JIT Industrial, una empresa del agro que sumó su experiencia a Vaca Muerta sin perder identidad

La empresa nació en 1957 como un taller de engrasadores para cosechadoras en Rafaela, incluso con exportaciones a países limítrofes.

La historia de Jit Industrial muestra que Vaca Muerta no solo se construye con grandes petroleras, sino también con pymes capaces de reinventarse. Fundada en Rafaela hace casi siete décadas, la firma empezó fabricando engrasadores para maquinaria agrícola. Hoy, bajo la conducción de Diego Turco, diversificó su portfolio hacia el sector petrolero, con más de 30 productos específicos para bombas de fractura, válvulas y equipos de transporte de gas.

“Nos metimos en la industria del petróleo hace apenas ocho o diez años, a partir de un pedido puntual, y desde entonces crecimos en toda la cadena productiva”, señaló Turco a EnergíaON.

El salto incluyó la creación de una línea propia de grasas en envases adaptados, para mejorar la manipulación y evitar contaminaciones. También la instalación de una plataforma de servicios en Neuquén, en alianza con Phoenix Services, para estar cerca de los usuarios de la cuenca.

Aunque mantiene su presencia en el agro y en la minería —con operaciones en Comodoro Rivadavia, Santa Cruz, Malargüe y hasta proyectos en altura en San Juan o Salta—, Jit consolidó un puente directo entre Rafaela y Vaca Muerta. Además, cerca del 35% de su producción se exporta a Uruguay, Paraguay y Chile.

Turco sostiene que la industria argentina tiene la capacidad de competir en el exterior, aunque choca con limitaciones estructurales: “Hoy cuesta exportar, no por falta de capacidades, sino por un contexto poco competitivo”.

En un entramado dominado por gigantes, Jit se convirtió en una pieza que sostiene el engranaje. Porque, como resume el propio Turco, Vaca Muerta es un gran rompecabezas: sin cada pieza, no habría perforación, récord de fractura ni transporte de hidrocarburos.

Un engrase integral pensado para el sector del shale y otras industrias


Jit Industrial apostó a cerrar todo el proceso de engrase con desarrollo propio. La firma fabrica el engrasador, diseña envases adaptados y suma su propia grasa, formulada en Rafaela y envasada en formatos que evitan contaminaciones y mejoran la manipulación.

“La idea es ofrecer un concepto integral, que abarque desde la herramienta hasta el insumo”, explicó Diego Turco. Ese modelo le permitió atender a distintos sectores productivos: desde un camión de mantenimiento para una mina a 4.000 metros de altura hasta un engrasador de mano para maquinaria rural.

La propuesta se consolidó con una plataforma de servicios postventa en Neuquén, clave para el shale, y abrió la puerta a la exportación a países de la región.

Así, logró posicionarse como referente en soluciones de engrase a nivel regional. Su objetivo es ampliar la red de servicios y reforzar la capacidad de respuesta en los principales polos productivos de energía y minería del país. En paralelo, la firma avanza en el desarrollo de nuevos productos específicos para la industria del shale, como kits de mantenimiento de bombas de fractura y válvulas de alta presión, con el fin de reducir costos operativos y extender la vida útil de los equipos en campo.


La historia de Jit Industrial muestra que Vaca Muerta no solo se construye con grandes petroleras, sino también con pymes capaces de reinventarse. Fundada en Rafaela hace casi siete décadas, la firma empezó fabricando engrasadores para maquinaria agrícola. Hoy, bajo la conducción de Diego Turco, diversificó su portfolio hacia el sector petrolero, con más de 30 productos específicos para bombas de fractura, válvulas y equipos de transporte de gas.

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