Un domingo clave, con impacto político y económico
En Argentina la economía se dirime en las urnas cada 24 meses. El resultado en Buenos Aires y la proyección a octubre, serán determinantes para el programa económico que encarna el presidente Javier Milei.
¿Por qué nos interesa tanto una elección de medio término? Porque del resultado de Octubre depende cuántas bancas quedan a favor del oficialismo. Si logran ingresar figuras que representen a La Libertad Avanza, puede convertirse en “primer minoría” y empezar a ingresar al Congreso las reformas en materia fiscal, laboral y previsional.
Si en algo podemos ponernos de acuerdo es en que hacen falta reformas. Tributarias y laborales -dirán las pymes y empresas-. Previsionales -dirán las cuentas públicas-. Sólo hay registrados 1,7 trabajadores activos aportando por cada jubilado, muy por debajo del nivel considerado sostenible: 3 trabajadores por cada jubilado. La sustentabilidad del sistema está claramente deteriorada.
Y entonces ¿por qué nos interesa la elección que se realiza en la Provincia de Buenos Aires? Porque es el primer gran desafío para evaluar si la gestión política y económica del gobierno es acompañada o no por los bonaerenses, la plaza con mayor densidad de población de la Argentina.
En los años ‘90 y 2000 el desengaño con la fuerza política dominante se manifestaba en las urnas a través del voto en blanco o impugnado. Los votantes iban a las urnas y allí se manifestaban.
En las elecciones más cercanas, el enfado por alguna circunstancia determinada se manifiesta directamente no concurriendo a ejercer el voto.
Es por ello que los analistas politólogos observan con cuidado en esta elección qué cantidad de personas son las que, por disgusto, se abstienen de concurrir. Un escenario conflictivo donde se dan discusiones sobre proyectos de ley deficitarios, vetos presidenciales, o sospechas de corrupción ¿Qué necesita un Poder Ejecutivo en plenitud de sus funciones? Pues generar confianza en su estrategia monetaria y mostrar, hacia afuera, credibilidad de cumplimiento.

No es menor. No va a ser igual hablar mañana lunes con inversores del exterior -convocándolos a enterrar capital en nuestro país- si le decimos que la fuerza de Milei ganó en el terreno más hostil, que si le decimos: no validan la política actual, todo va a volver a otro signo político.
En el padrón electoral, lo nacional va por otro carril.
Según el analista Jorge Giacobbe, hay un 30% de base mileista que siempre vota.
Son varones menores de 30 años. Están en un momento de su vida donde casi el 80% viven con sus padres. A ellos no les interesa el ajuste, sus progenitores son quienes abonan las cuentas. Tampoco les interesa el sistema jubilatorio quebrado, porque lo ven como un problema lejano y valoran el aquí y ahora. Simplemente saben que quieren no volver a lo que estaba. Es el “núcleo duro” del oficialismo.
Un 25% corresponde a Juntos por el Cambio. En su mayoría son mujeres de más de 51 años. Posiblemente por el daño moral que implica el episodio de los audios de supuesta corrupción, no se acerquen a votar este domingo pero sin dudas concurrirán en las generales de octubre.
Para este núcleo, Milei es una circunstancia, no tienen gran aprehensión emocional con LLA. Solo acompañan para no volver al modelo anterior, obviamente mientras defender un acto repudiable sea sostenible.
En el medio el bloque de la jefa. El 35% de Cristina es inamovible le pese a quien le pese. Hombres y mujeres de entre 31 y 50 años, que sí tienen en consideración precios, inflación, variación de tipo de cambio, y que además están en un momento vital donde tienen que afrontar gastos familiares (comprar una vivienda, alquilar, cambiar el auto).
“Lo peor que tiene en contra un presidente en Argentina es lidiar con ciudadanos que hoy quieren una cosa y mañana quieren otra.”
Jorge Giacobbe
Si bien Milei es considerado por ellos la suma de todos los males, pueden en algún punto reconocer que la baja de la inflación es importante para su vida cotidiana, para proyectar. Serán seducidos, entiende quien les narra, por algún atisbo de proyección de calma y previsión. Algo que se dio en el humor colectivo post salida del cepo, cuando el dólar estuvo en parámetros estables y no tuvimos grandes sobresaltos. E inflación a la baja.
Hace dos semanas -previo a los escándalos de los audios- Giacobbe concluía una exposición diciendo: “lo peor que tiene en contra un presidente en Argentina es lidiar con ciudadanos que hoy quieren una cosa y mañana quieren otra.” Adhiero. Pensemos cuántas notas dedicamos durante este año a hablar de la tasa en pesos, explicando qué era el carry trade, y poniendo en manifiesto los riesgos que conlleva.
Argentinos queriendo tasas altas para remunerar sus plazos fijos al 37% el 1 de Agosto (tasa badlar = TNA sobre montos superiores al $1millon de pesos) que se encontraron atrapados el resto del mes, contando los días para desarmar esos pesos y dolarizarse previo a la elección.
