El inevitable paso del tiempo en el deporte
El deporte nos acompaña a lo largo de la vida. Dos hechos de 2021 que marcaron a fuego la historia de dos de las disciplinas más practicadas en el mundo.
El remate del Kun Agüero terminará en la red. Independiente y una goleada 4 a 0 en la vieja ‘Doble Visera’ de Avellaneda.
El Kun Agüero agarró la pelota por izquierda y empezó a enganchar. Una serpentina blanca se enganchó en uno de sus botines y fue bailando con él al ritmo de cada amague que ensayó ante Diego Crosa. Después Agüero definió de zurda y dejó en la memoria un gol recordado por los hinchas, por él cuando anunció su retiro el 15 de diciembre pasado, por quien escribe estas líneas y por tantos y tantas más.
La paternidad de Independiente sobre Racing era mucho más marcada que hoy. No había facebook, instagram, twitter y la vida era otra cosa. Teníamos otros problemas, pero no se vivía a través de las redes sociales.
Año 2005, primera presidencia de Néster Kirchner, en un país que levantaba cabeza después de una de sus crisis sociales, políticas y económicas más sufridas de su repetitiva historia.
Hace un par de semanas, 16 años después y muy emocionado, el Kun anunció que a los 33 años y después de una carrera fantástica ponía fin a su recorrido profesional. Sus lágrimas también fueron nuestras. Por las formas y por el siempre tirano tiempo.
Con detenerse a pensar por un instante todo lo que nos ha pasado en términos colectivos e individuales en esta década y media, basta para dimensionar el inevitable paso del tiempo.
Quienes tenemos entre 30 y 40 hemos crecido con los goles del Kun. En el Rojo, en Atlético de Madrid y Manchester City, el delantero marcó una época.
En la selección se transformó en el tercer máximo goleador, aunque no pudo plasmar lo extraordinario de su nivel en gritos importantes, lo cual le valió una crítica innecesariamente despiadada, porque como todos los de su generación que fue víctima del exitismo que reina en el país.
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Su retiro, el llanto y hasta la puteada que soltó en medio de la tristeza, nos recordaron aquel nene de 15 años que se transformó en el jugador más joven en debutar en primera división y que tres años después le anotó ese hermoso gol a la Academia en un clásico de Avellaneda.
Y con su retiro, también nos llevó a aquellos años, donde nos pasaban otras cosas. En parte éramos los mismos y en parte cambió todo. Pero el tiempo sigue pasando.
Como si nos hiciera falta, la pandemia apareció para enseñarnos que la vida se esfuma y que si no la disfrutamos a tiempo llegará luego un arrepentimiento doloroso.
Reggie Miller en los 90’ y Ray Allen en la década siguiente fueron dos jugadores fantásticos de la NBA. Además de transformarse en tiradores casi infalibles. Se convitieron en basquetbolistas fundamentales de su época.
La liga más importante del mundo, las estadísticas son mucho más que números. Dan prestigio porque marcan el ritmo del deporte. Quienes tienen buenos porcentajes pretenden mantenerlos y los rivales hacen de todo para evitar que los mejores tiradores encesten en cantidad.
El 10 de febrero del 2011, Allen superó a Miller como el mayor triplero de la historia de la NBA cuando le anotó a Los Lakers jugando para Boston. Ese día, Reggie y Ray se abrazaron pasándose la posta.
El 14 de diciembre de 2021, con muchos menos partidos jugados y en menos lanzamientos, Stephen Curry superó a Allen, quien también estuvo en la cancha para repetir la escena vivida diez años antes.
La mezcla de generaciones bien podría reflejar el ideal de lo que sería sano ver fuera de la cancha. No por viejo es malo, no por joven es bueno. Entender que el tiempo pasa y que cada uno hizo lo mejor en su tiempo nos haría bien a todos. Los cracks de la NBA, una vez más, nos dejaron un mensaje.
Preocupados por el día a día, muchas veces perdemos la perspectiva.
El deporte enseña, acompaña y sirve de ejemplo, para lo malo y para lo bueno. Nos expone y potencia con la misma facilidad y estas características lo hacen necesario en la vida del ser humano.
Los eventos, partidos, triunfos, derrotas u hechos deportivos históricos en general marcan nuestra vida.
Y muchas veces, nos da fuerza para seguir adelante.
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