Andrés Calamaro en Neuquén: “La rebeldía del rock está puesta en gustar y ofender, sin piedad para los apóstoles de la moral puritana”
Andrés Calamaro regresa a Neuquén para el tramo final de su tour “Agenda 2023”, que presentará mañana por la noche en el estadio Ruca Che. En un diálogo con Río Negro, se refirió al show que ofrecerá aquí, habló de música, de su música, su rol como cantante y lo que vendrá.
Andrés Calamaro vuelve a Neuquén sin la excusa de un disco nuevo, sólo para celebrar su rico y abundante cancionero que hace que cualquier setlist posible sea una antología de himnos y hits inoxidables del rock argentino. Porque, como le dijo a Diario RÍO NEGRO en un interesante intercambio de mails, “son muchas canciones juntas y celebradas por el público soberano”.
Lo último suyo en estudio se remonta a 2018, cuando editó “Cargar la suerte”. Le siguieron “Dios los cría”, una exquisita revisión por su cancionero junto a una lista de invitados tan heterogénea como su propia música, con nombre que van desde Julio Iglesias (“Bohemio”) y Raphael (“Jugar con fuego”) a Sebastián Yatra (“Paloma”), Lila Downs (“Estadio Azteca”) y León Gieco (“Mi bandera”). Este año, en junio, editó ”Razmatazz”, el rescate de un registro en vivo de una actuación en la legendaria sala de Barcelona durante la gira presentación de On The Rock en 2010. Pero, como dirá aquí, pronto vendrá más música nueva.
Neuquén será, este sábado, a las 21, la última escala de una gira que lo tuvo activo durante buena parte del año y a la que dio en llamar “Agenda 2023”. Los más recientes shows fueron hace justo una semana, el miércoles y jueves pasado en el Movistar Arena y fue fantástico. Lo será también aquí en el estadio Ruca Che (Antártida Argentina 3901, Neuquén). Las entradas, desde $40.000, en venta por sistema entradauno.com.
Ser recordado por un puñado de canciones no está mal pero no debería conformarme con eso».
Andrés Calamaro
Amigo de las sustancias durante años, Andrés Calamaro está limpio. Y lo está desde hace tiempo. “Los excesos y yo nos reímos de las cosas que hicimos juntos, horrorizados. Estamos separados hace muchos años y no tenemos relaciones, ni cordiales”, le decía hace unos meses al periódico español El Confidencial. Se nota en su música, pero, sobre todo, en el cantante que es y que a decidido ser de un tiempo a esta parte.
Para esta entrevista con Diario RÍO NEGRO, Calamaro propuso hacerla por escrito y que sólo se hable de música, de la suya o de cualquiera, pero de música. O, lo que es más o menos lo mismo, de política no.
P: ¿Cómo será el show que veremos en Neuquén?
R: Neuquén va a ser el último del año, dudo que podamos resistir una cierta nostalgia y alivio; vamos con Mariano Dominguez, Martin Bruhn, Julian Kanevsky y Germán Wiedemer, un dream team. Vamos a dejar todo en el escenario.
P: Cómo pensaste el repertorio que escucharemos, qué te está interesando mostrar de tu amplísimo cancionero en este momento?
R: Este año armamos un repertorio “muy cantado”, sin improvisaciones de free jazz, con pocos momentos de amplitud psicodélica y sin presentar un disco, son muchas canciones juntas y celebradas por el público soberano.
P: Tu último registro de estudio es “Dios los cría”, un disco en el cual revisitás tus composiciones, incluidas las de tu primera etapa solista, junto a una lista bien heterogénea de voces, estilos y generaciones. ¿Qué buscaste al trabajar esas canciones de registros diferentes a los originales, junto a cada intérprete elegido?
R: Seré sincero, estábamos en el estudio y no sabíamos para qué. Luego de unos días grabando con el trío de Latin Jazz pensamos en grandes voces cantando con este registro, llamamos a Carlos Narea, grabamos más repertorio y esperamos a los artistas. Un privilegio y un honor escuchar estos versos cantados por semejantes artistas. Antes de Dios Los Cría giramos dos años con trío de piano, contrabajo y percusión, los duetos son una expansión sublime de la gira.
P: ¿Tenés pensado editar música nueva próximamente en formato, teniendo en cuenta que el último disco fue “Cargar la suerte” en 2018?
R: Sí, tenemos una grabación programada para después de la gira, un desafío para cualquier cantor o cantante, algo que vengo estudiando y eligiendo. De momento me inclino por no revelar mas contenidos porque no empezamos las grabaciones.
«Aprendo todo el tiempo, cantar tiene sentido si creemos en mejorar el siguiente recital, en tiempo real».
Andrés Calamaro
P: Sos un compositor que no se ata a ningún género, más bien todo lo contrario, te caracterizás por tu generosidad al momento de abrir el juego musical. ¿Qué sonidos o estéticas musicales te interesan o te están generando curiosidad actualmente?
