El asesinato de una nena quedó impune por el paso del tiempo
El autor estuvo prófugo 12 años; ayer lo sobreseyeron.
NEUQUEN (AN).- Pedro Ibazeta logró eludir otra vez a su pasado. Ayer la justicia lo declaró autor del asesinato de una nena, que cometió en 1986, pero al mismo tiempo lo sobreseyó porque el crimen prescribió. Los 12 años y un mes que estuvo prófugo jugaron a su favor y recibió un premio que los familiares de la víctima consideraron inconcebible. Es la segunda persona declarada culpable en este caso pero liberada gracias al paso del tiempo.
El asesinato quedará impune. Ibazeta, quien resultó tan sorprendido como el resto por su inesperada liberación, puede considerarse afortunado. Tanto como puede considerarse desdichada la madre de la nena a la cual mató: ella vio fugazmente entre rejas y ahora libres para siempre a quienes le quitaron a su hija.
La única esperanza que le queda es que el fiscal Ricardo Mendaña, quien había pedido 13 años de cárcel para Ibazeta, apele la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia. Ayer el fiscal dijo a este diario que debe analizar el fallo antes de tomar una decisión.
Esta larga historia contiene un crimen horrendo, una causa jurídica con características inusuales y un desenlace imprevisto. Los mismos jueces que dictaron sentencia admitieron que se trata de un caso «particularmente desagradable», y que «resulta difícil ser objetivo».
Como ya informó este diario, Ibazeta (41) mató a Joselín Rosana Rivera, de dos años y cinco meses. Fue la noche del 6 de setiembre del 86 en el barrio El Chacay de Plottier, y la niña estaba a su cuidado y de su pareja Angélica Alarcón ya que la madre, Elizabeth Rivera (por entonces soltera, de 18 años) trabajaba cama adentro en Cipolletti.
Esa noche previa a su cumpleaños número 28, entre ebrio y dormido, molesto porque la nena lloraba, Ibazeta lanzó una trompada que impactó en el vientre de la niña, que pesaba menos de 11 kilos, y le hizo estallar el hígado.
Ya su pareja Alarcón le había estado pegando con una zapatilla para que se callara; los malos tratos a que ambos sometían a la criatura eran habituales. Por ejemplo, en las frías mañanas la bañaban desnuda en el patio de la casa, bajo la bomba de agua. Los vecinos asistían mudos a tales escenas de crueldad y nunca se lo dijeron a la madre, que visitaba a Joselín los fines de semana.
Eludir a la justicia
Después de aplicar la trompada fatal, y cuando se dio cuenta de que Joselín estaba muerta, Ibazeta comenzó a ejecutar acciones para escapar del castigo judicial.
Primero, llevó el cadáver en sus brazos hasta la orilla de un canal de riego, cavó un foso con sus manos y lo enterró, para que nunca lo encontraran. También ocultó sus ropas en otro sector, con la misma finalidad.
Esa misma noche, cuando la madre de Joselín llegó a visitarla, le mintió que habían raptado a la niña. Hizo una falsa denuncia, inventó la historia de un automóvil con secuestradores que nunca existieron, todo con el mismo objetivo de eludir a los investigadores.
Cuando dos testigos lo acorralaron tuvo un fugaz acto de colaboración: admitió que le había pegado a Joselín y reveló dónde había ocultado el cuerpo. De todos modos, ayer los jueces establecieron que aun sin ese aporte de Ibazeta, el cuerpo habría sido hallado tarde o temprano.
En diciembre del 86, Ibazeta consumó su acto más profundo de sustracción de la justicia: se fugó de la comisaría de Plottier donde estaba encerrado. Durante 12 años y 1 mes nada se supo de él, hasta que en enero de 1999 lo atraparon en Cura Brochero, Córdoba.
Para entonces había formado nueva familia, tenía tres hijos y casi había olvidado esa noche oscura del 86 en que mató a una criatura. Cuando lo detuvieron por un par de delitos menores cometidos en aquella provincia sintió que el pasado volvía para exigirle cuentas pendientes, y creyó que todo se derrumbaba a su alrededor. No sabía entonces que tantos años puestos de distancia le terminarían jugando a favor.
Durante la docena de años que estuvo ausente, su pareja Alarcón fue acusada de participar en el crimen y condenada. Sin embargo la sentencia fue anulada por errores técnicos y la mujer terminó sobreseída el 20 de marzo del 91.
