Vaca Muerta tras las PASO: de Milei, al precio del barril «anti-criollo»

Desde las operadoras y consultoras esperan que el precio del petróleo siga cayendo en un fenómeno opuesto al denominado Barril Criollo. El congelamiento aplicado a los combustibles impactará negativamente en el precio del crudo y complica la reinversión. Ya hay indicios de un freno en el ritmo de crecimiento.

La industria hidrocarburífera, que tiene en Argentina a Vaca Muerta como su niña bonita, trabaja siempre con una cuota de incertidumbre, en atinarle con cada pozo a dar con lo que están buscando miles de metros bajo la tierra. Pero lo que en estos días ocurre donde no mandan los ingenieros sino la realidad nacional escapa hasta al más creativo petrolero, y la incertidumbre generada tras las elecciones primarias del domingo fue como un sismo que encendió las alertas de todas las operadoras.

Hasta el domingo pasado las empresas de Vaca Muerta tenían un par de cosas por seguro. La primera es que, ganara quien ganara las PASO, el dólar iba a escalar. Casi un ABC del manual electoral-económico argentino.

Y la segunda es que contaban, como un poroto a su favor en el truco, con el aval que casi todos los candidatos presidenciales habían dado a la continuidad del desarrollo en Vaca Muerta. Pero lo que no esperaban, como no marcaron las encuestas, era que el candidato de Libertad Avanza, Javier Milei, fuera el más votado.

El mismo domingo a la noche las empresas que este año proyectan invertir 7600 millones de dólares en Vaca Muerta se encontraron con lo que desde el mismo sector algunas empresas señalan como un cisne negro.

Ahora no tenemos interlocutores. ¿Con quién tenemos que hablar del equipo de Milei? ¿Cómo planea implementar las cosas que ha dicho para energía?”, preguntas y más preguntas es lo que sale de charlar con las operadoras de Vaca Muerta, donde hoy se genera más de la mitad del gas y el petróleo del país. Un cúmulo de incertidumbre que no se esperaba tener la semana pasada.


Devaluación, aumento y congelamiento de combustibles


Al día siguiente de las elecciones el gobierno aplicó una fuerte devaluación al mover la cotización oficial del dólar a 365 pesos, fue un cambio del 22% que se suma al desfase que acarrea el sector, como tantos de la economía nacional.

Esta modificación no tardó en tener efecto en la cara más visible de la industria petrolera: los combustibles. El miércoles casi todas las refinerías subieron sus precios entre un 12 y un 18%. YPF, la petrolera de mayoría estatal fue la que más tardó, hasta ayer, y lo hizo junto con un congelamiento de precios de los surtidores acordado con el gobierno por 75 días, hasta el 31 de octubre.

Con un claro fin electoral, el déjé vu del congelamiento de precios tras las PASO se cumplió, a pesar de que en los surtidores está el talón de Aquiles que hoy tiene Vaca Muerta. Es que mientas en el segmento del gas natural la vigencia del Plan Gas.Ar quita un tanto los nubarrones del escenario -son contratos con volumen y precios ya fijados hasta 2028-.

El problema está en el segmento del petróleo, que depende en gran medida de algo que impacta como en loop en la inflación, y que es el precio de los combustibles, pero que a la vez es la clave, es la caja que hoy dinamiza a Vaca Muerta.

El precio de las naftas y gasoil condiciona el valor que se paga desde las refinerías a las productoras. En este primer semestre, el acuerdo de Precios Justos de las refinerías con el gobierno deterioró el precio del crudo.


El efecto barril «anti-criollo»


El barril pasó de pagarse a 65 dólares a principios de año, a los 62 que se pagó hasta hace unos días. Y todos los especialistas y empresarios coinciden en que el camino está allanado para que siga cayendo incluso más allá de los 56 dólares que marcó ahora el congelamiento fijado el jueves para los surtidores, mientras fronteras afuera el valor supera los 80 dólares.

En el camino opuesto al Barril Criollo, ese que por decreto se fijó a un valor más alto que el internacional para proteger a la industria y que se usó por última vez en la pandemia, ahora el precio va en el camino inverso, mucho más bajo que el internacional, de allí el término «anti-criollo».

Para el titular de la consultora Economía y Energía, Nicolás Arceo, el problema podría no ser menor. “Estamos en un escenario ácido. Todo indica que el precio del crudo va a seguir bajando y lo que pasa es que se reinvierte, pero cada vez menos”, indicó.

Y detalló que “el problema en el no convencional es que necesitás más inversiones para que la producción no caiga y ya vimos una caída en la producción de petróleo entre marzo y junio, por primera vez vimos una caída en Vaca Muerta”.