R: Caramba, no soy un divulgador musical que guste de revelar el algoritmo propio, son mis recetas casi secretas. Últimamente me interesan mucho Kendrick Lamar, Toots & The Maytals, Lebron Brothers, Dillon y Ke Personaje.
P: Visto y considerando que el rock jamás morirá, (Beatles y Stones siguen editando música nueva), cómo ves el estado actual del género desde lo musical?
R: En América Latina el rock es importante y el rock de Argentina interesa, hay más afición que nunca, mas giras de grupos nuestros y mayor interés. Comparar discos actuales con otros que ya reconocemos como clásicos es injusto no obstante supongo que el rock, en América y fuera de las formas prosaicas, influye en otros géneros como el hip hop, ritmos subtropicales o pop de índole menos rockera prosaica, compartimos épocas y más cosas, las guitarras amplificadas ya forman parte de todo. En Argentina es así y en otros países también, el rock resiste en salas de ensayo y se cuela en otros estilos así como otros estilos también forman parte del rock a secas, como el reggae, el hip hop, la subtropicalia o la canción de autor. Los Rolling Stones, como Motorhead, demuestran “científicamente” que el rock es incurable y se puede tocar toda la vida mientras dure.
P: ¿Dónde ves que te está puesta hoy la rebeldía y la irreverencia, tan propia del rock en su momento?
R: En gustar y ofender, sin piedad para los apóstoles de la moral puritana, de donde vengan. Margen para gustar y ofender, lo tenemos. El punto, según creo, es apuntar hacia arriba, dudar de la actualidad según se nos presenta, discutir las agendas que proponen diluir la cultura grande. Refrescar la rebeldía, rebelarse a la nostalgia y a las corrientes de opinión, ser ovejas negras.
P: Cómo o dónde sentís que estás dentro de eso que llamamos rock?
R: Bastante arriba, antes viajábamos 25 horas en micro para tocar en pueblos que ya no existen, si pedíamos un whisky importado volvíamos debiendo plata. En esta gira, que casi concluye, nos sentimos bien tratados, como profesionales. Personalmente estoy encantado porque recibo puras muestras de afecto y gratitud y me siento reconocido en la comunidad musical.
P: La escena indie argentina de estos últimos 15 años está marcada por un cierto tipo de sonido pop que remite al pop argentino de los 80, a su estética e incluso a los modos de cantar, coincidís? ¿Ves allí un merecido rescate de parte de las nuevas generaciones a una escena de la que fuiste protagonista?
R: No lo sé. No me consta que el “independiente” responda a un solo patrón sonoro y conceptual. Lo asocio mas con las distorsiones y el postpunk o con electrónica de retro vanguardia, más definido por el sonido de Los Planetas, psicodélico y distorsionado. Los sonidos de los años ochenta deberían seguir vigentes al rebufo de Virus, Riff o Patricio Rey.
P: ¿Cómo ves hoy aquellos discos tuyos de los 80 que marcaron tus inicios solistas? ¿Sentís que merecieron mejor suerte?
R: Una década es mucho tiempo, creo que debería haber esperado más tiempo antes de grabar discos propios. En aquella época no era un artista musical, me estaba encontrando como cantor, mejoraba en el estudio. Creo que aquellos discos tuvieron la suerte que merecían.
P: Se te nota mejor cantante, una impresión personal por cierto, ¿fuiste en estos años profundizando esa beta particular dentro del cantautor que sos?
R: Sí, claro. Aprendo todo el tiempo, cantar tiene sentido si creemos en mejorar el siguiente recital, en tiempo real. Lo mismo en el estudio que en vivo, inconformistas. Ahora más cantor que autor y me parece bien porque siempre fui un músico aspirante y el canto es un instrumento solista comprometido. Y porque giramos mucho.
P: Después de tantos años escribiendo y componiendo, ¿creés que hay un modo Andrés Calamaro de canción, un canon propio por así decirlo?
R: No creo, no es imprescindible la canción en el rock, hay más cosas y otros registros eléctricos. Tampoco me voy a quejar de haber escrito canciones buenas que tanta gente espera escuchar, personalmente soy mas rockero o jazzero, prefiero otro tipo de imanes musicales más ásperos. Ser recordado por un puñado de canciones no está mal pero no debería conformarme con eso, creo que soy la suma de todo lo que hice y hago, incluso la música en vivo o grabaciones atrevidas o no escuchadas por nadie o casi nadie. Tampoco me creo tan bueno como autor de canciones, soy más versátil, las canciones de cuatro acordes son uno o más episodios, un período.
P: Más allá de “Paracaídas y vueltas”, tu libro de corte autobiográfico, te interesan otras formas de escritura?
R: Sí, hice intentos poéticos y un guión de cine bastante completo. Paracaídas no es una biografía prosaica por suerte, tiene un indice atractivo y contempla otras cosas además de contar mi vida, no me atraen las biografías. Soy un periodista frustrante.
P: En cualquier caso, ¿qué será lo próximo de Andrés Calamaro?
R: Una semana más de gira, la última del año, y a casa. A esperar sin prisas la próxima misión.
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