Ahora, Ibazeta sale a la calle porque tuvo la misma suerte. La justicia consideró -en fallo dividido- que no tuvo intención de matar a Joselín, declaró la prescripción de la causa en su contra y le abrió la puerta de la celda que ocupó por apenas unos meses.
La clave son las fechas
NEUQUEN (AN).- Las fechas y los delitos son claves para entender por qué Pedro Antonio Ibazeta quedó libre.
•6 de setiembre del 86: asesinato de Joselín Rosana Rivera.
•10 de setiembre del 86: Ibazeta es detenido por el crimen. Lo acusan de homicidio simple.
•7 de diciembre del 86: se fuga de la comisaría de Plottier. Comienza a computarse el plazo de prescripción (a los 12 años, el homicidio simple prescribe).
•11 de julio del 98: cuando faltan cinco meses para que el crimen prescriba, Ibazeta comete un robo en Córdoba. El cómputo del plazo de prescripción se interrumpe.
•6 de setiembre del 98: Ibazeta comete el delito de amenazas, también en Córdoba.
•6 de enero de 1999: el imputado es detenido en Córdoba por el pedido de captura de Neuquén.
•30 de diciembre de 1999: lo condenan en Córdoba a seis meses de prisión en suspenso por el robo y las amenazas.
•2 de mayo de 2000: la justicia de Neuquén considera que Ibazeta no cometió homicidio simple sino preterintencional (sin intención de matar), que prescribe a los 6 años en vez de a los 12. Lo sobreseen y queda en libertad por prescripción de la causa.
«Yo quería que lo condenaran»
NEUQUEN (AN)- «No me van a devolver a mi hija, pero yo quería que la condenaran». Elizabeth Rivera, hoy de 32 años, se quedó helada cuando escuchó que el hombre que mató a su hija quedaba en libertad. Y apenas repuesta del llanto se presentó en la oficina del fiscal Ricardo Mendaña para pedirle que apele el fallo.
En diálogo con este diario, Rivera afirmó que a Ibazeta «su propia conciencia lo va a matar».
La mujer, madre de tres hijos, asistió a la lectura de la sentencia acompañada por familiares. También se había presentado la semana pasada en el juicio, durante el cual además declaró como testigo.
En aquella ocasión, sus acompañantes habían reaccionado contra Ibazeta y a los gritos le reprocharon lo que había hecho. Pero ayer, cuando vieron cómo le quitaban las esposas para dejarlo en libertad, todos quedaron tan impactados que no reaccionaron.
Cuando la lectura se acercaba al final y ya se preveía cómo terminaría todo, Rivera dirigió una mirada incrédula a su pareja. «Queda libre…», le susurró, con tono mitad pregunta, mitad interrogación.
Sus ojos estaban llenos de lágrimas y temblaba como una hoja en la calefaccionada y repleta sala del tribunal.
Después, en la calle, se aferró a sus familiares y lloró largamente. Las palabras apenas le salían. Se quejó del fallo, lo consideró una injusticia, elogió el trabajo del fiscal, le pidió que apele y se fue, envuelta en su dolor.
Regreso a Córdoba sin escalas
NEUQUEN (AN).- Apenas termine de ordenar sus asuntos con la justicia neuquina, Pedro Antonio Ibazeta regresará a Cura Brochero, en la provincia de Córdoba. Allí lo esperan su nueva esposa, sus tres hijos y sus changas de pintura, albañilería y lo que se presente.
Angélica Alarcón, quien protagonizó con él la paliza mortal a Joselín Rivera, sigue viviendo en Plottier muy cerca de donde ocurrió el drama.
Elizabeth Rivera Cerna, la madre de la víctima, formó una pareja y tiene tres hijos. Vive en el barrio Gran Neuquén y sigue trabajando como empleada doméstica.
NEUQUEN (AN).- Pedro Ibazeta logró eludir otra vez a su pasado. Ayer la justicia lo declaró autor del asesinato de una nena, que cometió en 1986, pero al mismo tiempo lo sobreseyó porque el crimen prescribió. Los 12 años y un mes que estuvo prófugo jugaron a su favor y recibió un premio que los familiares de la víctima consideraron inconcebible. Es la segunda persona declarada culpable en este caso pero liberada gracias al paso del tiempo.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios