El choique,opción para productores patagónicos

Favorables expectativas para la comercialización de la especie autóctona a nivel internacional.

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- Grandes expectativas ha generado en los productores patagónicos la autorización para poder comercializar el choique a nivel internacional.

La Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Flora y Fauna Silvestre aprobó en abril un proyecto presentado por la Asociación Patagónica de Criadores de Ñandúes y excluyó al choique patagónico o ñandú petiso del apéndice 1 -animales en peligro de extinción-, incluyéndolo entre los animales del apéndice 2. Esta categoría permite comercializar a nivel internacional los animales de esta especie provenientes de granja que se hayan reproducido en tercera generación.

«Hace 6 años que veníamos trabajando para que esto ocurra. Es una larga lucha legal que nos ha demandado, entre otras cosas, la presentación del proyecto de manejo y conservación de choique en la Patagonia para su comercialización. Por eso ésta es la bisagra histórica del choique y a partir de aquí se abre un gran mercado para los ganaderos que buscan alternativas de producción» señaló a Río Negro, Angel Garrido, presidente de la Asociación Patagónica de Criadores de Ñandúes.

La cría del ñandú petiso o choique patagónico para el aprovechamiento sustentable de sus productos surge a partir de la búsqueda de una alternativa de producción capaz de reactivar la deprimida economía de la Región Sur. Dado que la región atraviesa una difícil situación originada, entre otros factores, por el bajo precio de la lana de oveja y la paulatina merma en la cantidad de cabezas de ganado ovino, la cría en cautiverio de esta especie autóctona aparece como alternativa para diversificar la producción lanera y lograr recursos económicos extras.

En este contexto, un grupo de productores laneros de la zona de Los Menucos desarrollan un proyecto destinado a aprender cuestiones relacionadas con el manejo y la conservación de la cría del choique patagónico en cautiverio, para el aprovechamiento sus productos. Desde hace cuatro años, APACÑA, juntamente con el INTA Bariloche, puso en marcha un plan de conservación y uso sustentable del choique.

«Si bien el proyecto fue impulsado desde la Región Sur y apoyado por Río Negro, la producción de choiques es una alternativa que puede beneficiar a toda la Patagonia. Por eso necesitamos un ayuda económica del Estado para lograr mayor infraestructura para producir» añadió Garrido.

Una hembra del choique puede generar alrededor de cinco mil pesos anuales (ver aparte), cifra que se establece muy por encima de la rentabilidad que deja una oveja. El choique ha sido una de las especies de la fauna silvestre a la que más uso le ha dado el hombre en la Argentina. Para los aborígenes patagónicos era uno de los alimentos preferidos -aún hoy lo es- y lo aprovechaban íntegramente. La carne, cartílagos y grasa eran consumidos para la alimentación, las plumas como ornamento, abanicos y espantamoscas, los tendones de las patas eran usados en la confección de sogas para las boleadoras, los huesos para instrumentos musicales, el cuero para tabaqueras y alforjas y las cáscara de los huevos y la barba de las plumas como medicinas. Hoy se intentan recuperar todas estas cualidades del animal y darle un uso similar.

La autorización de la CITES para la comercialización del choique patagónico a nivel internacional abre una puerta para buscar la reactivación de una región económicamente deprimida. Países como España, Estados Unidos, Canadá y Australia han mostrado interés en la compra de los productos y subproductos que da esta especie. «Sólo hace falta lograr un stock suficiente que permita garantizar cantidad, calidad y regularidad. Pero creemos que a partir del 2001 estaremos en condiciones de entablar relaciones comerciales con estos países» sentenció Garrido.

Sólo de criadero

Actualmente a nivel nacional, la caza del choique se encuentra prohibida tanto en forma deportiva, comercial o de subsistencia.

La Dirección de Fauna sólo autoriza la comercialización, dentro del país, de los animales provenientes de criaderos. Además prohíbe realizar el «rancheo», es decir levantar huevos de los nidos del campo para comercializar o para iniciarse en la cría del choique.

En la actualidad se estima que alrededor de 1.500.000 choiques silvestres habitan en la Patagonia. Sin embargo solamente unos 600 ejemplares adultos nacidos en cautiverio están repartidos en 25 criaderos distribuidos en toda esa zona -cinco en la Región Sur-, por lo que se prevé que recién para fines de 2000 o a mediados del 2001 se podrá contar con un stock importante para comenzar a comercializar sus productos a gran escala y al exterior.

Una pareja de choiques proveniente de criadero ronda entre los 500 y 1.000 dólares. Para iniciarse en la actividad, lo ideal es comenzar con una o dos parejas, para aprender todo lo referente al manejo.

A su vez, cada hembra pone por temporada -entre agosto y diciembre- alrededor de 30 huevos de promedio. La incubación silvestre la hace el macho y en cautiverio se hace artificialmente, y la demanda cuarenta días. Por la dinámica de producción de estos animales, un productor con diez hembras puede producir, en criadero, alrededor de 300 choiques por año, cifra que merma al 70 %, cuando los huevos son incubados por los animales silvestres -en el campo- dado que son uno de los alimentos preferidos de los zorro y otro animales. (AJA)

Un animal puede generar hasta 5.000 pesos al año

Del ñandú petiso o choique patagónico (Pterocnemia pennata, según el nombre científico), se aprovecha absolutamente todo. Sus productos y subproductos pueden generar unos 5.000 dólares por año.

A los diez o doce meses de nacer un choique pesa entre 28 y 32 kilos vivo (un 45% menos carneado) y se encuentra en el punto justo para su faena. Un estudio de rendimiento demostró que su carne tiene nueve cortes comerciales, denominados de primera calidad. Estos cortes están ubicados en lo que comunmente se denomina «picana» (lo que recubre los huesos del cuerpo del animal), y los que hay que que sumarle los cuartos. Su cualidades nutricionales y su bajo contenido en colesterol y tenor graso hace que esta carne sea muy buscada por los grandes restoranes. Actualmente, los brasileños (grandes consumidores de esta carne roja) pagan por cada kilo de carne de este ave entre 18 y 20 dólares.

En cambio, en el Mercado Común Europeo que consume unas 1600 toneladas de carne de avestruz por año, los valores oscilan entre 35 y 45 dólares el kilo.

La grasa, aunque es escasa en el animal, también es muy bien paga -alrededor de 30 dólares el litro- y se utiliza en la industria cosmética, farmacéutica y metalúrgica.

El cuero, por el que se paga alrededor de 50 dólares el kilos, se usa para marroquinería fina.

Las plumas, provenientes de criadero alcanzan los 70 dólares el kilo y su utilización es muy variada. El cuero de las patas, los huevos infértiles se vacían y se usan para artesanías. Además algunas experiencias realizadas con las pepsinas del buche, han demostrado tener grandes propiedades medicinales. Un estudio de factibilidad y rendimiento para el cual se tomaron estos valores como base y un promedio de 30 huevos anuales que pone cada hembra, demostraron que una hembra en producción genera alrededor de 5.000 dólares por año, a un costo por mantenimiento (alimentada con alimento balanceado) de 70 dólares anuales, por animal. (AJA)


INGENIERO JACOBACCI (AJ).- Grandes expectativas ha generado en los productores patagónicos la autorización para poder comercializar el choique a nivel internacional.

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