El jubilado que forjó su propia empresa

Tras más de cuatro décadas de trabajo en relación de dependencia, Roberto Rodríguez eludió el retiro y fundó una pyme. Con el paso de los años sus hijos tomaron las riendas de una firma abocada a los servicios para la industria petrolera.

Después de trabajar en el petróleo durante 45 años en relación de dependencia y de viajar por el mundo, podría decirse que Roberto Rodríguez se había ganado un merecido descanso. Sin embargo, antes de jubilarse ya venía pensando algo bien distinto: crear su propia empresa.

“En un lugar prestado comencé en 2006 fabricando tanques y piletas, algo que siempre es demandado por las empresas petroleras. Al año siguiente me asocié con Jorge Parra, formé la empresa, nos instalamos aquí en el Parque Industrial y comenzamos a fabricar para terceros”, recuerda Roberto.

Pablo, uno de sus hijos, trabajaba en el sector bancario. “En 2008 largué todo para acompañar a mi padre y me incorporé a la empresa. Me hice cargo de la división de arenado y pintura, que fue otro servicio que sumamos para crecer como empresa. Justo fue en una de las crisis importantes del sector, pero salimos adelante”, comenta.

Finalmente, en 2014, Parra se desvincula y se suma Fernando, el otro hijo de Roberto que se había recibido de ingeniero industrial en Córdoba. “Si bien soy gerente general y sigo asesorando, fue el momento en que decidí retirarme para que mis hijos se hagan cargo de la empresa”, cuenta .

La empresa fue creciendo a la par de las necesidades de un sector como el petrolero que cada día demanda más y mejores servicios. “Incorporamos una tercera unidad de negocios que es la de soldadura bajo procedimiento. Estamos en la búsqueda de un supervisor con experiencia para que nosotros podamos dedicarnos más a la parte comercial, estar más en contacto con los clientes”, explica Pablo.

Como en muchas empresas familiares, el manejo cotidiano y la toma de decisiones no seguían un curso prefijado. Decidieron profesionalizar el negocio, dividir tareas. “En el Centro Pyme de Neuquén hicimos el programa de Mejora Continua y nos ayudó a enfocarnos como empresa. Hoy yo me ocupo más de lo operativo y mi hermano de la parte comercial”, resume Fernando.

Si bien no descartan sumar una base más cercana a Vaca Muerta en el futuro, hoy en Metalúrgica RP se dedican a consolidar la sede ubicada en el PIN Oeste, un predio de una hectárea donde se encuentra una nave de 650 metros cuadrados para los trabajos de soldadura y metalúrgicos, a los que pronto se sumarán otros 450 metros cuadrados para el servicio de pintura. Tienen cinco empleados fijos y suman a otros eventuales de acuerdo al volumen de trabajo.

Operan principalmente con las empresas de servicio y el trabajo no falta, más bien todo lo contrario, pero el camino no es fácil. “Los gobiernos no favorecen a las pymes, tenemos que pagar el IVA apenas presentamos la factura. La carga impositiva, ya sea nacional, provincial o municipal es asfixiante, prácticamente hay que trabajar cinco meses al año sólo para pagar impuestos”, se lamenta Roberto.

En números

La experiencia de recorrer el mundo y de trabajar junto a sus hijos

Con la experiencia de haber trabajado más de cuatro décadas en la industria petrolera, desde Argentina a Canadá, pasando por Ecuador y otros países, Roberto Rodríguez no tiene dudas de que la actividad tiene muchos años de porvenir.

“El mundo se mueve por la energía. Desde los aviones y autos hasta las fábricas y la heladera de nuestra casa, todo necesita energía para funcionar. Siempre vamos a tener trabajo y hay que aprovecharlo, sobre todo en una provincia que basa su economía en el petróleo y el gas”, dice totalmente convencido.

Sus hijos Pablo y Fernando se han hecho cargo Metalúrgica RP, la empresa que creó hace poco más de diez años. “Me retiré pero nunca me fui del todo, trato de aportar mi experiencia y lo que aprendí en este tiempo, que no es poco”, comenta quien todavía ve a su firma como “un taller con aspiración de empresa”.

Lo cierto es que la segunda generación familiar ya le está dando un manejo profesional. “Participamos del programa de Mejora de la Productividad de PAE y nos dimos cuenta que con los mismos recursos que tenemos podemos ser más eficientes”, asegura Fernando.

Los problemas que ven hoy están más vinculados a la situación del país que a la industria hidrocarburífera. “El principal inconveniente de las pymes es que la cadena de pagos se ha retrasado a niveles alarmantes. Desde que comenzamos un trabajo hasta que podemos cobrarlo pasan tres o cuatro meses ”, resume Pablo.

Energía Mundo pyme

Datos

1.100
metros cuadrados tendrá la planta de la firma cuando completen la ampliación del servicio de pintura.
11 años
acaba de cumplir la metalúrgica que funciona en el Parque Industrial de Neuquén.

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