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El medio ambiente somos todos: qué podemos hacer

Ambiente sos vos, soy yo. Es el aire que respirás y la tierra que pisas. La hormiga que pasa por adelante y el mosquito molesto.

Redacción

Por Laura Collavini

Hace más de un año, en pleno recorrido pandémico y de aislamiento, escribí un libro. Su titulo es “Mi ambiente y yo”. La intención fue poder relatar, compartir, el recorrido que fui transitando.
Una vez escrito, registré que lo necesitaba. Tener la capacidad de hacerme cargo de una mirada propia, personal. La que ejecuto naturalmente.


Tal vez en cierta medida porque mis genes están con esa información y en otra gran parte, debido a mis experiencias y la búsqueda de la plenitud.


Esa palabra tan abstracta, plenitud, en mi concepción lejos está de ser felicidad o propaganda televisiva. Es simplemente la vivencia en equilibrio, la sensación de estar realizando aquello que se desea, en el modo que se considera más apropiado, en mi caso le agrego, en beneficio de todos.


El transitar por la educación, la familia, la fundación dedicada al medio ambiente y otras tantas vivencias me llevó a registrar la importancia y la mirada trascendental que tiene la educación en ambiente.
Si digo educación estoy segura que, como me pasa a mí también, muchos registrarán una sensación de agobio y aburrimiento. Si, claramente la palabra educación está trillada.
Siempre se habla de más o menos lo mismo, sin cambiar demasiado.


Sos vos, soy yo


Sin embargo, hay un desarrollo en ambiente que es de cada instante. Lejos de cuadernos y pizarrones.

La concepción de esta palabra “ambiente” siempre la referimos lejos de cada uno de nosotros. La consideramos como el océano, que tal vez no está tan cercano, el agua, que si abrimos la canilla y tenemos agua no registramos la problemática.

Siempre lo vemos lejos y poco entendemos de la necesidad de tanta revolución al respecto, si podemos tomar el auto y salir a donde necesitamos o deseamos.

La concepción que propongo es otra.

Ambiente sos vos, soy yo. Es el aire que respirás y la tierra que pisas. La hormiga que pasa por adelante y el mosquito molesto. También es el oso polar en extinción y el perro de tu vecino. Tu hijo y el amigo de él que no te bancás.


El humo que te comiste del auto de adelante y la gaseosa que te compraste para refrescarte.

El árbol que se cortó para hacer una calle más y la lata de cerveza revoleada al pasar. Todo es ambiente.
La interrelación entre todas las variables nos afecta, porque todos somos parte de un mismo sistema ambiental.

Vamos a poner un ejemplo a modo didáctico. Si salimos a la calle enojados, seguramente nuestra forma de manejar lo va a reflejar, alguna maniobra hará poner en alerta a otro, conductor o peatón, afectándolo en forma directa.

El bosque que no está más nos afecta, el gesto solidario hacia mi persona me afecta y el que se realizo a miles de kilómetros también, porque estamos comunicados aunque la red de internet esté caída.

El gesto amoroso para recibir y dar lugar al recién llegado y la respuesta con desgano, nos afecta a todos. Es contagioso, como los bostezos.
Si quieren una imagen más poética sería como una piedra que tiramos sobre un espejo de agua. Comienza a moverse, a hacer círculos alrededor y se van extendiendo hasta distancias que no dimensionamos.


El plástico que tiramos en la calle afecta al pájaro que puede comérselo y a todos.

Esto es claramente la nueva mirada. Saber que interactuamos en forma concreta, específica en cada instante y nada desaparece. Nuestras ondas que emitimos, están ejerciendo fuerza hacia otro.
Ser conscientes y protagonistas de nuestra vida es la nueva concepción que propongo.

Elegir qué compramos y conocer qué onda generará en el mundo. Qué hacemos con la botella de gaseosa, cómo separamos residuos, cómo tratamos a la persona que nos ofendió y qué gestión hacemos con nuestras emociones.
Este último párrafo encierra todo.


Para esto es necesario un cambio de hábitos y también reconocernos.

Mirar nuestra red de contención actual, sin juzgar. Conocer de dónde venimos, dónde estamos.
Parece simple así dicho. Pero, sé que encierra muchos rincones sin explorar, con dolores, heridas, que si no son trabajadas, ensucian nuestra vida.

Mi propósito es educar para evolucionar, para ser mejores para nosotros y para el entorno.
Para nuestro presente y futuro.

(*) Licenciada en Psicopedagogía.
laucollavini@gmail.com


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