Preocupa a mineros que nuevas medidas entorpezcan la llegada de inversiones
Pese al potencial que tiene Argentina por su geología aún sin desarrollo y su posición en el contexto regional, a nivel local preocupa la desatención de los problemas para producir oro y plata y que haya más medidas sorpresivas como la quita de reintegros para el litio.
Por Sabrina Pont
El sector minero prepara su cartera de proyectos para mostrar a inversores potenciales en la feria Prospectors and Developers Association of Canada 2023 (PDAC, según las siglas), el encuentro minero más importante a nivel internacional, que se realizará entre el 5 y el 8 de marzo y ya se anticipa tendrá una concurrencia de más de 30.000 visitantes de unos 130 países.
Dos de los puntos fuertes de Argentina para mostrar al mundo son su potencial geológico aún sin desarrollo y su posición en el contexto regional. Pero, a nivel local, preocupa la desatención de los problemas para producir oro y plata y que haya más medidas sorpresivas como la quita de reintegros para el litio o más leyes provinciales que cambien las reglas de juego sobre la marcha, como pasó en La Rioja.
Sobre lo primero, la secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila, se refirió durante una reunión informativa ante la comisión de Minería de la Cámara de Diputados de la Nación.
“Creemos que las exportaciones mineras, que en 2022 alcanzaron los 3.857 millones de dólares -el nivel más alto desde 2012- van a ir mejorando, porque no solo tenemos un gran potencial geológico, sino que también hoy existe una ventana de oportunidad por la transición hacia energías limpias y la Argentina posee los minerales necesarios como lo son el litio y cobre”, aseguró la funcionaria.
Sin embargo, referentes y empresarios advierten que los riesgos de que no se concreten las proyecciones que el sector estima están “adentro”: por un lado, preocupan las decisiones del gobierno nacional que puedan venir, como la reciente Resolución 15/23 del Ministerio de Economía, que quita reintegros para el litio y todos los productos con litio.
En el mismo sentido, encendió una alerta la ley que promulgó La Rioja sobre el litio, que a entender de los mineros “frena el desarrollo en su región y daña la confianza del sector en su conjunto, ya que genera temor de que este tipo de medidas puedan replicarse en otras zonas del país”.
En paralelo, también inquieta la falta de respuestas ante cuestiones que se podrían atender con mayor celeridad: las restricciones a las importaciones o los altos costos por inflación y distorsión cambiaria. Para los empresarios, no es buena señal para el nuevo inversor que “se desatiendan” las dificultades que tienen quienes decidieron previamente poner su capital en el país.
Las empresas productoras de oro y plata, que siguen sosteniendo casi el 80% de las exportaciones mineras del país, están atravesando una particular ecuación económica que pone en peligro la capacidad productiva hacia 2023: por un lado, la inflación en el dólar internacional influye en las fluctuaciones de los precios de los metales, y por otro lado, la distorsión cambiaria argentina, ya que las mineras exportan con la referencia del dólar oficial, pero los costos de los insumos y servicios locales se pagan con la referencia del dólar blue.
Frente a esto, el contexto externo es más que favorable: para que se concreten los compromisos mundiales con la disminución de las emisiones de carbono, que impulsan la electromovilidad y la transición energética, son imprescindibles ciertos minerales.
Dos de los protagonistas serán el litio y el cobre y la cartera de proyectos de Argentina, según la Secretaría de Minería de la Nación, incluye 38 proyectos avanzados de litio, de los cuales al menos dos se pondrán en producción durante este año, y unos 20 pórfidos de cobre en diversas etapas, más de la mitad ubicados en la provincia de San Juan.
A esto se suman dos escenarios que inciden e instalan a Argentina como uno de los destinos de inversiones más atractivos de la región.
Por un lado, el giro político en Chile, el gran productor de cobre y litio, que tiene un gobierno que buscó nacionalizar empresas de explotación y exploración y se ganó el rechazo de gran parte de los operadores mineros privados, y por otro, la delicada situación política en Perú, otro de los principales productores de cobre, con constantes enfrentamientos entre los poderes del Estado y una estampida social que no se logra contener.
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