intereses periódicos y sólo ofrece un pago único al vencimiento.
Para quienes buscan cobertura cambiaria sin resignar rendimiento, una alternativa atractiva es incorporar bonos soberanos en dólares, ya sea bajo ley extranjera o local. Entre los primeros, se destacan el GD30 y el GD35, títulos emitidos bajo ley de Nueva York, que cotizan en el mercado local y se pueden adquirir con dólares MEP. Por otro lado, el AL30 es la opción equivalente en ley argentina. Estos instrumentos permiten posicionarse en moneda dura con rendimientos actuales en torno al 11–12 % anual en dólares, dependiendo del plazo y el riesgo percibido.
*Licenciada en Economía.
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