El auge de los multicines
En la actualidad hay un auge de nuevas salas porque los norteamericanos y los australianos se dieron cuenta de la falta de salas. Los multicines hicieron un cambio brusco en el mercado. A mí me gustaba antes ir a la calle Lavalle y que la gente se me arrimara, tenía un cierto sabor. Pero ahora la calle Lavalle está muerta y llena de inseguridades. Y la gente ahora acostumbra ir a los Shoppings donde está más protegida. Si llueve no se moja, si hace calor tiene aire acondicionado, puede quedarse a comer ahí adentro, han cambiado totalmente las costumbres.
-Esto de los multicines ha ayudado mucho al cine. Y además se siguen abriendo y se van a seguir abriendo.
– Hay un problema estadístico. La Argentina tiene una proporción de espectadores por habitante muy baja en comparación con otros países. Estados Unidos es cinco a uno, en España es tres a uno y en Argentina no llega ni uno a uno. Eso si usted dice somos muchos mas que 37 millones, las cosas cambian. Pero además no somos un país consumidor. Hay una clase consumidora que va al cine y que es la que sale a comer afuera, pero es una franja achicada. Por otro lado, hoy día no debería haber una sola ciudad de 100 mil habitantes para arriba que no tenga cine.
La crisis del cine como negocio cinematográfico fue mucho más grave en Argentina que en cualquier otro lado. Porque en un país razonable cayó un cuarenta, un sesenta por ciento el negocio. Pero acá cayó un ochenta por ciento. De ochenta millones de espectadores por año caímos a 16 millones. De 1.600 cines, a 320. Ahora estamos de nuevo en 800, 900 cines y con una concurrencia cada vez mayor porque tiene adónde ir.
– De todos modos nuestro cine es vidente que tiene algún rédito para la industria porque es un cine con otro tipo de recursos. Siempre estamos ganando festivales.
– Nosotros tenemos una posición privilegiada en Latinoamérica, no sólo por la cantidad de películas, sino en presencia en festivales. Lo que pasa que al tipo de películas que gana los festivales no las acompaña el público. «Mundo grúa» es una película que tuvo una excelente crítica, que es muy buena, pero la gente no la vio. Pero el año anterior «Pizza, birra, fazo» metió 102 mil espectadores y «Mundo grúa» 70 mil. Eso es preocupante porque «Mundo grúa» era una película más redonda que «Pizza…» (C.V.)
Un espejo que no gusta
Cuando hicimos la primera película con Fernando Ayala que fue «El Jefe» en 1958, pusimos una frase de Gogol, a sugerencia de David Viñas que decía: «Si te miras a un espejo y no te gustas, no culpes al espejo». Y eso pasa acá cuando hacemos una película que es espejo de una realidad dura, la gente no quiere verla.
– Usted hizo unas cuantas de esas.
– Pero siempre tuvieron éxito. Curiosamente «La Patagonia rebelde», «No habrá más penas ni olvidos», «El caso maría Soledad», «La noche de los Lápices», tuvieron mucho éxito.
«La noche de los lápices», cuando se pasó por televisión, fue el más alto rating de la televisión argentina para película alguna. Tuvo una audiencia tremenda.
– ¿Eso también es un rédito para la producción?
– (Ríe con sorna). La vieron 5 millones de personas y el canal 9 que en esa época estaba Romay, nos pagó 5 mil pesos.
– ¿A cuanto el boleto?
– Un milésimo de dólar por espectador.
Eso es uno de los grandes problemas que tiene el cine nacional. En cualquier país, el treinta o el cuarenta por ciento de una película se recupera en la televisión, acá no llegamos ni a un uno por ciento.
– En este momento ¿cuántas películas produce Aries?
– Una por año. Hay que financiar en un país donde el sistema bancario es perverso, porque si nosotros tenemos un crédito del Instituto como ahora, se atrasa y vamos al banco, éste nos cuesta un treinta por ciento anual que es escandaloso, no hay negocio que aguante eso.
– Esa película , ¿recupera el dinero invertido?
– Las dos últimas nuestras dieron una pérdida enorme. Hemos ganado mucha plata en otras oportunidades y volveremos a ganar -dice como quien hace una apuesta en una ruleta-. Es el negocio del espectáculo -apunta resignado-. (C.V.)
En la actualidad hay un auge de nuevas salas porque los norteamericanos y los australianos se dieron cuenta de la falta de salas. Los multicines hicieron un cambio brusco en el mercado. A mí me gustaba antes ir a la calle Lavalle y que la gente se me arrimara, tenía un cierto sabor. Pero ahora la calle Lavalle está muerta y llena de inseguridades. Y la gente ahora acostumbra ir a los Shoppings donde está más protegida. Si llueve no se moja, si hace calor tiene aire acondicionado, puede quedarse a comer ahí adentro, han cambiado totalmente las costumbres.
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