“El dolor de la gente me llevó a la política”

El sacerdote Francisco Nazar cree que la gestión de Gildo Insfrán somete a Formosa a un sistema clientelista que usa a la gente y le inyecta miedo. Quiere ser gobernador.

Por Redacción

entrevista: Francisco Nazar, sacerdote, candidato a gobernador de Formosa

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

–Y de golpe, del púlpito a la política.

–De golpe no… Yo ya había luchado contra la reforma de la Constitución provincial que terminó propiciando la elección indefinida del gobernador. De aquella experiencia me quedó el convencimiento no de que algún día sería candidato a gobernador pero sí de que era desde la política desde donde se tenían que buscar las soluciones. No negar la política como instrumento de transformación, que es lo que se ha negado aquí mediante el sistema político montado por el gobernador Gildo Insfrán.

–¿Cuál es la razón, en todo caso la palabra, que define o que lo alentó a usted a luchar por el poder político?

–El dolor… el dolor de ver cómo desde la política se usa a la gente, se la maltrata, se le inyecta miedo, se la hace blanco de injusticias, se la obliga a callar, a resignarse, a bajar la mirada… Es muy grave el trato que la política que encarna el gobernador Gildo Insfrán otorga a los formoseños…

–He seguido sus declaraciones, sus reflexiones. La palabra miedo es muy consustancial en todo su discurso. Por alguna razón, quizá por la cercanía y la intensa relación que desde muy lejos en la historia Formosa tiene con Paraguay, el miedo que usted denuncia me hace acordar al Paraguay de Stroessner y el control que ejercía ese régimen sobre todos los pliegues y repliegues de la sociedad. ¿Es válida la comparación aun atendiendo diferencias de legitimidad de poder?

–Aquello fue una dictadura; no lo es el gobierno de Gildo Insfrán. Pero sí lo es que reproduzca sus condiciones de poder y el ejercicio impune de ese poder a partir de la dependencia que tienen miles de formoseños del aparato del Estado, tanto desde lo laboral como de la política de favores que genera el manejo de ese aparato. Le doy un caso. Formosa tiene 70.000 empleados públicos, único sustento para miles de familias que, además, saben que siempre hay un lugarcito en el aparato del Estado para el hijo o el sobrinito. Es decir: hay una cultura del empleo público tan acentuada, con tanta historia, que genera resignaciones, silencios y miedo a perder el trabajo en el cual no se progresa nunca pero se está… se está. Súmele a esto 50.000 planes de familia y tiene en claro dónde está la construcción de poder de Insfrán.

–De ese “se está”, no parece aventurado inferir que no se vive.

–Se vive en ese estadio de silencio, de miedo, de ver pasar la vida sin mayor expectativa que la de subsistir… Yo no critico a la gente que es blanco del sistema montado por Insfrán. Lucho por ella, porque tengan una vida más digna. Lucho desde mi convicción de lo que es la política: es la expresión del amor por el otro, es una acción destinada al otro, a ayudarlo…

–Claro, política y amor… bueno…

–No, no, hay que darle ese sentido, quitarle cinismo, arrogancia, vanidad, colocarla en plano de humanidad. Ese situar a la política en donde no la sitúa el “gildismo”… De todo esto hemos hablado con las fuerzas que conforman el Frente Amplio por Formosa. Hacer de la política y del gobierno que ganaremos una acción para con el otro, sin humillarlo, sin usarlo.

–¿Cómo expresa el miedo ahora, en plena campaña electoral?

–De mil maneras. Gente que, cuando uno entra en un negocio, lo llama a un costado y se confiesa: “Yo lo votaría, pero tengo miedo”…

–Eso habla de control social muy acentuado.

–Por supuesto. Insfrán gobierna desde hace 16 años, a los que deben sumarse los ocho que pasó como vicegobernador. Tiempo más que suficiente para modelar un aparato del Estado con mecanismos bien aceitados para controlar la sociedad. Mire, poder que no se alterna se transforma en poder absoluto y quien lo ejerce se torna peligroso para la democracia, ya que tiene facilitado el camino para transformarse en déspota.

–Admitamos la posibilidad de que ustedes lleguen al poder. ¿Reformarán la Constitución para liquidar la reelección indefinida?

–Ésa es una convicción que forma parte del ideario que da sentido al Frente Amplio por Formosa que me postula para gobernador. No hay posibilidad de oxigenar el sistema político de la provincia sin arremeter contra esa cláusula que, además de anquilosar la dinámica, el movimiento de oportunidades, la movilización intrínseca que debe vigorizarlo, es en sí misma expresión de desdén por la gente, la obliga a funcionar políticamente en un sistema cerrado. Anula, además, el vigor que le suma la militancia a la política… ¿Para qué militar si siempre gobiernan los mismos?

–Debo intuir que, entonces, no le gusta Hugo Chávez.

–Intuye bien.

–Usted señala la dependencia que Formosa tiene del empleo público. Hay, además, una economía provincial vinculada a la informalidad que, entre otras bocas, se alimenta del contrabando vinculado con Paraguay. ¿Qué cree que es posible hacer para, como mínimo, alentar un cambio en la economía formoseña como para entusiasmar a la sociedad o parte de ella?

–Hay que evitar la concentración de la tierra, redefinir las posibilidades del algodón. Hoy tenemos 25.000 hectáreas con algodón y en el pasado llegamos a tener 200.000; hay que buscar inversiones que traigan valor agregado a lo que produzcan, activar los ferrocarriles que nos cerró Carlos Menem y hay que, fundamentalmente, determinar qué podemos hacer con nuestro potencial energético. No es mayúsculo, pero tenemos petróleo y es fundamental poner claro sobre oscuro en relación al rol del Estado en la economía. No puede ser que un grupo minúsculo de empresas tenga hoy el monopolio de la obra pública… Mire, en Formosa está todo por hacerse. Lo que se requiere es un gobierno que no la use para los fines patrimoniales individuales de los que mandan sino para poner el conjunto detrás de un nuevo paradigma…

–Estuvo con Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga…

–Sí, no les vinimos a pedir nada; sí a decirles que nuestro Frente no cortará boleta.

–¿Le gana a Insfrán?

–No tenga dudas… Les agradezco que se hayan interesado por nosotros desde ahí, desde la Patagonia.

–Bueno, usted es noticia…

–Sí, pero bueno…

–Aquí también tuvimos gente de la Iglesia Católica muy valiente en tiempos muy crudos.

–Por supuesto. Cómo olvidar a monseñor Hesayne, De Nevares…


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