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No habrá un segundo buque para importar gas durante el invierno 2023: se quemará más gasoil

El presidente de Energía Argentina (Enarsa) Agustín Gerez confirmó que Nación no volverá a contratar un buque regasificador para Bahía Blanca. La planificación apunta a reemplazar el gas natural licuado (GNL), con más importaciones de gasoil y fuel oil.

El gobierno oficializó la decisión de que el sistema nacional de gas de Argentina no cuente el año que viene con un segundo buque regasificador. La definición de no poseer otro punto para la importación en Bahía Blanca radicaría en el elevado costo del gas natural licuado (GNL).

El encargado de dar a conocer la definición oficial fue el presidente de Energía Argentina (Enarsa), Agustín Gerez, quien precisó en una entrevista con El Cronista que “la planificación que hizo la Subsecretaría de Planeamiento Energético de la secretaría de Energía definió que en 2023 se pueda sustituir (la inyección del segundo buque) con combustibles líquidos, como ya se hizo en 2019 después de la partida del buque de Bahía Blanca”.

Precisamente, el proyecto de presupuesto para el año entrante incorpora un apartado especial, en el artículo 55, en que como anticipó Energía On se autoriza la importación de una gran cantidad de gasoil para la generación térmica que llamó la atención de los especialistas del sector energético.

Con la aclaración de Gerez, la resolución de importar 3.800.000 metros cúbicos de gasoil para el uso de las usinas de generación eléctrica cobra sentido, en función del gas que se buscará reemplazar al no contarse con el segundo buque regasificador.

El funcionamiento de los buques regasificadores en Argentina refleja la lógica de un país en el sur del continente, en el que por los fríos inviernos el consumo de gas se dispara en especial en los hogares a casi un 50% más que el resto del año.


Ida y vuelta del segundo buque


Para esto Nación cuenta con un buque en el puerto de Escobar que tiene un contrato de largo plazo. En el caso del buque que operaba en Bahía Blanca en octubre de 2018 el entonces gobierno de Mauricio Macri aprovechó la conjunción de una mayor producción de gas desde Vaca Muerta, con el vencimiento del contrato que había regido por 10 años.

En 2019 y 2020 el buque no retornó y sí lo hizo en 2021 ya con el gobierno de Alberto Fernández a raíz de la caída en la producción nacional de gas que se aceleró por los cambios introducidos en 2019 en el programa de incentivos a la producción, la Resolución 46, y el repunte de la demanda por la salida de la pandemia.

Tanto en 2021 y este año el buque fue contratado por solo una temporada, por lo cual en agosto, cuando el buque Exemplar dejó el puerto de Ingeniero White ya se sabía que no se podría contar con esa embarcación para el 2023 pues la firma Excelerate Energy, la propietaria del buque, firmó un contrato de largo plazo con Finlandia.

En diálogo con El Cronista, Gerez detalló que que parte de la decisión de no contratar un segundo barco que regasifique el gas importado se debe a que “hay una alta demanda de los barcos regasificadores a nivel global, por la guerra de Rusia con Ucrania y las sanciones de Europa que impulsó este negocio del gas licuado”.

Nación apuesta a utilizar más gasoil importado en las centrales térmicas durante el 2023.

Gerez explicó en ese sentido que la mayor cantidad de agua disponible en las centrales hidroeléctricas del Comahue como así también en los ríos del Litoral permitirían al país contar con una mayor generación hidroeléctrica que permita compensar parte de la menor disponibilidad de gas.

De hecho, Gerez detalló que estiman que esta mayor capacidad para turbinar podría alcanzar una equivalencia de 4 millones de metros cúbicos por día de gas natural.

Sin embargo, este año fueron 14 los buques de GNL que se regasificaron e inyectaron desde Bahía Blanca, por un total de 1.176 millones de metros cúbicos. Teniendo en cuenta que el buque operó desde mediados de mayo y hasta fines de agosto, el segundo buque regasificador inyectó en este invierno nada menos que un promedio de 11 millones de metros cúbicos por día, y representó el 43% del total del gas natural licuado que se importó.

Estos valores marcan que la diferencia que no logre ser cubierta con una mayor generación hidroeléctrica, deberá ser paliada con la quema de gasoil importado.

Esta alternativa, si bien es mucho más contaminante y no todas las usinas térmicas del país están preparadas para funcionar a gasoil, se centra en la diferencia de costos de importación que desde fines del año pasado se invirtió al esquema típico.

Históricamente el GNL era mucho más barato que el gasoil, sin embargo la crisis energética europea y la posterior crisis por la invasión a Ucrania y la penalización de los energéticos rusos dispararon los valores por las nubes.

De momento, las previsiones de precios para el invierno que viene marcan que el gasoil podría costar cerca de la mitad que el GNL, aunque claro está que el elevado nivel de importaciones previsto -por 3,8 millones de metros cúbicos para el 2023- no solo marcará la necesidad de un aceitado esquema de ingreso de los barcos con gasoil.

También este nivel de importaciones previsto de gasoil marcará la necesidad de contar con el gasoducto Néstor Kirchner, ya que este alto volumen es en realidad un 52% superior al utilizado hasta la fecha en este año, en el que sí operó el segundo buque regasificador.

El gasoducto clave tiene fecha de puesta en marcha el próximo 20 de junio y sin un segundo buque regasificador se vuelve ahora aún más clave para el país.


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