Hace dos semanas los resultados de las consultoras daban un ajustado 40% para LLA y 38% para la primera oposición, con un bloque de 8% de indecisos. Pero estamos en Argentina, y en dos semanas todo cambia. No hay encuestas al cierre de esta nota, pero sabemos que algo (o mucho) impactará en el votante el evento de supuestas coimas en el corazón del ejecutivo.
Alternativas de cara a lo que viene
Ahora a lo que nos dedicamos, analizar escenarios posibles de cara a un lunes desafiante. Primera y única recomendación: tal vez sea un día para acomodar la cartera de los inversores locales. En ambos sentidos siendo bueno o malo el resultado general.
Las tasas de referencia Badlar previo al anuncio de que el Tesoro será quien intervenga dentro de la banda de flotación, se ubicaron en 58%. Es un salto de 20 puntos en un mes. Para quienes tienen pesos es una buena oportunidad para remunerarlos incluso a través de plazos fijos.

Pero para quienes deben financiarse es realmente un desafío. Hablamos tanto de personas físicas y familias, que tienen que refinanciar deudas o tomar créditos, como de empresas y pymes que son el motor de la economía y las que tienen que tener la inflación proyectada en consideración y sumar a su vez, este componente de tasa negativa para financiar sus proyectos.
Aún no existen datos de inflación proyectada para septiembre, donde podría haber pase de devaluación a precios. Pero conocemos el 1.9% correspondiente julio, y publicado en agosto. Las consultoras privadas ya colocan al 2,5% mensual la inflación de septiembre. Tal vez volvamos a una senda de entre 2% y 2,7% mensual hasta fin de año.
Para quienes tienen pesos, el salto que experimentaron las tasas es una buena oportunidad para remunerarlos, incluso a través de plazos fijos.
Si sos una persona que quiere seguir (o necesita) tener su capital en pesos a resguardo, sin cambiar de moneda, como recomendación de corto y mediano plazo, la indicación sigue siendo bonos atados a la inflación. El TZXM6 con vencimiento marzo que en $161.35 nos entrega cobertura de inflación (CER) más 24% de tasa real positiva.
¿Cuál es el riesgo en este caso? Como el de cualquier bono soberano: que el emisor no lo pague o bien, lo reestructure. Sería extraño ver al gobierno repetir errores del pasado reperfilando bonos en moneda propia.
Para personas que piensan en largo hay que mirar la “banda” que se armó dentro de banda actual de flotación. El dólar tocó su mínimo en agosto, el día 19 cuando cerró en $1312. Previo a ello, en el mes de julio, el Central había comprado divisas en $1.270/1.280 colocando lo que marcamos en ese entonces como un “piso”.
Las consultoras colocan al 2,5% mensual la inflación de septiembre. Tal vez volvamos a una senda de entre 2% y 2,7% mensual hasta fin de año.
Ahora la intervención del Tesoro (organismo que no tiene restricciones para operar dentro del esquema cambiario) apareció cuando el dólar cerró el 1 de Septiembre en $1.391. Entonces: mínimo en $1312 (no perforando el piso psicológico de los 1.300) e intervención a 6% del techo de la banda en $1390.
Cuando el tipo de cambio oficial sube por encima de la inflación significa que el gobierno está tratando de recomponer competitividad y evitar que el peso quede sobrevaluado. Ese diferencial suele trasladarse a precios (pass-through) con cierto rezago. El tiempo y magnitud del traslado dependen del contexto: si la demanda está débil, los salarios contenidos y hay anclas fiscales/monetarias, el pass-through puede ser parcial y lento. Serán datos claves los meses siguientes.
Está claro que esta vez los inversores extranjeros prefirieron no “pagar por ver”. Prefieren esperar a que pase esta prueba de fuego, para ver cómo Argentina otra vez sortea con algún éxito los miedos electorales de cambio de rumbo. Pregunta que dejo para conversar en el asado del domingo: ¿cuánto tiempo necesitaríamos mantener, como argentinos, el mismo comportamiento para recuperar la confianza del inversor externo?
Sin dudas necesitamos un Mercado de Capitales más robusto y generar más ganancias reales a través de inversiones productivas genuinas. Esto de largo plazo nos hará más estables, evitando que cada dos años y en cada elección nos preguntemos si eso que elegimos tan sólo 24 meses atrás es realmente lo que queremos acompañar a futuro.
Las claves de octubre serán: confiabilidad que se traduzca en estabilidad futura.
Argentina es eso que sucede entre los 24 meses que no nos acercamos a las urnas. Como decimos habitualmente: Siempre diversifiquen y traten de elegir instrumentos acordes a su perfil.
¿Por qué nos interesa tanto una elección de medio término? Porque del resultado de Octubre depende cuántas bancas quedan a favor del oficialismo. Si logran ingresar figuras que representen a La Libertad Avanza, puede convertirse en “primer minoría” y empezar a ingresar al Congreso las reformas en materia fiscal, laboral y previsional.
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