El puerto de San Antonio Este, la otra cara de la tragedia frutícola

Las exportaciones por el puerto de San Antonio Este (SAE) alcanzaron, en este primer semestre del año, las 152.000 toneladas, el volumen más bajo de los últimos 30 años. Cuando se compara esta cifra con el mismo período del año anterior, la caída se ubica en el 25%.

Las expectativas hacia fines del año pasado no eran estas. En ese entonces desde la Terminal Portuaria Patagonia Norte (TPPN) aseguraban que se esperaba un incremento de los embarques del orden del 10% respecto de los registros consolidados en 2018. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó, pero lo concreto es que lo que se proyectaba al inicio de la temporada no se condice con los números oficiales que muestra TPPN.

La situación está cerca de ser dramática, teniendo en cuenta el desplome que sufrió este sector de servicios, clave para llegar con distintos productos frutihortícolas a los mercados de ultramar.

Los números son ciertamente preocupantes. Sólo hay que observar que durante los primeros seis meses de la temporada 2005 los embarques por este puerto rionegrino con destino a Europa, Estados Unidos, Rusia y norte de África alcanzaba las 588.000 toneladas entre peras, manzanas, carozos, cebollas y ajos.

A la distancia se puede decir que, a partir de 2007, las economías regionales comenzaron a perder competitividad. Es que los costos comenzaron a subir a la par de una inflación en dólares y no se podían convalidar con los precios que obtenía nuestra fruta en los distintos destinos del exterior.

El deterioro que sufrió la actividad en todo este último período 2007-2018 terminó con una brutal descapitalización del sistema que impactó de lleno en la productividad y calidad de la oferta exportable.

La euforia de la década ganada en la era Kirchner y las fallidas expectativas de cambio que mostró la gestión del presidente Macri terminaron por hundir a la fruticultura del Valle. Las cifras que muestra hoy el puerto de San Antonio Este son también parte de esta tragedia.

Durante años la producción de peras y manzanas impulsaron el desarrollo de toda esta enorme región bajo riego y justamente por el crecimiento que registraban estas dos especies frutícolas es que nació la necesidad de contar con un punto de salida comercial incorporando así el último eslabón de la cadena: el puerto de San Antonio este, la última gran obra de infraestructura que se realizó en tierras rionegrinas.

Hoy aparecen nuevas expectativas en la región. Ninguna de corto plazo, ya que será muy difícil remontar el nivel de degradación que sufrió el sistema frutícola del valle en todo este último tiempo.

El acuerdo Unión Europea-Mercosur que nos integra al mundo, es un cambio de paradigma para nuestro país. En las últimas décadas vivimos encerrados con lo nuestro y los resultados económicos están a la vista. No hay mucho más que decir.

Esta alianza estratégica entre los dos bloques comerciales es un primer paso importante para nuestra fruticultura. En un principio, se deberá trabajar para el largo plazo, algo sobre lo que los argentinos perdimos la iniciativa hace tiempo.

Las expectativas de lograr resultados en la fruticultura tras este acuerdo están puestas recién para 2022. Muchos serán los que aprovecharán esta iniciativa, muchos otros serán sólo meros observadores.

La región está frente a una nueva oportunidad para capitalizarse, siempre hablando del mediano-largo plazo. Lo que el sector no puede soportar más, porque no tiene margen para ello, es una nueva frustración, producto de la impericia de nuestros gobernantes de no poder sostener en el tiempo políticas públicas estratégicas.

López: “En lugar de ganar, estamos empatando”

“Esta temporada fue la peor en 30 años en materia de exportación. Hoy, en lugar de ganar, estamos empatando. No tenemos definido hasta dónde podríamos tolerar semejante crisis. Depende de un montón de factores. Lo cierto es que se trabaja mes a mes, con la esperanza de que todo repunte. Es muy difícil. Una situación sumamente complicada”.

Con estas palabras, el gerente de Patagonia Norte, Cristian López, evaluó la última temporada de exportación frutícola que se realizó desde la terminal portuaria que concesiona la firma que representa.

“La crisis de la fruticultura es la principal razón de esta caída de las toneladas operadas” argumentó. Y agregó que “la operación de los parques eólicos (en relación a los embarques de ese material que llegaron para el parque que se levantó en Pomona) permitió cerrar el 2018 de una manera más decorosa.

En este marco, López reconoció qué “se siguen buscando alternativas porque no hay forma de sostener este andamiaje con una actividad que está en crisis”. Y aseguró que “trabajamos de manera incansable en buscar nuevas alternativas de negocios”.

Una de estas opciones es, según el gerente “exportar arena, equipos petroleros u otros insumos de los que requiera Vaca Muerta”. En ese sentido días atrás “se hicieron pruebas para saber si los camiones de mayor porte llamados bitrenes que realizan la carga de arena pueden girar arriba del muelle. Y se demostró que sí”.

Sin embargo, adelantó que esa iniciativa no será de resolución inmediata. “son proyectos que poseen mucho tiempo de gestación. Recién a mitad del año entrante habrá novedades”, finalizó López.

Sólo tres destinos concentran el 75% de las exportaciones

Las frías estadísticas detallan que sólo tres destinos concentran el 75% de la oferta exportable frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén que se embarca por el puerto de San Antonio Este (SAE).

Rusia es el principal destino, que absorbió en estos primeros seis meses del año 65.730 toneladas de peras y manzanas valletanas, mostrando este volumen una caída interanual del 22%. Para dar un dato de referencia, durante el primer semestre de 2008 las exportaciones que salieron de SAE hacia el mercado ruso alcanzaron las 185.000 toneladas, casi tres veces lo embarcado en la actual temporada. Como segundo destino de importancia se encuentra Estados Unidos y en tercer término Holanda, con las mismas tendencias mencionadas, tal se grafica en los infogramas adjuntos.

La concentración se da también en las expresas exportadoras. Según datos de la TPPN el Grupo Prima comercializó en esta primera parte del año el 37% del total de los embarques que salieron por SAE. Y entre las cinco principales firmas concentran el 75% del total de la exportación.