El algarrobo puede mejorar los suelos

La productividad de los suelos deteriorados por la agricultura en la provincia de Córdoba puede ser restaurada con la implantación de algarrobos nativos, según la investigación de una especialista en ciencias biológicas.

«En Córdoba, cerca del 80 por ciento de la superficie boscosa que existía a principios del siglo XX tenían como especie dominante a los algarrobos y los suelos se enriquecían gracias a estos árboles», contó la investigadora Francisca Galera, del Laboratorio de Recursos Nativos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

«La tendencia declinante de la productividad agrícola se atribuyó siempre al empobrecimiento del suelo provocado por la acción erosiva del agua y el viento. Pero los factores humanos también desempeñan un papel protagónico al crear mecanismos capaces de potenciar y acelerar los procesos de degradación», explicó la especialista. «La tala indiscriminada de bosques nativos para ganar tierras fértiles, y la siembra permanente de monocultivos como los de soja constituyen dos claros ejemplos de este fenómeno», apuntó Galera, profesora de Ecología Agrícola de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC.

La científica señaló que «los algarrobos son plantas que pierden hojas permanentementes, y esta materia orgánica es transformada e incorporada al suelo, que de esta forma se enriquece y se reconstituye su capacidad productiva. Este es un proceso largo, que puede llegar a durar unos 20 años».

Desde hace más de 15 años Galera estudia cómo revertir la erosión de los suelos para que recuperen su productividad y centró sus trabajos en la capacidad de algunas especies de algarrobo. La investigación que lleva adelante es financiada por el Fondo para la Ciencia y la Tecnología (Foncyt) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Anpcyt).

«A través de la plantación de algarrobos, no solamente se puede recuperar la productividad de los suelos, sino que también proporcionan forraje, alimento y madera en el corto y mediano plazo», explicó Galera. Además, los algarrobos tienen a «otros organismos (hongos y bacterias) viviendo con ellos en simbiosis que captan nitrógeno directamente de la atmósfera, que luego incorporarán este nitrógeno al suelo, de modo que no será luego necesario agregarlo artificialmente». Este proyecto se lleva a cabo en dos campos de la llanura central cordobesa. (Télam)