El CEO de Vista aconsejó a nuevos profesionales: «Poco se aprende sentado solo en una oficina»
Miguel Galuccio, fundador de Vista, participó del acto de colación de grado y posgrado del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
El fundador y CEO de Vista, Miguel Galuccio fue invitado de honor y padrino en la ceremonia de colación Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Se recibieron estudiantes de grado y posgrado. El ejecutivo aconsejó a los graduados a salir al terreno: «vayan donde están los problemas, vayan al campo, vayan a la trinchera. Muy pocas cosas se aprenden en una oficina sentado solo».
Galuccio se presentó ante un auditorio con más de 1.500 personas, entre egresados, docentes, colegas y referentes del sector académico. En su discurso, dio varias definiciones sobre el valor de la formación, el trabajo en equipo y el liderazgo.
«Sin el ITBA para mí no hubiera habido Vaca Muerta, posiblemente no hubiera formado ni fundado Vista, y no participaría de un emprendimiento que me encanta que se llama Gridx», señaló. Forma parte de la primera camada de ingenieros en petróleo recibidos del ITBA y del país.
En su discurso, repasó su trayectoria profesional en el país y en el mundo, y repasó los distintos desafíos que enfrentó a lo largo de su camino. Explicó cómo cada uno de esos momentos puso a prueba su capacidad de liderazgo y contribuyó a formar no solo al ejecutivo que es hoy, sino también a la persona.
Aconsejó a los graduados a salir y buscar experiencias reales. «Vayan donde están los problemas, vayan al campo, vayan a la trinchera. Muy pocas cosas se aprenden en una oficina sentado solo«, expuso.
Señaló que lo que se llevan no es sólo un título, sino la capacidad de «aprender a aprender, de manejar la presión y de levantarse cuando se caen«.
Aseguró que el foco de Vista se concentra en la persona por encima de los títulos: «al armar un equipo para resolver un problema complejo no pensamos en títulos. Pensamos en la energía, en si son jugadores de equipo, si tienen empatía o si piensan estratégicamente».
«Las decisiones más importantes que tomé en mi carrera no pasaron por una tabla de Excel. Los números no cerraban. Lo que me ayudó fue sentirlo», cerró.
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