“Es con todos”, y también con el Fondo

Lejos de estas euforias, la realidad recuerda que los compromisos internacionales de la Argentina se extenderán por un largo tiempo y bajo cualquier gobierno. La ilusión en el corto plazo es que el acuerdo consolide la estabilidad económica y lo impulse a la reelección. Pero nada importará si Vidal no retiene la provincia de Buenos Aires.


Cuando Jair Bolsonaro visitó a comienzos de junio el país -su primer viaje como presidente del Brasil- pidió a Dios “que ilumine a los argentinos” para que rechacen el populismo. “Nadie quiere otra Venezuela en la región y creo que la libertad y la democracia deben hablar más fuerte en las elecciones”, dijo entonces. No era la primera vez. Pero ahora lo hacía en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Un explícito acto de intervención en los asuntos internos de otro país que no pareció generar ninguna inquietud en el gobierno (y tampoco en la oposición). Una alta fuente de la Cancillería lo interpretó como un rasgo de época cuando fue consultado por esta columna: “No hay nada de qué preocuparse. Hoy todo el mundo quiere que le digan las cosas más claramente”.

Se advierte en el gobierno una creciente revalorización de la figura de Bolsonaro. La emergencia del líder de ultraderecha en Brasil le ha venido permitiendo al presidente Macri consolidar su imagen moderada entre todos sus socios de la región. Bolsonaro “suaviza la imagen del presidente”, según la expresión de un funcionario clave, del primer piso de la Casa Rosada. Hoy además se lo ve como una “oportunidad” en la relación entre los dos países que en la Cancillería no dudan en comparar con la que construyeron Alfonsín y Sarney a mediados de los 80.

Un acontecimiento, en el que los dos principales socios han acordado recrear los “fundamentals” del proceso de integración del bloque y su apertura al mundo. Todas estas cosas eran dichas antes de la firma del histórico acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea del viernes en Bruselas, en la que los dos presidentes se anotaron el principal logro de política exterior de su gestión. Se podrán imaginar a partir de ahora.

El acuerdo de Bruselas aún tiene un largo camino por recorrer entre negociaciones arancelarias y ratificaciones de los parlamentos de 32 estados. El tiempo hablará. Pero no hay duda de que representa un fuerte mensaje en favor del libre comercio en una época dominada por el sesgo proteccionista trumpeano.

Si sorprende que este acuerdo haya sido alcanzado con un nacionalista como Bolsonaro en el Planalto, hay que decir que fue resultado de la tenacidad Paulo Guedes, su ministro de Economía, el hombre clave que permitió ordenar el Mercosur para reencaminar las negociaciones con los Veintiocho. Un aliado inesperado de la Argentina de Macri.

Lejos de estas euforias, la realidad recuerda que los compromisos internacionales de la Argentina se extenderán por un largo tiempo y bajo cualquier gobierno.

La visita del responsable del hemisferio occidental del FMI, Alejandro Werner, al designado candidato a presidente Alberto Fernández confirmó la consigna kirchnerista “Es con todos”. También es con el Fondo Monetario. Fernández ratificó al enviado de Christine Lagarde que un nuevo gobierno kirchnerista cumplirá con los acuerdos con el organismo, pero anticipó que propondrá una renegociación del stand-by firmado por Macri. El resultado será más años de monitoreo del Fondo.

Lo mismo le planteó a Werner Roberto Lavagna, quien volvió a reclamar que Macri inicie ya ese proceso, ante la imposibilidad de hacer frente a los vencimientos que enfrentará el próximo gobierno. Algunos analistas explican que esta incertidumbre sobre la deuda -bien leída es una certeza- explica que el riesgo país se mantenga encima de los 800 puntos en un escenario de general tranquilidad de los mercados.

La ilusión de Macri en el corto plazo es que el acuerdo con la UE consolide la estabilidad económica y ayude a impulsarlo hacia la reelección. Pero nada importará si María Eugenia Vidal no retiene la provincia de Buenos Aires. No hay quien sepa responder cómo enfrentar el desafío que aguarda a la gobernadora.

Las encuestas la ubican por encima de Axel Kicillof, pero la intención de voto se derrumba cuando el que es medido es el presidente. Vidal no ha podido lo que sus pares radicales de Mendoza y Jujuy y su suerte quedará atada el 27 de octubre, en una única vuelta, a la de la boleta de Macri. Las PASO de agosto dirán cuál será el tamaño del reto.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios