Entrevista al jurista López Mesa: «Al ciudadano le debe llegar la justicia de un modo más rápido»
Visitó Roca y participó de las jornadas de Derecho Civil que realizó el Colegio de Abogados. "Hay que acortar la distancia que existe entre el Poder Judicial y los ciudadanos", señaló. Brindó un análisis de la justicia, criticó al juez Zaffaroni y se refirió a la interna en la Corte Suprema.
«Los tiempos judiciales no son compatibles con la vida de la gente», fue la autocrítica que realizó el prestigioso jurista Marcelo López Mesa en su visita a Roca.
«Hay que acortar la distancia que existe entre el Poder Judicial y los ciudadanos», remarcó al dialogar con «Río Negro». Además, el exasesor General de María Eugenia Vidal – gobernadora de Buenos Aires – realizó un análisis del Nuevo Código Civil, opinó sobre la justicia en el país, criticó al juez Eugenio Zaffaroni y habló de la abierta interna en la Corte Suprema de Justicia.
P – ¿De que hablamos cuando hacemos referencia al Derecho Civil?
R – El tema es muy sencillo. El Derecho Civil es el derecho del hombre común, acompaña al hombre desde el nacimiento hasta su muerte. Es el derecho que regula el nacimiento de las personas, los efectos de la herencia, el matrimonio, el divorcio, las relaciones familiares, las relaciones económicas, las compraventas, las permutas, los alquileres… La particularidad que tiene es que hace tres años y medio rige un Nuevo Código Civil y Comercial en Argentina y está en pleno proceso de implementación.
Lo esencial del nuevo Código Civil y Comercial
P – Usted se pregunta si el Nuevo Código Civil es una evolución o un fracaso…
R – Exactamente. Ya con tres años y medio de rodaje se pueden analizar si las intenciones – seguramente favorables que han tenido al establecer ese Código – se han cumplido en la realidad o no. Hasta el presente los beneficios potenciales que iba a tener el Nuevo Código en muchos casos se han retrasados o no se han hecho ver. Eso sucede por varias causas, un tema por ejemplo es que no hay Códigos Procesales Civiles y Comerciales actualizados que sigan las innovaciones del Nuevo Código, con lo cual hay cosas muy difíciles de hacerlas valer. Son ideas generales que no tienen el canal procesal para hacerlas valer.
P – ¿Cree que el ciudadano de a pie no está interiorizado en el tema?
R – Personalmente creo que no. El ciudadano que no es abogado, no ejerce la profesión, no estudia Derecho o no es empleado judicial – porque en esos ámbitos si hay un conocimiento mayor -no tiene ni idea del Nuevo Código Civil. Hay una insuficiente información al respecto, solo se informó en su momento. La gente tiene la ficción de que conoce pero lo cierto es que no se puede alegar la ignorancia del Código. Ni siquiera todavía, a tres años y medio de su aplicación, hay muchos fallos que lo apliquen. Hay muy poca jurisprudencia todavía. También hay muy poca doctrina, por eso nosotros decidimos construir el Código Civil y Comercial Comandado destinado básicamente a la práctica que es lo que está faltando, algo que sea comprensible sin perder la profundidad que una obra de este tipo se merece. Otra dificultad es el lenguaje judicial, hay una tendencia en el mundo desde hace unos cuantos años al llamado «lenguaje claro», toda una concepción. Yo fui juez y ya en los últimos años intenté cambiarlo, pero nosotros escribimos prácticamente para los abogados de las partes; no para las partes del juicio. Hay que comenzar a cambiar ese lenguaje.
P – ¿Cuáles son los litigios más comunes en el Derecho Civil?
R – Los litigios más comunes suelen ser los llamados asuntos de «chapa y pintura», juicios respecto de choques de automotores. Creo que es uno de los fracasos más grandes de la legislación y de la magistratura argentina. ¿Cuántos muertos hay en Argentina por año en accidentes viales?. Ente 7.000 y 8.000 por año y a eso hay que sumarles los heridos que son entre 80.000 y 100.000. Es como si cayeran aviones llenas de pasajeros prácticamente todas las semanas. Cae un avión y es noticia, que choquen autos no. Lo hemos naturalizado. La gente maneja de cualquier manera, excede la velocidad, conduce ebria, no respeta las prioridades de paso y eso no tiene consecuencias tangibles. Hay que desalentar esas conductas con penas mucho más severas. ¡Al país los accidentes de tránsito le cuestan más de 5 mil millones de dólares. Ese dinero es tirado a la basura!.
