“En Cerro Chapelco los niños son los reyes de la montaña”

Ezio Mucelli, el Tano, es profesor de esquí de niños y adolescentes desde hace 37 años en San Martín de los Andes. Contó cómo viven los chicos sus primeros deslices en la nieve, qué es lo que más les gusta y qué se debe tener en cuenta para que comiencen a esquiar.

“El entorno se presta bien, porque es seguro. En Chapelco hay pistas con pendiente, pistas rojas y negras, y también abundan las pistas azules, los bosques y los caminos entre los árboles, donde los chicos se divierten mucho. Las familias los dejan y se distienden todo el día”, dijo Ezio Mucelli, el Tano, profesor de esquí con muchos años de enseñanza y especialización que trabaja en Cerro Chapelco desde el 79, y desde 1984 se hizo cargo de la Junior Academy.

Antes, el principal demandante era el adulto en las escuelas de esquí. Eso cambió y el principal producto que se vende ahora, después de las clases individuales, son las clases de niños, con grupos más numerosos y un plantel de profesores muy preparados para enseñar.

Ezio Mucelli, el Tano, hace 37 años trabaja en la Junior Academy. Foto gentileza.

La Junior Academy, va desde los 6 a 15 años de edad y en temporada alta, por tres días, sale $23.000 (no incluye equipos). Los integrantes almuerzan, tienen compañía permanente y al final del curso participan de una carrera semanal. El jardín de nieve es de 3 a 5 años, ideal para los pequeños porque aprenden a esquiar con mucha diversión y contención. Por tres días, en temporada alta sale $18.900 (no incluye equipos).

“Tenemos clases de día entero, a las 10:30 llegan y están hasta la tarde, con una pausa para el almuerzo. Este año por la pandemia se ajustaron algunas cosas pero podemos decir que en Chapelco los niños son los reyes de la montaña”, sostuvo Ezio Mucelli y celebró poder volver a la escuela.

La mejor edad para comenzar a aprender a esquiar son los 5 años. Foto Patricio Rodríguez.

La mejor edad para comenzar a aprender a esquiar son los 5 años. Se los puede hacer esquiar antes, pero hasta los 3 se llaman deambuladores, porque están embelesados con el entorno, solo quieren jugar con la nieve.

En un paisaje bello, los chicos aprenden con diversión y los profesores afrontar el desafío de enseñar. “Cuando empecé me costó, porque no todos tienen el don de enseñarle a un chico, unos lo traen naturalmente, otros lo aprenden. A un grande le decís lo que debe hacer y lo ejecuta, a un chico le explicás y aprende más que nada por imitación, instintivamente, como a caminar. Le decís ‘ponete los esquí y seguime’ y lo hace. Un adulto, se los pone por primera vez y se cae. El niño aprende naturalmente”, sostuvo.

Foto: Cerro Chapelco.

Ezio ve que hay chicos que empezaron en la escuela y hoy son instructores o que llegaron como turistas hace años y terminaron compitiendo afuera. El profesor relató que ve que todos disfrutan mucho y enseñar, si bien es una tarea difícil, por la responsabilidad que conlleva, es muy lindo.

Parte del equipo que enseña en la montaña

“Ellos tienen una fantasía que todo es como estar en un cuento. Quieren volver a venir, algunos se hacen grandes y piden estar en la junior, porque se divierten. El chico no es como el adulto, que parará a sacarse fotos, a tomar un café. Los chicos no paran nunca. Comen y se quieren poner los esquís para salir de nuevo”, concluyó el profesor.


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