Arceo señaló que ya se visualizan algunos indicadores negativos. “Las exportaciones de petróleo crecieron pero no al tope de la capacidad de transporte y eso es significativo”, planteó y sumó que “en junio vimos un repunte en la conexión de pozos, vinculado a la reactivación de Otasa, pero no tan alto como se esperaba”.

Las elecciones sumaron más incertidumbre al sector. (Foto: Matías Subat)

Para el consultor “el pronóstico es que el crecimiento de Vaca Muerta se va a ralentizar en comparación con el del año pasado”.

Para las empresas multinacionales, que son actores claves en el desarrollo de Vaca Muerta, “el desacople del precio internacional del petróleo al argentino es un problema porque le quita competitividad a nuestros proyectos de Vaca Muerta cuando vamos a pedir inversiones a nuestra casa central”.

Desde las productoras coinciden es que es muy posible que el precio del crudo interno caiga por debajo de los 56 dólares en lo que queda del año, es decir casi un 50% menos que el valor que esas mismas empresas podrían conseguir por un barril extraído en otro país, y eso, contando que se lo valorice al dólar oficial y no al blue.

Para el director de Energía de la consultora Ecolatina, Daniel Dreizzen, no todo es tan negativo. “La industria energética está en gran medida dolarizada, se exporta el 15% del petróleo y los contratos del Plan Gas son en dólares y eso blinda un poco del impacto de estas devaluaciones”.

El dato

332.296
barriles por día generó Neuquén en marzo. Es el récord histórico pero desde entonces bajó. En junio la caída ya sumaba 11.000 barriles por día.

Sin embargo, el especialista José Luis Sureda fue un poco más allá y si bien coincidió en que el Plan Gas da previsibilidad al segmento del gas y hay un cúmulo de pozos perforados sin terminar (DUC’s) que hacen de colchón para la crisis, advirtió que “el problema es que no se ve un fondo para esta crisis y eso hace desaparecer los incentivos para aumentar la producción”.

Hay un punto en el que tanto las empresas como los consultores entrevistados coincidieron: el resultado de las PASO agrandó la incertidumbre que ya tenía la industria petrolera.

En el manual no oficial del sector, los cambios de gobierno que se ciñen en estas condiciones se dan con un profundo ‘wait and see’, un impase que hacen las empresas en el que no se paralizan las actividades pero sí se frenan, mientras se observa, todos los nuevos proyectos.


El déjá vu del decreto del 2019


“Desde lo político el clima está peor que tras las PASO del 2019”, señalaron desde una de las grandes operadoras recordando que tras la derrota del macrismo en esas elecciones se publicó el DNU 566/19 que congeló el precio del petróleo y los combustibles y lo pesificó a un tipo de cambio atrasado.

En la práctica, esa medida que marcó el retiro de equipos de los campos petroleros y la posterior caída de la producción, llevó el precio del petróleo que se pagaba en las refinerías locales a 45 dólares, en momentos en los que el Brent cotizaba a 60 ó 62 dólares.

Es decir, el repliegue de la industria a un decreto que tuvo vigencia por 90 días fue notable y con altos efectos negativos en la producción ante una diferencia de entre 15 y 17 dólares por barril.

Hoy esa brecha ya está en 22 dólares y se espera que crezca. La duda está en hasta dónde la inflación depredará el precio del barril en estos 75 días de congelamiento que se dispuso hasta el 31 de octubre. Es que si bien se dio como incentivo el pago diferido a marzo de 2024 de las retenciones a las exportaciones, el precio del barril inevitablemente bajará.


Y sí, más problemas a la vista


Pero si el 2023 era ya complicado, un pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI) podría estrujar a la ordeñada renta del barril, y es que se solicitó aplicar las actualizaciones pendientes del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL).

El atraso de estos impuestos es enorme, ya suma dos años y si bien representa para el Estado que en este año dejó de cobrar 2450 millones de dólares, su aplicación tendrá un fuerte impacto en los surtidores.

Arceo estimó que solo por estos impuestos los combustibles deberían aumentar otro 15%, un alza que no beneficiará ni a refinadores ni a productores de petróleo y que, al contrario, hará más difícil recomponer el precio del crudo.

Mientras la incertidumbre reina en Vaca Muerta y también en un país ahora dividido en tercios, el petróleo argentino no solo desaprovecha la ventana de oportunidades de altos precios internacionales, sino que ve cómo el plazo de alta demanda de petróleo a nivel mundial va pasando, como un tren.


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