In memoriam Jorge Edwards

Desde Viedma, María del Pilar Vila, doctora en Letras y escritora, despide al escritor chileno, con quien compartió charlas, y sobre quien escribió dos libros. Un adiós que es también un homenaje.

El 17 de marzo de 2023 murió en Madrid, donde pasaba largas temporadas, Jorge Edwards. El escritor chileno había nacido en 1931 en Santiago de Chile. Heredero de una familia notable (aunque él decía que era de los “Edwards pobres”) incursionó desde muy joven en la literatura, contraviniendo los mandatos familiares lo que llevó a Pablo Neruda a decir la célebre frase: “Ser escritor en Chile y llamarse Edwards es muy difícil. Usted lo va a ir sabiendo”.

Había estudiado derecho y fue diplomático de carrera. Abrió la embajada de Cuba durante el gobierno de Salvador Allende, jugó al golf con Fidel Castro y fue declarado ‘persona non grata’ por el cubano cuando supo de sus vínculos con escritores que no adherían a la Revolución. Con frecuencia decía que además, había tenido el privilegio de ser expulsado de Chile por A. Pinochet.

En 1952 publicó su primer libro de cuentos, «El patio». Se trata de una serie de relatos en los que comienzan a perfilarse sus intereses: mirar críticamente la clase a la que pertenece -sin abandonarla-, dejando a la vista la decadencia de la misma y cuestionar y observar minuciosamente a la familia, en particular haciendo notar sus silencios y ocultamientos. Estos temas no lo abandonarían nunca, al igual que el valor que le otorgó a la memoria.

Estuve con él en dos oportunidades. En su casa frente al cerro Santa Lucía, corazón de la chilenidad, y en Murcia en ocasión de un homenaje a los Cervantes, en alusión a quienes había recibido ese prestigioso premio en lengua española. En esa ocasión se encontraban, además de él, Guillermo Cabrera Infante y José Hierro. Volví a vincularme con Edwards en ocasión de pedirle autorización para publicar unas cartas de él con distintos escritores, que están depositadas en el Department of Rare Books and Special Collections de la Universidad de Princeton (USA). Con tremenda generosidad me dio la autorización, mediada por la inestimable colaboración de su hija Ximena. A partir de ese momento mantuvimos varias charlas telefónicas en las que me contó de sus proyectos. Su entusiasmo casi juvenil me producía una sana envidia. Me habló de la preparación de dos libros, uno de sus memorias (sería el tercer tomo) y otro, una novela que, según me dijo, se llamaría «El perro de la tía Fanny». Notable ensayista usó ese género para hablar de la ciudad natal y de sus deudas

literarias. De su vasta producción, destaco dos libros «Adiós, poeta…» y «Persona non grata» porque creo que se trata de sus testamentos literario y político, respectivamente. Si bien tuvo una compleja colocación en el canon literario y una no menos compleja relación con la literatura chilena, su obra, extensa como su vida, constituye un reservorio literario, cultural y político insoslayable.

Viedma, 18 de marzo de 2023

María del Pilar Vila

(*) Dra. en Letras (UNLP), autora de Las máscaras de la decadencia. La obra de Jorge Edwards y el medio siglo chileno, Beatriz Viterbo Editora, 2006 y de Jorge Edwards, custodio de la memoria. Editorial Biblos, 2021.


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