El turismo estudiantil, ante el peor de los escenarios

En Bariloche los referentes del rubro aún tienen esperanza, aunque se perdió casi por completo la temporada 2020 y se espera un panorama similar en el 2021. La situación sanitaria continúa siendo crítica, con unos 1.500 casos activos.

Los cierres y prohibiciones aplicados con la segunda ola de covid-19 terminaron de enterrar las expectativas de reactivación del turismo estudiantil, que ya perdió casi por completo la temporada 2020 y se encamina a sufrir un perjuicio similar en el 2021.

El presidente de la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche, Daniel García, dijo que la crisis que atraviesan es “muy preocupante”, pero todavía no pierden las esperanzas de volver a recibir grupos “una vez que arranque el turismo individual”. La temporada ordinaria, según la planificación que se cumple año a año, debería iniciarse el 1 de julio. Sin embargo, los permisos aparecen todavía como una posibilidad muy lejana, más aún cuando la pandemia no cede terreno y la situación en Bariloche es crítica, con unos 1.500 casos activos y una media de 20 fallecimientos por semana.

García dijo que durante la apertura de la actividad en el último verano “los protocolos funcionaron muy bien” y hubo algunos contagios “muy difundidos”, que fueron la excepción. Subrayó que el sector de los viajes estudiantiles fue el más afectado dentro del turismo en general y que volver a ponerlo en marcha “va a costar mucho”. De la actividad dependen unos 2.000 empleos directos en Bariloche.

La apertura para reprogramar los viajes atrasados del año pasado se aprobó en diciembre y funcionó hasta poco antes de Semana Santa, lo que permitió traer unos 8.000 jóvenes a Bariloche, sobre un total de 80.000.

Ricardo Rimoldi, titular de la empresa Alliance (que administra las principales discotecas de la ciudad), dijo que de aquellos que quedan “cada vez más son los que piden devoluciones” y hoy estarían en condiciones de cumplir el viaje alrededor de la mitad.

A eso se suma la imposibilidad de vender los paquetes de 2022 y 2023 debido a la falta de presencialidad en las escuelas. El panorama de conjunto es muy oscuro para el sector, admitió Rimoldi.

El sector de los viajes estudiantiles fue el más afectado dentro del turismo en general y volver a ponerlo en marcha va a costar mucho”.

Daniel García, presidente de la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche.

Dijo que las principales ciudades emisivas de los estudiantes que recibe Bariloche (alrededor del 50% del mercado) están en el área metropolitana Buenos Aires, donde el impacto del coronavirus es más fuerte. “Si no nos permiten iniciar la temporada 2021 en término, todo se va a complicar mucho más”, dijo el empresario.

Le preocupa que -a diferencia del año pasado- el bloqueo a los viajes de egresados quedó fijado expresamente por un decreto de necesidad y urgencia del presidente Alberto Fernández. “El contexto cambió porque ahora hay que modificar un DNU y no es poca cosa. Tenemos esperanzas, pero las mías en particular son bastante pobres”, afirmó Rimoldi.

Algo más optimista fue la evaluación de García, quien dijo que si las nuevas medidas restrictivas consiguen descomprimir la situación en los hospitales “no habría inconvenientes” para la vuelta del turismo joven a Bariloche. Subrayó que el viaje a esta ciudad “es un producto muy impuesto en los chicos” y esa cultura se mantiene.

Aseguró que ya tienen una campaña promocional lista a la espera de ese momento, pero admitió que “desde el último corte no hubo otros contactos oficiales”, fuera del viaje que realizó a Buenos Aires el intendente Gustavo Gennuso con varios referentes del sector, empresarios y sindicalistas para exponer lo grave que resulta para Bariloche la parálisis del turismo estudiantil.

Cuando se le preguntó por el “horizonte” que tienen a la vista, Rimoldi dijo que “hoy el horizonte no existe” y se mostró poco inclinado a creer en un cambio de situación en lo inmediato.

Dijo que para la preventa de la temporada 2022 el tiempo es estrechísimo y las grandes empresas operadoras no saben qué rumbo tomar. “Algo, muy poquito se vendió, porque hay megapromociones, pero esto debería empezarse a vender ya. Y en julio o agosto se empieza a vender 2023 -explicó-. De otro modo es imposible, porque el financiamiento funciona así, y si se acortan y la cuota sube, habrá muchos padres que no lo pueden pagar”.

También por el cierre de fronteras está perdido hasta nuevo aviso el mercado de Chile y el de Uruguay, que aportaban varios miles de estudiantes cada año.

Rimoldi reconoció que volver a poner en marcha la rueda va a llevar un gran esfuerzo.


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