El «Indio» que fue cacique en el sur

Llegó a la zona en 1979 proveniente de Estudiantes.

Fue un símbolo de Cipolletti en la década del '80. Aguerrido y metedor como se han visto pocos jugadores en la zona. Infundía miedo a sus rivales por su forma de jugar y por su estampa. Alejado del ambiente del fútbol desde que se retiró, el «Indio» Solari Gil volvió para dar su grito de guerra.

-¿Qué es de tu vida hoy?

-Manejo un camión de «Topsy», hago los repartos en los distintos locales. La verdad es que ahora estoy muy tranquilo.

-¿Hace cuánto que no vas a ver a Cipolletti?

– Desde que me retiré (en 1993) fui una vez porque me entregaron una plaqueta, y después nunca más. Es algo más fuerte que yo, no puedo entrar a la «Visera». Cada vez que lo pienso, se me hace un nudo en el estómago. Ahí viví muchas cosas importantes en mi vida, con personas muy buenas, que algunas ya no están. Es muy duro para mi. Tendría que ser un partido muy especial para que vuelva. Tampoco volví a jugar nunca más al fútbol.

-¿Qué es lo que más extrañás?

-El vestuario. Ahí está el secreto de todo. Si teníamos que estar a las tres y media, yo llegaba una hora antes. Tomaba mate con «Pedrito» Oses, charlaba con mis compañeros. Ahí conocés a las verdaderas personas y sus problemas. No es un trabajo de oficina, que llegás cinco minutos antes, terminás lo que tenés que hacer y te vas. Eso lo hacés con gusto, por placer.

-¿Cuántas veces te echaron?

-(Se ríe) Uhhh…, ya ni me acuerdo. Infinidad de veces.

-¿Cuál fue el delantero más difícil de marcar?

-El «Chirola» Yazalde. Nunca vi hacer lo que hacía él. Cuando saltaba, doblaba las rodillas, ponía los pies para atrás y te sacaba. Era imposible marcarlo sin hacerle falta.

-¿Cuántas veces saliste lesionado?

-Creo que nunca. De la única forma que salía era muerto. Jugué lesionado, infil

trado, pero nunca salí. Me acuerdo un partido con Morón, allá. Yo estaba con un tirón, pero igual entré a jugar. A los 20 minutos no daba más así que me tiré en el piso. Vino el doctor Martínez y le pedí que me infiltre ahí nomás, en la cancha. Me puso la inyección mientras nos tiraban de todo y seguí jugando.

-¿Te acordás de la peor patada que pegaste?

-(Se agarra la cabeza) Sí. Fue al «Ruso» Strack, cuando todavía no lo conocía. Después lo admiré mucho y cada vez que nos encontramos me lo hace recordar y nos reímos. Yo estaba en Roca y fue en un clásico contra Cipolletti, un partido de noche y a cancha llena en el '81. Me dan la pelota y la tiro larga. El «Ruso», con toda su elegancia, me quiso anticipar, y le metí un planchazo en la rodilla terrible. Lo tuvieron que sacar en camilla, lo podría haber quebrado.

-A tu criterio, ¿qué le falta a Cipolletti para ascender?

-No se cuál es el problema, porque siempre llega hasta ahí. Hay jugadores de mucha experiencia. No se si el grupo está realmente unido. Si no es así es muy difícil conseguir cosas.

Joaquín Peralta (AC)

«Yo marqué a Diego»

CIPOLLETTI (AC).- Antes de llegar a la zona, el «Indio» Solari Gil jugó en la primera división defendiendo los colores de Estudiantes de La Plata. En una tarde de 1977 enfrentó a Argentinos y en ese equipo jugaba un «habilidoso de rulos» que pintaba para crack. Por supuesto que se trataba de Diego Maradona. Fiel a su estilo, el «Indio» se jugó la vida para tratar de sacarle la pelota a Diego.

«Era una jugada por la derecha. El venía con pelota dominada y me largué para partirlo. El tipo picó la pelota, me saltó y yo terminé estampillado contra el alambrado. Es que yo siempre jugué al límite, pero sin mala leche», recuerda entre risas, pero con dolor por el presente del «10». «Es una lástima tener que verlo así, porque si hubiese querido podría haber jugado mucho más tiempo». En su carrera también tuvo que marcar a grandes delanteros como al propio Carlos Bianchi, jugando para el Deportivo Roca. «Lo marqué acá contra Vélez en el '82, pero con él me porté bien. Al que le pegué en ese partido fue al 'Beto' Alonso. Eran tipos de mucha experiencia y mucha ubicación en la cancha. Terminamos 0 a 0, pero cuando jugamos allá nos hicieron como seis». (JP)


Fue un símbolo de Cipolletti en la década del '80. Aguerrido y metedor como se han visto pocos jugadores en la zona. Infundía miedo a sus rivales por su forma de jugar y por su estampa. Alejado del ambiente del fútbol desde que se retiró, el "Indio" Solari Gil volvió para dar su grito de guerra.

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