Escribana barilochense, a juicio por presunta estafa con terreno

BARILOCHE (AB).- El juez Martín Lozada elevó a juicio la causa en la que están imputados Adriana Serenelli, una escribana de esta ciudad, y Rubén Gunckel, como presuntos autores del delito de estafa en la venta de un lote a una pareja que pagó 30.000 dólares por el inmueble. La acusación fiscal atribuyó a Serenelli y a Gunkel un hecho que sucedió a partir de junio de 2008, cuando la pareja se contactó con un hombre que había publicado un aviso de venta, por 40.000 dólares, de un lote ubicado en las calles Ojos del Salado y Los Pinos del barrio Melipal de Bariloche. El vendedor aseguró a los interesados que el terreno era de un conocido, que los papeles estaban en regla y en condiciones de escriturar. Y cuando resolvieron comprar el lote, el hombre les indicó que tenían que hacer una reserva en la Escribanía Serenelli, en calle Morales 586 de esta ciudad. Allí la pareja se encontró el 8 de octubre de 2008 con Gunckel, quien se presentó como el dueño del terreno. El fiscal señaló en la acusación que Serenelli participó de esa reunión y manifestó a los interesados que debían pedir los certificados del lote a Viedma. Dijo que una vez que los recibiera, en 40 o 45 días, podían firmar el boleto de compraventa. La pareja entregó entonces 4.000 dólares a Gunckel en concepto de reserva. Después acordaron que en parte de pago entregarían un vehículo Renault Scenic, valuado en 10.000 dólares y 16.000 dólares en efectivo, lo que sumaba 30.000 dólares. La pareja se comprometió a pagar los 10.000 restantes al momento de escriturar. El 19 de noviembre de 2008, según la acusación, se reunieron en la Escribanía y en presencia de la notaria firmaron el boleto de compraventa confeccionado por Serenelli, con el convencimiento de que Gunckel era el titular del lote. Por eso entregaron los 16.000 dólares y los papeles del auto al hombre. Luego la pareja advirtió que en el boleto de compraventa se hacía referencia a un poder de Gunckel, quien no constaba como dueño del terreno comprado. Y finalmente se enteraron de que el lote que habían comprado era de otra persona.


BARILOCHE (AB).- El juez Martín Lozada elevó a juicio la causa en la que están imputados Adriana Serenelli, una escribana de esta ciudad, y Rubén Gunckel, como presuntos autores del delito de estafa en la venta de un lote a una pareja que pagó 30.000 dólares por el inmueble. La acusación fiscal atribuyó a Serenelli y a Gunkel un hecho que sucedió a partir de junio de 2008, cuando la pareja se contactó con un hombre que había publicado un aviso de venta, por 40.000 dólares, de un lote ubicado en las calles Ojos del Salado y Los Pinos del barrio Melipal de Bariloche. El vendedor aseguró a los interesados que el terreno era de un conocido, que los papeles estaban en regla y en condiciones de escriturar. Y cuando resolvieron comprar el lote, el hombre les indicó que tenían que hacer una reserva en la Escribanía Serenelli, en calle Morales 586 de esta ciudad. Allí la pareja se encontró el 8 de octubre de 2008 con Gunckel, quien se presentó como el dueño del terreno. El fiscal señaló en la acusación que Serenelli participó de esa reunión y manifestó a los interesados que debían pedir los certificados del lote a Viedma. Dijo que una vez que los recibiera, en 40 o 45 días, podían firmar el boleto de compraventa. La pareja entregó entonces 4.000 dólares a Gunckel en concepto de reserva. Después acordaron que en parte de pago entregarían un vehículo Renault Scenic, valuado en 10.000 dólares y 16.000 dólares en efectivo, lo que sumaba 30.000 dólares. La pareja se comprometió a pagar los 10.000 restantes al momento de escriturar. El 19 de noviembre de 2008, según la acusación, se reunieron en la Escribanía y en presencia de la notaria firmaron el boleto de compraventa confeccionado por Serenelli, con el convencimiento de que Gunckel era el titular del lote. Por eso entregaron los 16.000 dólares y los papeles del auto al hombre. Luego la pareja advirtió que en el boleto de compraventa se hacía referencia a un poder de Gunckel, quien no constaba como dueño del terreno comprado. Y finalmente se enteraron de que el lote que habían comprado era de otra persona.

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