“Estafadores y avivados”

Después de tantos años de información a través de las redes sociales, instrumentos públicos, asesoramiento profesional y bibliografía diversa, parece mentira que aún sobrevivan en el competitivo mercado de la compraventa de vehículos personas que continúen cayendo en las redes de estafadores y avivados. En efecto, mi experiencia como gestora no sólo se circunscribe en la práctica de documentar un dominio, entre otras tareas, sino también el seguir viendo, lamentablemente, la caída de sujetos que deberían –a esta altura de sus vidas– saber sin excusas de por medio cómo funciona el sistema de control sobre la adquisición, transferencia y venta de rodados. El que compra también suele ser cómplice cuando se presta a maniobras a todas luces turbias, como podría ser la de jugar con reglas poco claras o basadas en “códigos” de honor y palabras dadas… O sea una estafa en puerta. A fines de septiembre pasado, uno de mis clientes adquirió un vehículo cuyo valor rondaba los 63.000 pesos. Viendo que el informe de dominio de dicho vehículo no se encontraba disponible, y contra mis consejos, de todas formas realizó la operación, que resultó efectiva sin mediar oficina de Registro o escribanía alguna. Al pasar los meses, se descubrió que el mencionado rodado no sólo estaba prendado, sino que se encontraba en la fase judicial de embargo, debiendo el adquirente erogar una suma de 90.000 pesos, más los servicios jurídicos y costas judiciales. Una vez enterado de su situación, la reacción de mi cliente no fue la de quien se da cuenta de su propia torpeza y “calentura” por el apremio de adquirir un vehículo, sino la de trasladar sus responsabilidades al respecto sobre mi gestión, la cual en todo momento se basó en la información y la advertencia sobre los hechos que finalmente ocurrieron. Sorprende que estafadores y avivados continúen saliéndose con la suya, especialmente cuando su único mérito no es justamente planificar una estafa, sino que las mismas víctimas son las que solas se meten la soga al cuello, complacientes y seguros de haber hecho un buen negocio. Es como si un “pichón” se pusiera en la mira del cazador, con premio y todo. Aconsejo, a través de esta carta, a todos aquellos posibles compradores de un vehículo, o bien que se asesoren a fondo con un gestor o que al menos se informen del historial de lo que están por adquirir. Saber antes de comprar es una regla que creía que ya estaba consabida para todos, pero al parecer siempre existen excepciones necias a la regla. Verificar el vehículo. Ver con un mecánico si el vehículo anda (excepto que compren partes). Que los números coincidan con el motor y sus partes. Nunca dar dinero sin antes firmar los papeles en un escribano u registro. Si da el dinero, por favor firme un documento legible. Que el vehículo tenga la documentación auténtica. Asesórese con personas idóneas. Gabriela Espinosa, DNI 27.640.713 Senillosa

Gabriela Espinosa, DNI 27.640.713 Senillosa


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