El caso del ex Centro Minero

La primera toma que se registró en el balneario fue en 2008. 17 familias tomaron 12 casas y otras 2 las instalaciones pertenecientes al ex Centro Minero "Los Álamos", un espacio de 24 hectáreas ubicado poco antes del acceso a la ciudad, en tierras provinciales que dependen de deporte y minería.

Esas casas estaban completamente destruidas, al igual que dos amplios sectores que históricamente funcionaban como áreas de acopio. Los que llegaron recuperaron materiales de los escombros y aprovecharon las estructuras originales, reconstruyendo de a poco las viviendas, que en varios casos fueron divididas para albergar más gente. Hoy, se mantiene el número de ocupantes, aunque a través del tiempo fueron variando sus identidades.

Cabe recordar que el Instituto Tecnológico de Minería y Aguas Subterráneas «Los Álamos» (Itmas) albergó durante la década del «70 a geólogos y técnicos ocupados en el desarrollo de proyectos para el sector. A principios de los 90, por decisión oficial, el asiento de este centro de altos estudios se trasladó a San Antonio Oeste, y se ordenó que sus moradores dejaran las instalaciones. Inexplicablemente las autoridades nada hicieron para preservar los bienes que poseían tanto las casas que ocupaba el personal, que estaban completamente equipadas, como las áreas de trabajo. Este abandono potenció los saqueos y provocó que a través del tiempo el lugar culminara destruyéndose.

Hoy los que residen en las viviendas cuentan con precarias instalaciones de luz y agua, y se calefacciona a leña y gas envasado. Durante el verano, también se registra la llegada de gente que busca acampar u ocupar algún sector, aunque ellos se ocupan de dar aviso a la policía si se registran incidentes, debido a que establecen un control interno para evitar intrusiones de personas que se acerquen con el afán de generar conflictos.


Esas casas estaban completamente destruidas, al igual que dos amplios sectores que históricamente funcionaban como áreas de acopio. Los que llegaron recuperaron materiales de los escombros y aprovecharon las estructuras originales, reconstruyendo de a poco las viviendas, que en varios casos fueron divididas para albergar más gente. Hoy, se mantiene el número de ocupantes, aunque a través del tiempo fueron variando sus identidades.

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