Wandagate: la historia sigue con formato multi plataforma

En este escándalo que sacudió al público argentino en las últimas semanas, es indivisible lo que ocurre en las redes y en la TV. Las protagonistas y las plataformas se retroalimentan constantemente. ¿A qué se debe?

Primera tendencia en Twitter desde varias horas antes de la entrevista. Contenido viral a lo largo de la nota, con clips al instante en las redes del canal. Miles de compartidos en la red del pajarito, en Instagram y en Facebook. La nota de Wanda Nara con Susana Giménez fue, quizás, de los productos televisivos que más repercusión generaron en este año. Esperado como pocos, se llevó la atención desde la previa hasta el post.


Cuando aún quedan esquirlas de aquella entrevista/adelanto (porque en realidad no se televisó la nota completa), otra charla se impone casi con la misma fuerza. Publicitada por todos lados, la nota de Alejandro Fantino a Eugenia “China” Suárez promete brindar el Lado B de esta historia que comenzó como un escándalo mediático y, de alguna forma, se transformó en una competencia de consumos multimediales, con las protagonistas “vendiendo” su palabra a distintas plataformas.

¿Por qué apareció este nuevo nicho de contenido? ¿Por qué es aceptable, tanto para los protagonistas como para los canales de difusión, capitalizar una situación que en principio se planteó como angustiante?

Sabemos que el mundo de la TV suele tener cierto morbo. De hecho, los escándalos mediáticos siempre fueron un contenido fuerte para la escena nacional. Pero en este caso es como si el escándalo hubiera estado perfectamente planeado para su distribución en los medios. Todo cierra perfecto para segmentar, distribuir y reproducir.

Hay una relación íntima entre esta historia y las redes sociales. Primero, porque el Wanda Gate comenzó en Instagram, más precisamente en las historias de Wanda Nara. Segundo, porque fue allí donde se dieron las respuestas de la China Suárez, y también donde muchos panelistas advertían cambios en los perfiles. Por ejemplo, cuando Icardi y Wanda se dejaron de seguir, o cuando el jugador eliminó todas sus fotos. Estaba claro, el campo de batalla estaba detrás de los avatares. Y tercero, y quizás esta sea la clave para entender el éxito, porque hay una cercanía entre este tipo de situaciones, el lenguaje de los “memes”, la viralización y varios aspectos que son más propios de las redes sociales que de la televisión, pero que al mismo tiempo se hacen cada vez más cercanos a la pantalla.


Lo dicho: es imposible concebir toda esta situación sin la existencia de las redes. Susana Giménez y Alejandro Fantino podrían haber hablado igualmente con los protagonistas, pero es seguro que no hubiera tenido toda la repercusión que tuvo hasta el momento (y que tendrá en estos días). ¿De qué hubieran hablado en Los Ángeles de la Mañana, por ejemplo, donde constantemente revisaban todo lo acontecido en Instagram?

En este nuevo nicho de contenidos, no es escindible lo que ocurre en las redes y lo que ocurre en TV. Las distintas plataformas se retroalimentan. Si Wanda sube algo a su perfil, es contenido para la entrevista luego. Y si de esa entrevista se desprende algo “picante”, es comentario en redes. Y así constantemente.

En el medio de esto, las plataformas de streaming, las grandes ganadoras en casi todas las guerras multimediales de estos años, volvieron a sacar ventaja. ¿Querés saber qué pasó en la entrevista con Susana? Entonces te mostramos un adelanto… pero para ver toda la nota vas a necesitar usuario de Paramount Plus. ¿Ah, te interesa lo que dijo la China? Excelente, sumá la membresía de Star Plus. Y así, constantemente.


Una vez más, queda la sensación de que todo estuvo hecho a la medida del público. Esto no significa que el escándalo no sea real. Nadie duda de la palabra de las protagonistas, de ese dolor real, del engaño y de la culpa, el arrepentimiento y el perdón. Pero, por cómo se fue resolviendo todo, es imposible no pensar que el carácter mediático de las involucradas aportó el contexto ideal para armar un escándalo on demand. ¿Querían algo para chusmear? Excelente, acá les dejamos la producción del año.

Todo sirve para sumar un númerito más. Una suscripción más. Un like más, un retweet más, una visualización más. En esta vorágine en la que redes y televisión se fusionan, cualquier excusa es válida para seguir vendiendo. Y con dos protagonistas que entienden de este negocio, el éxito está garantizado. Habrá más capítulos del Wanda Gate, y es lógico: así fue concebido este “escándalo” que guarda más de marketing que de situación angustiante.


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