Equilibrio = desarrollo

Hablar en los primeros días de julio de un balance aprobado en el municipio de Roca tiene ligazón con lo inédito. Hasta sueña extraño en una comuna que hizo de la desorganización administrativa una seña particular de su historia reciente.

El Balance 2004 fue aprobado el miércoles, un día antes de lo estipulado por las normas vigentes y cerró el círculo del resurgir protagónico de la Carta Orgánica, camino que se empezó a desandar con la presentación y el tratamiento del Presupuesto 2005 en tiempo y forma.

Pues bien, ahora que por primera vez en años se cumplió con las reglas, mal haría el gobierno local y la comunidad roquense si no aprovechan la oportunidad que ofrece conocer a mitad de año cuáles fueron los ingresos y gastos del municipio durante el último ejercicio.

Lo que se presenta ante cada actor es la chance de controlar, planificar y ayudar a pensar el futuro en función de la experiencia registrada. No es poco.

En este sentido, hay datos para tener muy en cuenta de pretenderse un crecimiento sostenido para la comuna.

Primero, que el municipio sigue dependiendo de factores externos para asumir sus compromisos. La recaudación por tasas una vez más fue muy inferior a las regalías y la coparticipación el año pasado, generando un escenario de riesgo que obliga a los funcionarios de turno a ser muy cautelosos a la hora de definir el destino de las erogaciones.

Hoy todo es optimismo, porque los hidrocarburos tienen sus precios en alza y los ingresos provinciales transitan el mismo camino ascendente, pero el futuro es impredecible y graves serán los problemas para Roca si una crisis se presenta ante gobernantes proclives a que la plata queme entre sus manos.

Y aquí el balance arroja el segundo punto clave. El gasto del municipio creció 10.141.073,41 pesos con relación a los 16.558.745,89 pesos utilizados en 2003 y en esa salida de caudales los sueldos y obligaciones con el personal mantienen un indiscutido primer lugar, ascendiendo a 10.908.995 pesos. Es decir, las obligaciones con los empleados representan el 40 por ciento de todos los pagos realizados.

Si sumamos al análisis que el Ejecutivo ya considera inevitable un aumento de sueldos, más allá del presente fuera de la agenda que tiene la discusión y de las concesiones que proponga al reformar el Estatuto, el horizonte para este rubro se advierte con más pronóstico de tormenta que de sol radiante.

En tanto, es cierto que la inversión en obras públicas pasó de 300.000 pesos a casi 5,5 millones en un año, pero lejos quedó la cifra de lo que hubiese sido una buena justificación para el incremento en el volumen de erogaciones, ya que apenas representa la mitad de lo que la comuna utiliza para los haberes de los estatales.

Claro está que el intendente Carlos Soria se respalda hoy en el gobierno nacional para completar el esquema de nueva infraestructura, exhibiendo como propios numerosos proyectos que cuestan millones de pesos y en los cuales el municipio sólo aporta una pequeña o nula porción de los fondos.

Y es aquí donde los roquenses deben estar atentos y exigir garantías al Ejecutivo local.

Porque de aquí a fin de año se escucharán anuncios e incluso vendrá el presidente Kirchner a prometer mejoras, pero a nadie se le escapa que la luna de miel bien puede terminar en divorcio cuando en Río Negro se doble el codo y comience la verdadera carrera electoral hacia el 2007.

Soria insiste en buscar nuevamente la gobernación. El senador Miguel Pichetto asegura que tiene el aval del presidente y sentirá más cerca la candidatura si en octubre próximo Julio Arriaga se convierte en diputado.

¿Cómo atenderán en Buenos Aires al intendente «rebelde» que no quiere resignar sus aspiraciones? Seguramente no como hoy.

Por eso no estaría mal demandarle ahora al jefe comunal que así como fue el primero en respetar estrictamente la Carta Orgánica para la aprobación del balance y presupuesto sea también el primero en planificar un desarrollo estratégico serio para la ciudad, basado en las posibilidades económicas reales de un municipio.

Claro, para conseguir este objetivo indefectiblemente deberá cambiar sus prioridades a la hora de usar el dinero.

 

Hugo Alonso

halonso@rionegro.com.ar


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