P – En un panorama más amplio, ¿cuál es su análisis de la Justicia en el país?
R – Me fui del Poder Judicial hace tres años. Si algún día volviese a ser juez estaría mucho mejor preparado de lo que estaba. Uno reflexiona con el tiempo y la Justicia tiene mucho apuro, hay muchos expedientes que resolver. Hay que sacar las cosas con cierta velocidad entonces uno a lo mejor no se toma el tiempo de ver estructuralmente como está fallando el sistema. En estos años he podido reflexionar y creo que hay que cambiar varias cosas para que al ciudadano le llegue la justicia de un modo más rápido. Primero, los tiempos judiciales no son compatibles con la vida de la gente. En segundo lugar el lenguaje. En tercer lugar tenemos que hacer una justicia mucho más cercana al ciudadano, sin tantas vueltas. Muchas veces, hasta leyendo fallos míos, uno se enfrasca en tecnicismos que al ciudadano no le significan nada. Hay que acortar la distancia que existe entre el Poder Judicial y los ciudadanos. Otra cosa complementaria es que no toda la culpa es del Poder Judicial… es más, considero que en gran medida es culpa del Poder Legislativo que ha sancionado normas contradictorias, técnicamente deficientes con objetivos contadictorios. Entonces es muy difícil aplicar ese ordenamiento juridico.
P – Leí críticas de usted hacia el exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni.
R – Lo respeto mucho técnicamente al doctor Zaffaroni. Nadie niega que el hombre tiene ideas propias en materia de Derecho Penal, pero no las comparto y creo que su criterio extremista – sobretodo cuando fue juez de la Corte – ha impreso a algunos magistrados que se dicen garantistas unas ideas muy equivocadas que han provocado mucho daño. La teoría Zaffaroni que han seguido muchos penalistas que son jueces, ha dejado muchas personas en las calles que debería estar detenida y esa gente, muchas veces, ha vuelto a delinquir.
P – ¿No caería usted en lo que llaman «mano dura»?
R – Tampoco hay que pasarse para el otro lado y violar los derechos de la gente. Lo que hay que hacer es algo intermedio. Hay ocasiones en que la pena es más una medida de seguridad que una pena. El juez no está tan atado a la ley, es una cuestión de criterio y de interpretación.
P – ¿Cuál es su postura respecto a la despenalización del aborto?
R – Es mucho más que despenalizar, hay medidas que van mucho más allá. Yo analicé los aspectos médicos del aborto que nadie más analizó. Llegué a la conclusión de que era un acto de irresponsabilidad del legislador sancionar esa ley en esas condiciones. Se sabe como están los hospitales públicos. Haber puesto en ellos la obligación de abortar te hace preguntar qué se va a descuidar porque no hay medios para todo. Ese tipo de complejidades prácticas son las que muchas veces el legislador argentino no atiende y dicta normas que tienen una idea que a lo mejor es buena pero no está bien instrumentada. Se legisla por objetivo y eso es un peligro.
P – ¿Que opina de la interna en la Corte Suprema?
R – Es muy peligroso para un país tener una Corte en la que haya una puja abierta entre sus miembros, donde las cuestiones se decodifiquen en clave de reyertas personales. Eso es lo que ha pasado últimamente.
P- ¿Tiene solución la «crisis» del derecho argentino?
R – Que todo lo que he dicho no haga que la gente pierda las esperanzas. Lo peor que se puede hacer es desconocer los problemas. Cuando uno desconoce los problemas no tiene arreglo. Por el contrario sabiendo los problemas se piensan en soluciones. Que nadie piense que esta situación de crisis del derecho argentino no tiene solución. Hay que hacerse cargo del problema y a partir del próximo gobierno tomar las medidas que hayan que tomar para que esto no siga agravándose.
Objetivos de su visita a la región
El doctor López Mesa participó de las jornadas de Derecho Civil realizadas por el Colegio de Abogados de Roca. Fue invitado por la entidad junto a Marina Mariani de Vidal – a quien definió como «una prócer viviente» del Derecho argentino – para que exponga sobre el Código Civil y Comercial Comandado. Fue, entre otros cargos, juez de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Trelew. También ejerció como Director Provincial de Asesoría Legal de la Provincia de Neuquén.
Declarado ciudadano ilustre en Dorrego
«Un honor para mí que mi pueblo me reconozca de esa manera», indicó al ser consultado sobre esa distinción. «Nací en Bahía Blanca por una complicación de mi madre durante el embarazo, pero básicamente toda mi vida la viví en Dorrego, Buenos Aires», señaló.
Comentarios