Los motivos por los cuales el dólar se despertó en sólo cinco días

El tipo de cambio culminó la semana en $1.200, justo a la mitad de las bandas de flotación. El Blue se mantiene por debajo y se ubica en $1.180, mientras que el MEP subió 3,2% en la semana y cerró en $1.191. Las reservas se hundieron US$ 1.510 millones en una sola jornada.

El gobierno logró transitar con relativa tranquilidad el primer mes posterior a la flexibilización del cepo cambiario y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el tipo de cambio se despertó de repente, y en solo cinco ruedas subió un 2,8%, ubicándose en la mitad de las bandas de flotación.

Al cierre del viernes, el tipo de cambio libre se ubicó en $1.200 luego de rozar los $1.225 promediando la jornada. El incremento en solo una semana es de 2,8%, exactamente la misma suba que experimentó el Índice de Precios al Consumidor en todo el mes de abril.

Los tipos de cambio paralelos fueron arrastrados por la tendencia del dólar libre, aunque se mantienen por debajo de la cotización oficial. El Blue se ubicó en $1.180 al cierre del viernes, mientras que el MEP subió 3,2% en la semana y cerró en $1.191.

¿Por qué subió el dólar esta semana?


Al indagar las razones por las que el tipo de cambio se aceleró en pocos días, hay dos factores esenciales que motorizan el incremento en la demanda: el atesoramiento y el turismo. Detrás de ambos, aparece la misma causa que provocó la zozobra cambiaria en marzo: el atraso del dólar.

La estimación necesaria para comprender el punto es sencilla. Pese a la flexibilización del cepo, el precio actual del dólar es apenas 28% más alto que hace exactamente un año. En el mismo periodo, la inflación acumulada alcanzó el 50%. En otras palabras, el dólar sigue estando barato en relación al resto de los precios en pesos.

Esa certeza moviliza la demanda. Tanto para atesoramiento, sabiendo que desde abril las personas físicas pueden acceder al mercado libre para comprar todos los dólares que deseen, como para turismo, ante el dato concreto de que sigue saliendo más barato programar vacaciones de invierno en Chile o Brasil, que en la cordillera o la costa argentina.

La semana pasada, el Indec confirmó esta tendencia cuando informó que en el mes de abril la cantidad de turistas que llegó al país cayó un 8,3% respecto al mismo mes del año pasado, mientras que la cantidad de turistas que salió del país creció un 30% interanual.

El precio actual del dólar es apenas 28% más alto que hace exactamente un año. En el mismo periodo, la inflación acumulada alcanzó el 50%. En otras palabras, el dólar sigue estando barato.

El combo de medidas anunciado el último mes, que incluye el levantamiento del cepo para personas físicas y el desmantelamiento de los controles de ARCA sobre el origen de los fondos, fortalecen la tendencia.

A la tendencia natural al incremento de la demanda para atesoramiento y turismo, se suman la dolarización de cobertura que comienzan a realizar algunas empresas previo al escenario electoral, y la posibilidad de dolarizar carteras que provienen de la evasión por comercio exterior o por actividades económicas informales, sin que ARCA haga preguntas.

Como dato extra que completa el panorama, las semanas presentes son las de mayor liquidación de divisas de parte del complejo sojero. Al cierre del mes de mayo, las cerealeras liquidaron unos US$ 3.000 millones (el dato se confirma el lunes). Aun así, las reservas del Banco Central cayeron US$ 1.510 el viernes por «movimientos habituales a fin de mes de los bancos», y el mes cerró con una caída de US$ 2.106 millones en las reservas brutas.