La inflación no sigue el libreto de Milei, y vuelven las recetas conocidas

El presidente contradijo su idea de que la inflación es únicamente monetaria. Más tarde el ministro de economía convocó a los supermercadistas para "advertirles" que los precios no reflejan la realidad. Finalmente hoy se anunció la liberación de las importaciones de alimentos, algo con lo que Massa había amenazado a los formadores de precio el año pasado.

El diagnóstico que maneja el gobierno en relación a la inflación es concreto, y es que «la inflación está bajando pero los índices no captan esa tendencia». El presidente Javier Milei y su equipo económico observan el tablero macroeconómico y entienden que dada la dinámica actual de los agregados monetarios, los precios debieran mostrar tendencia a la baja.

El problema con el que se enfrenta hoy el equipo que conduce Luis Caputo, es que los indicadores de precio y la tendencia en las góndolas no refleja esa tendencia teórica. Es por ello que en las últimas horas reaparecieron dos recetas archi conocidas: «diálogo» con los supermercadistas y apertura de importaciones.

El libreto oficial quedó claramente expuesto en la comunicación con la cuál el Banco Central (BCRA) anunció la reducción de la tasa de interés de política monetaria desde el 100% al 80% anual y la liberación de las tasas de interés para los plazos fijos.

En el escrito la autoridad monetaria explica entre otras cosas que «tras el lanzamiento del ajuste inicial de precios relativos en diciembre 2023 se observa una pronunciada desaceleración de la inflación«. Agrega además que «la trayectoria de la inflación minorista, por un lado, representa una visible disminución del pass-through cambiario en relación con experiencias previas y, por otro lado, una trayectoria inferior a la de las proyecciones implícitas en el memorando de políticas económicas y financieras acordado con el FMI».

Tasas. El Banco Central rebajó la tasa de interés de política monetaria.

El comunicado del BCRA explica por último que «desde el 10 de diciembre, la base monetaria y la base monetaria amplia (incluyendo pasivos remunerados en pesos) se han reducido al 17% por mes y 14% por mes en términos reales, respectivamente». 


Una contradicción de diagnóstico


«Cuando uno toma el dato (de inflación) y lo limpia de arrastre estadístico, lo limpia de tarifas, y de lo que es prepagas, todas correcciones de precios relativos que estaban atrasados y pisados por el gobierno anterior, el número cae en un dígito».

Así se refirió el presidente Javier Milei a la inflación de marzo en una entrevista televisiva con el periodista Antonio Laje. El entrevistador consultaba por los datos referidos a la primera semana de marzo, en la que los precios de los alimentos habrían vuelto a acelerarse.

«Cuando empieza a acelerarse la crisis, las empresas se empezaron a apreciar con tasas de inflación mucho más altas. En ese contexto se encuentran que no pueden vender, y entonces empiezan con una estrategia de fijación lineal de precios, que es 2×1, 3×2, y ese tipo de promociones».

Javier Milei en relación a la causa de la inflación en las primeras semanas de marzo

Pero lo más valioso del diálogo llegó segundos después. «Yo les voy a decir algo más», anunció el presidente, y agregó: «Cuando empieza a acelerarse la crisis, las empresas se empezaron a apreciar con tasas de inflación mucho más altas. En ese contexto se encuentran que no pueden vender, y entonces empiezan con una estrategia de fijación lineal de precios, que es 2×1, 3×2, y ese tipo de promociones».

El presidente cerró el concepto y afirmó: «Eso implica que los precios están bajando pero no se manifiestan en el índice. Si uno corrigiera por eso, ya estamos en un dígito».

En pocas palabras, la estadística no refleja con datos empíricos libreto que sostiene el gobierno y que ubica a la emisión monetaria como única causa posible para la inflación. Ante la inconsistencia manifiesta y dada la necesidad de sostener el discurso de que los precios están bajando, Milei incurre en una contradicción: afirma que la inflación es responsabilidad de los formadores de precio.


Recetas viejas y conocidas


Los datos empíricos suelen ser el límite más potente para las construcciones discursivas. El gobierno comenzó a verificar empíricamente que si bien el dato de inflación de febrero muestra una tendencia a la baja respecto a enero, las dos primeras semanas de marzo registran una fuerte aceleración de precios, especialmente en alimentos.

Acuerdo de precios. Caputo le pidió a los supermercadistas que moderen las subas.

Ante la inconsistencia que resulta inocultable entre en discurso y el registro de las góndolas, el gobierno estableció una batería de tres medidas en apenas 24 Hs. Dos de esas medidas están en las antípodas del recetario liberal que Javier Milei ha predicado incansablemente.

Una de las decisiones es la reducción en la tasa de interés de política monetaria anunciada por el BCRA, que la llevó del 110% al 80% anual. La intención de la autoridad monetaria es llevar el rendimiento en pesos a un terreno que sea «consistente» con el sendero a la baja que el gobierno advierte en los precios minoristas.

Para bajar la inflación, el gobierno apeló a dos herramientas que están lejos de su discurso monetarista ortodoxo: acuerdo de precios y amenaza de apertura de importaciones.

Las restantes medidas son las más polémicas, en tanto forman parte de la histórica batería de medidas utilizada por el kirchnerismo a la hora de intentar moderar los precios, y a priori, se contraponen a «las ideas de la libertad» que impulsa Javier Milei y a la idea de que la inflación es únicamente monetaria.

La primera es la convocatoria del ministro de economía Luis Caputo a los representantes de las principales cadenas de supermercados del país, a saber: Coto, La Anónima, Carrefour, Chango Más, Día, y Cencosud. Es decir, acudieron al convite las empresas a las que suele denominarse como «los principales formadores de precio» a nivel nacional.

El comunicado oficial del ministerio de economía expresa que “El Ministro hizo particular hincapié en el hecho de que los precios de los productos de consumo masivo no reflejan hoy la nueva realidad económica”. Agrega más adelante que “se debatieron alternativas para combatir la suba desmedida de precios y proteger de este modo a los consumidores”.

En pocas palabras, lo que buscó establecer el ministro de economía Luis Caputo con los supermercadistas, no fue otra cosa que un virtual acuerdo de precios. Ello pese a que las fuentes oficiales nieguen rotundamente la intención. Lo cierto es que no hay otra razón en la convocatoria que no sea pedirle a los formadores de precio que bajen los precios.

La segunda surge de la conferencia de prensa del vocero Manuel Adorni, quien anunció la apertura total de la importación de alimentos. En una clara señal a las mismas empresas que estaban sentadas el día anterior en la reunión con el ministro Luis Caputo, el gobierno presiona a los formadores de precio con la competencia internacional, a fin de lograr que los precios bajen.

Llamativamente es el mismo recurso al que apeló el ex ministro de economía Sergio Massa cuando en septiembre de 2022 entendía que el precio de la indumentaria marchaba a una velocidad mayor a la «razonable», y amenazó a los textiles argentinos con abrir las importaciones si no moderaban los aumentos. El gobierno de Milei fue un paso más allá y pasó de la amenaza a la medida concreta.


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