Emotivo homenaje a Santa Bárbara, patrona de los mineros

SIERRA GRANDE (ASG).- Con clima renovado, los mineros en actividad y ex trabajadores de las entrañas de la tierra volvieron a honrar ayer a Santa Bárbara en su día. Cientos de fieles llegaron, algunos de ellos caminando, hasta la entrada de la mina de Sierra Grande para participar de una misa.

Cada 4 de diciembre desde hace unos años la historia se repite y los honores son para Santa Bárbara, la patrona de los mineros.

Aquel ruego esperanzado, que hasta el año pasado era por trabajo, este año se transformó en un gesto de agradecimiento por la apertura de la mina y fue un pedido de protección a los que trabajan de la minería.

Cada uno tuvo maneras diferentes de conmemorar este día que contó con varios acontecimientos especiales.

Por un lado, los ex mineros, autoridades de la empresa Hiparsa y concejales descubrieron dos placas recordatorias en la plazoleta de los mineros recientemente inaugurada.

Una de las placas recordatorias que los ediles Raúl Severino y Josefina Vasini descubrieron en nombre del Consejo deliberante es para mantener vivo el recuerdo «para los mineros que dejaron su vida en las entrañas de este suelo», expresa el texto.

También los ex mineros descubrieron una placa que cedió la empresa Hiparsa en homenaje al 28 de octubre, el día del minero. «Necesitamos que ahora entre todos cuidemos esta plaza» expresó a viva voz contra el viento el ex minero, Enrique Ramos.

Mientras esto ocurría, avanzaba una columna de 30 hombres, tra

bajadores en actividad con mamelucos azules y cascos amarillos de la «Minera Sierra Grande» y otros ex mineros, esposas e hijos que habían iniciado una procesión a pie desde la parroquia Nuestra señora de Lourdes hasta la bocamina.

Desde las 8 de la mañana, estos peregrinos caminaban cada uno con una intención diferente pero que en definitiva estaba vinculada al agradecimiento por la fuente de empleo. «Mientras el cuerpo me dé, haré esta procesión por el trabajo» expresó Catalina López, esposa de un ex mecánico de Hipasam, mientras caminaba a paso firme a lo largo de los 8 kilómetros que unen la ciudad de la mina.

Ni el viento amenazante detuvo esta columna de fieles que pocas veces detuvo su marcha para beber algo de agua. Adelante, la imagen de Santa Bárbara y de la Virgen del Socavón eran transportadas en el camión de los bomberos Voluntarios de la ciudad con dos cadetes.

Una vez en el socavón se juntaron los mineros que llegaron de a pie y los que fueron trasportados en micro. A los pocos minutos eran cerca de 200 las personas que escuchaban la homilía del párroco Gustavo Rojas al pie de la imagen tallada que se encuentra justo en el ingreso a la mina.

Entre los que estaban en la misa había un grupo de trabajadores de origen chino y uno de los dueños de la empresa que observaban con respeto una creencia nueva para ellos.

Una procesión llena de historias

SIERRA GRANDE (ASG).- Entre los caminantes de la procesión había dos historias que se unían en el sentimiento y en la devoción por Santa Bárbara, pero con motivos diferentes.

Por un lado Mario Sayueque, de 24 años, caminó con el propósito de pedir protección a la Patrona de los mineros en su nuevo empleo en la Minera. El joven es hijo de Isabelino, que en la era Hipasam trabajó de jumbista y perforista de la empresa.

Ayer padre e hijo se juntaron bajo la imagen de la patrona de los mineros para venerarla. «Antes venía a acompañar a mi padre y ahora vengo a pedir protección», dijo Mario, que trabaja como mecánico de mina.

Asegura que no tiene miedo de trabajar en las profundidades, «solo respeto» confiesa, y agrega que todos los días antes de bajar a la mina se persigna y se saca el casco para pedir la protección necesaria. Su padre orgulloso le da fuerzas para seguir firme en su trabajo.

Entre los caminantes también estaba David Quispe, un ex trabajador de Hipasam, que se desempeñaba en las tareas de explosivos y que desde el año 92 no llegaba a la boca mina.

Ayer no dudó en sumarse a la procesión a pie porque tiene ganas de volver a sentir el trabajo de la minería. Peregrinó por el trabajo que espera con ganas.

«Ni siquiera pude sacar una foto de lo nervioso que estaba pensé que nunca iba a volver a ver la mina y compañeros que hace rato no veía», expresó el ex minero.

Quispe recordó que no es la primera vez que caminaba hasta el yacimiento porque en tiempos de conflicto a principios de los '90, en varias oportunidades tuvo que hacer ese trayecto.