Estudian el impacto de la prospección sísmica en las áreas marinas protegidas

Parques Nacionales en conjunto con el Conicet realizaron una toma de mediciones de las onda que se usan en la búsqueda de hidrocarburos. Estudian si las ondas generan efectos en la fauna. Los trabajos se centraron en la zona cercana a las Islas Malvinas.

La Administración de Parques Nacionales finalizó la campaña de relevamiento acústico de la prospección sísmica, por medio de la cual analizarán el impacto que esta actividad de la exploración offshore tiene en la fauna marina.

El estudio se centró en una de las tres grandes áreas marinas protegidas que existen en el mar argentino, el área Namuncura – Banco Burdwood, una zona que se encuentra cercana a las concesiones de exploración que fueron otorgadas en la Ronda 1 del offshore realizada en 2019. La campaña de relevamiento acústico comenzó el 27 de febrero y terminó el pasado sábado 6, por medio de la cual se tomaron los registros que ahora comenzarán a ser analizados.

El área Namuncura – Banco Burdwood se ubica entre las Islas Malvinas y la Isla de Los Estados. Allí hay una vasta zona marina protegida que alberga por ejemplo corales de agua fría y que es frecuentadas por diversas aves y mamíferos marinos.

La referente de Áreas Marinas Protegidas de Parques Nacionales, Mercedes Santos, explicó a la radio LU5 que los barcos que realizan las tareas de prospección sísmica como parte de la exploración en la búsqueda de hidrocarburos “tienen unos cables que transmiten un sonido que se transforma en una onda que pega en el lecho marino y eso se recoge con un hidrófono para evaluar si hay hidrocarburos en el lecho. Pero esas ondas pueden impactar también a los mamíferos que utilizan también ondas para navegar, para orientarse”.

Estos trabajos de prospección se realizan dentro de las áreas asignadas dentro de la Ronda 1 del Offshore y el más cercano se emplaza a unos 80 kilómetros de distancia del área Namuncura.

El dato

80 kilómetros
es la distancia entre el área donde se hizo la prospección sísmica y la zona protegida.

En esa licitación el gobierno nacional otorgó 18 concesiones de exploración en las cuencas Malvinas Oeste, Argentina Norte y Austral, que implicaron compromisos de inversión de 724 millones de dólares. De momento la exploración de los bloques está frenada precisamente por la falta de resolución de los estudios de impacto ambiental.

“Queremos estudiar si llegan y con qué intensidad estas ondas al área marina protegida”, indicó Santos y señaló que “las prospecciones ahora están una distancia de 80 kilómetros pero qué pasaría si algún día se habilita la actividad pegada al área marina protegida”.

Es por esto que el objetivo del relevamiento es conocer si es necesario generar una zona de amortiguación respecto a las áreas naturales marinas protegidas, ya que Santos enfatizó que “queremos saber cómo llega el sonido a la reserva, si es muy alto y puede dañar o no a la fauna, como a las ballenas que utilizan ecolocalización para navegar”.

La toma de datos finalizó y ahora se inicia el procesamiento de la información.

El estudio se realizó a bordo del guardacostas Prefecto García de la Prefectura Naval Argentina e incluyó investigadores de Parque Nacionales, de la fundación Cethus, y del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) del Conicet. Además se contó con el apoyo de Aves Argentinas, Wyss Foundation y Whale and Dolphin Conservation.

Entre la tripulación se incluyó en este relevamiento a un grupo de investigadores formados por biólogos observadores de aves y mamíferos, un ingeniero que estuvo a cargo de la operación de los hidrófonos, y otros biólogos que realizaron mediciones de las condiciones del mar.

Santos detalló que lo que se realizó fue la toma de datos “que sirven para alimentar un modelo cuya construcción lleva un tiempo de 6 meses. Y a partir de ahí estarán los resultados”. Según explicó “la batimetría o geografía marina, la salinidad, la temperatura y las corrientes pueden afectar la dispersión del sonido”.

Y señaló que es por ello que “todas esas son las variables que ponemos en el modelo sumado a estos datos empíricos tomados en el mar para obtener los resultados”.

Santos explicó que “el lecho marino no es uniforme, el área marina protegida Namuncurá – Banco Burdwood está conformada una parte por una meseta, una zona de baja profundidad, y otra zona inmediatamente después de mucha profundidad. Esto es lo que nosotros también medimos, si es lo mismo cómo llega el sonido a un área de 200 metros de profundidad o a una mucho mayor”.

Desde Parques Nacionales se advirtió que no corresponde a ese organismo avalar finalmente los permisos de prospección sísmica en la búsqueda de hidrocarburos, sino que se apunta a tener mayores conocimientos para que los organismos a cargo de la toma de esas decisiones puedan tenerlos en cuenta a la hora de resolver los permisos.
“Este es un primer conocimiento y esperamos poder realizar más estudios y campañas. Queremos tener el mayor conocimiento posible para que la toma de decisiones y la discusión se basen en hechos concretos”, resumió Santos.


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