Cómo funciona el complejo que genera energía y protege a Vaca Muerta de inundaciones

El Complejo Cerros Colorados lleva 48 años absorbiendo las crecidas del río Neuquén. Posee cinco presas y cuatro embalses de los cuales depende demás el riego de 70.000 hectáreas.

Desde julio de 1978 el Complejo Multipropósito Cerros Colorados es literalmente el guardián del Alto Valle de Río Negro y Neuquén pues es el único que se encarga de regular las cada vez más frecuentes crecidas del río Neuquén que pondrían en riesgo todas las actividades y viviendas ubicadas aguas abajo, pero que también garantiza, en los momentos de sequía, el agua para las 70.000 hectáreas productivas de Río Negro, para media docena de municipios y también para el fracking de Vaca Muerta.

Energía On participó de una recorrida por este emblemático complejo que, a casi medio siglo de su puesta en marcha hoy vive momentos de incertidumbre ante el proceso licitatorio que abrió Nación para ésta y otras cuatro represas de la región. Una iniciativa en la que los actuales titulares, Aconcagua Energía Generación -aunque técnicamente continúa bajo el nombre de Orazul- se presentaron para continuar al frente de la operación.

Sobre una ladera de material suelto que es la que permite el salto de 74 metros que potencia la generación de energía, se ubica la Central Planicie Banderita, en donde funcionan los dos generadores alimentados por las turbinas Francis que pueden aportar hasta 479 MW de energía. Una potencia tan grande que alcanzaría para cubrir la demanda desde Plottier, en Neuquén, hasta Villa Regina, en Río Negro.

En el interior del edificio que parece descender interminablemente copiando el relieve del talud está la sala de control de todo el complejo, el verdadero cerebro desde el cual 12 operarios distribuidos en seis turnos tienen la función de operar con precisión de relojero suizo las 34 compuertas que posee todo el complejo.

Es que si bien uno podría pensar que una represa es algo relativamente simple de comprender, al menos en un diagrama, Cerros Colorados se encarga de patear el tablero pues posee cinco presas, cuatro embalses artificiales y un cause ecológico del río que bordea de punta a punta, el trabajo de los operarios.

El complejo tiene una capacidad instalada para generar 479 MW de energía. (Foto: Florencia Salto)

Los responsables del complejo son Gastón Gualda y Sergio Sánchez, quienes con sus largos años de experiencia en su operación, enfatizaron la complejidad del río Neuquén «que lleva 30 metros cúbicos por segundo en verano, cuando más agua se necesita, y hace enormes crecidas de hasta 11.500 metros cúbicos por segundo en invierno».

Pero además alertaron del impacto de algo que parece tan lejano, como el cambio climático, al indicar que «históricamente el régimen del río eran 10 años secos y 10 años húmedos, pero desde hace 15 años eso se cambió y cada vez vemos más crecidas». Al punto que recordaron que en 2023 hubo tres grandes pulsos de agua durante el invierno.

La importancia de este complejo para la defensa de todo lo ubicado aguas abajo cuenta incluso con un dictamen judicial con aval de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que en 2009 ordenó la ampliación de esta protección.

«El fallo ordena ampliar Portezuelo Grande para poder absorber una crecida más grande de los 11.500 metros cúbicos por segundo que se suponía era algo que no iba a darse en 50.000 años y ya pasó», explicaron los referentes a la vez que indicaron que «otra alternativa es realizar otra represa aguas arriba, como Chihuido I o Chihuido II. Pero ni una cosa, ni la otra se han hecho».

La operatoria del complejo comienza precisamente en Portezuelo donde el agua se desvía por las primeras compuertas al embalse Los Barreales. Allí es dónde se absorben las crecidas, pues luego el agua pasa por otras compuertas al embalse Marí Menuco.

Y en este juego de precisión, compuertas y niveles, el agua termina pasando por la Central Cerros Colorados para generar energía antes de volver al sistema que suma más presas compensadoras que finalmente liberan el agua en la medida justa al resto del cauce del impredecible río Neuquén.