El colegio San Miguel cumple hoy 116 años

Hoy cumple años un colegio que bien refleja las historias de Roca, el Alto Valle y la de la labor de los salesianos en la Patagonia. Se trata del colegio San Miguel, creado en 1889 por el padre Alejandro Stefenelli, quien desde entonces ostenta prestigio y calidez.

Por este acontecimiento, la escuela está hoy de fiesta. Sus casi 200 alumnos de nivel preescolar y primario comenzarán la jornada, que se desarrolla siempre por la tarde, con juegos, para luego seguir con un recorrido por la historia del lugar. «Y a las 15.30 todo el mundo soplará las 116 velas de una gran torta», contó Susana Zavatarelli, docente del colegio y una de las principales encargadas de la organización. «Queremos que sea una gran fiesta familiar», agregó. «Por ello invitamos a toda la comunidad en general a acercarse a festejar con nosotros el cumpleaños, como así también a ex alumnos y ex docentes. Como hoy, además, es el Día del Amigo, es una oportunidad más para reencontrarnos y saludarnos: nada mejor que hacerlo en este colegio», solicitó entusiasta la docente.

El origen

En decenas de páginas de «Río Negro» se ha dado testimonio del origen de la escuela. Por ejemplo, se escribió que el padre Stefenelli nació en la ciudad de Fondo, en la provincia italiana de Trento, en 1864 y que con sólo 15 años comenzó a cursar sus estudios en el oratorio de Don Bosco en Turín. En 1885 partió hacia Argentina con un grupo de misioneros. Aunque al principio había sido destinado a Patagones estuvo allí sólo cuatro años en los que instaló un observatorio meteorológico, dio clases y estudió teología. En 1889 fue enviado a fundar la misión salesiana en Roca.

Allí vivían en esa época cerca de 900 habitantes. La población estaba compuesta por dos regimientos militares, algunos civiles, comerciantes o colonos, y el resto de tribus indígenas. La mezcla de razas, capacidades e intereses traían muchos problemas a la misión evangelizadora y educativa que traían los salesianos. El padre Stefenelli llegó aquí con 24 años, recién ordenado sacerdote y conoció la casa que le habían otorgado. Puso la obra bajo la protección del arcángel San Miguel, porque decía que era necesario en Roca un «presidium contra las insidias del demonio» y también en honor al superior mayor, Don Miguel de Rúa, que acababa de suceder a Don Bosco.

A los quince días de su llegada, el 20 de julio de 1889, comenzó a dictar clases a 14 alumnos, creando así la Escuela primaria San Miguel. El nacimiento de este colegio fue tan pronto porque la escuela estatal, que ya funcionaba en el pueblo a cargo del director Francisco Rival, estaba cerrada por falta de maestros y las autoridades de Roca habían pedido al padre que enseñara él, que ya tenía experiencia. Al año siguiente, comenzó a construir una casa propia con tres edificios: uno para el colegio, con un sector para internado, otro para las hermanas de María Auxiliadora y el tercero, para templo parroquial. Pero este edificio sólo duró 9 años, ya que se derrumbó íntegramente con la inundación de 1899.

Sin embargo, un año antes del derrumbe del edificio, el padre Stefenelli había comenzado a construir un nuevo colegio con mayor capacidad para el primario y los alumnos de la escuela agrícola. Este es el actual edificio histórico que, aunque en el momento de la inundación no estaba terminado, no fue destruido por las aguas, y sólo conserva la marca de la llegada del agua a un metro cincuenta del suelo. Este edificio fue proclamado monumento histórico provincial y hoy se ha convertido en museo del colegio.