Las dos caras de Vaca Muerta: ¿Qué pasa con la producción de gas y de petróleo?

Las extracciones de petróleo de Vaca Muerta no paran de crecer y llevó a Neuquén a un nuevo récord histórico. Pero no es igual el escenario en el segmento del gas natural que enfrenta el impacto de la recesión y la incertidumbre del proyecto de GNL.

Podría decirse que es una de cal y una de arena lo que sucede en Vaca Muerta. La formación shale muestra un claro raid de crecimiento en lo que hace a la producción de petróleo que llevó a que en los últimos dos meses la provincia que capitaliza sus frutos, Neuquén, batiera consecutivamente su marca histórica de producción. Pero, el escenario no es igual en el segmento del gas natural a pesar de que, irónicamente, el mayor potencial productivo de Vaca Muerta sea ese fluido.

Esto queda en claro cuando se observan los registros de producción de marzo, que se completaron hace apenas unos días. De acuerdo a las declaraciones juradas que presentan las mismas operadoras, durante marzo la producción de petróleo de Neuquén llegó a los 387.751 barriles por día, un 1% más que el mes previo y un 16% más que lo registrado en el mismo mes del año pasado.

De esos 387.000 barriles diarios, más del 96% correspondieron a Vaca Muerta que superó los 360.000 barriles diarios y es el motor impulsor del crecimiento de Neuquén a niveles récord pero también del crecimiento de la producción nacional que en marzo llegó a los 688.579 barriles diarios.

Este nivel nacional representa un crecimiento del 7,2% en términos interanuales, y para encontrar un marzo con tal volumen ya no sirven los sistemas online de la Secretaría de Energía de la Nación, pues hay que remontarse hasta el 2004, es decir hace 20 años atrás.

La clave del segmento del petróleo está en las exportaciones. A nivel nacional, el consumo de las refinerías es de unos 530.000 barriles diarios, con lo cual desde hace muchos meses hay una producción excedentaria, que es la que se destina precisamente a la exportación.

La producción de gas subirá por la mayor demanda del Gasoducto Néstor Kirchner pero para dar un salto de escala tendrá que aguardar al GNL. (foto: Gentileza)

En este segmento, el crudo argentino logra un mejor precio que el que se viene pagando en el mercado interno. Es que, a pesar de los fuertes incrementos en el precio de los combustibles que superan el 300% en términos interanuales, el barril doméstico se paga hoy en día a unos 67 a 69 dólares, en los mejores contratos.

En contraposición, los barriles exportados corren con la ventaja del alza de la cotización internacional del Brent, el petróleo de referencia para el país, que desde hace varias semanas se ubica arriba a de los 85 dólares. Con lo cual, descuentos de por medio, arroja valores en torno a los 77 dólares por barril, 10 dólares más que el precio doméstico, y sin contar que se habilita a las operadoras a liquidarlos a un mix de cotizaciones entre el oficial y el contado con liquidación (CCL), mejorando así su valor final.

La producción de gas natural de marzo fue buena también. En Neuquén llegó a los 90,18 millones de metros cúbicos día y marcó un incremento en términos interanuales del 10,46%.

Este incremento impulsó, como sucede con el shale oil, el total de la producción nacional que también cerró un marzo con buenos números: 134 millones de metros cúbicos diarios, un alza interanual del 4,5%.

El dato

387.751
barriles por día se extranjeron en marzo de los yacimientos de Neuquén. Más del 96% corresponde al petróleo de Vaca Muerta.

Sin embargo, la producción de gas de Vaca Muerta y del país se destina casi en su totalidad al mercado nacional y es por esto que puede verse mucho más afectada que la producción de petróleo.

De los 134 millones de metros cúbicos diarios extraídos en marzo, solo 9,9 millones se exportaron. Esto representa apenas el 7,4% de la producción total, a pesar de que marzo es un mes de bajo consumo en el país que habilita que haya mayores exportaciones.

Pero eso no sucedió, y de hecho las exportaciones tuvieron una leve baja en comparación con el mismo mes del año pasado. La principal razón por la cual las exportaciones no crecieron pese a tratarse de un mes templado en Argentina radica en los precios, ya que la producción vinculada al Plan Gas.Ar tiene un valor de base que está relacionado al barril de petróleo, que como se marcó, ha subido.

Este piso en el precio quedó así alto, y le quitó competitividad al gas argentino para fluir con más fuerza hacia los vecinos países, en especial hacia Chile.


El impacto de la recesión


Y aquí es donde la realidad argentina representa una clara amenaza para el segmento del gas, una suerte de techo bajo para su crecimiento potencial.

Esto se debe a los indicadores de la recesión que ya comenzaron a plasmarse en el sector energético. En el caso de la demanda de energía eléctrica se ve con claridad una caída que en el primer trimestre promedió el 4,1% en comparación con el mismo corte del año pasado.

Pero que fue mucho más marcada en marzo. El mes pasado la baja en el consumo eléctrico del país llegó al 14,6% y en sectores clave como el comercial representó una baja del 9,3% y en el industrial del 7,5% según los datos revelados por la consultora Economía y Energía.

Es de esperarse que la tendencia a la contracción continúe e incluso se acentúe ya que los incrementos en las tarifas están teniendo sus primeros efectos en la energía eléctrica y recién el mes que viene se verán en el gas natural.

Y ambos inciden en la demanda de gas, ya que la principal fuente de la generación eléctrica de Argentina son las centrales térmicas que se abastecen con gas natural.


Escenario futuro


“El boom productivo va a darse primero en el petróleo que es más fácil de exportar y los privados vienen financiado su infraestructura, algo que no sucede con los gasoductos”, aseguró el titular de la consultora Aleph Energy, Daniel Dreizzen.

Y sumó que “el segmento del gas necesita que se desarrolle el proyecto exportador de GNL (gas natural licuado), que no es sencillo porque es una inversión muy grande y el precio del GNL a nivel mundial está bajando”.

La visión de Dreizzen es compartida con las empresas consultadas por este medio, que consideraron que “hoy todos los cañones están puestos en el petróleo de Vaca Muerta porque el gas ya tiene un techo y para poder crecer necesita poder exportarse como GNL”.

Precisamente, las proyecciones para la producción son más que auspiciosas en el segmento del petróleo que apunta a llegar a los 800.000 barriles en el primer trimestre del año que viene cuando se complete la megaobra Duplicar de Oleoductos del Valle (Oldelval). Y se inicie otra mega obra como es el oleoducto y puerto petrolero que YPF planifica en Río Negro para el 2026.

Mientras que el segmento del gas difícilmente eleve su producción más allá de las necesidades del Gasoducto Néstor Kirchner en este invierno, ya que el dilema está luego en dónde colocar esa producción cuando en el país se apaguen los calefactores.


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