Exhiben muestra por la vida que Allende iba a inaugurar día del golpe

Artistas y jóvenes chilenos lograron rescatar y exhibir hoy la muestra “Por la vida... siempre!” que el presidente Salvador Allende pensaba inaugurar el día del golpe militar de 1973, en un inconcluso llamado a evitar la tragedia de su país.

“Hace 20 años comencé a buscar los afiches, era algo personal”, evocó a dpa Mario Navarro, curador de la exhibición original que constaba de 18 grabados a mano, reproducidos en diversos tamaños.

“Había carteles pequeños y otros de dos por cuatro metros”, agregó Ricardo Brodsky, director del Museo de la Memoria, entidad donde las obras revivieron su llamado a detener “el fascismo”.

“Los tuve por años pero sin saber lo que eran, aunque intuía su importancia”, confesó Guido Olivares, el otrora joven que atesoró y viajó por Chile llevando los afiches amarillos, rojos y malva. “Los guardé en entretechos y pensiones de estudiantes”, recordó.

Olivares, quien cree que los afiches anticiparon lo que sucedió bajo la dictadura de Augusto Pinochet, recibió las obras de su padre, Teobaldo, profesor de la sureña ciudad de San Fernando.

“Efectivamente, mandamos copias de los afiches a regiones, para organizar más muestras”, coincidió Navarro que en 1973 era encargado de extensión de la Universidad Técnica del Estado.

La historia, cruzada por la leyenda de que Allende pensaba llamar en la inauguración de la muestra a un plebiscito para decidir su continuidad en el poder y evitar el golpe, retomó sus senderos azarosamente.

Un profesor universitario, Mauricio Vico, comenzó a escribir la historia del afiche. Olivares supo la noticia e insistió en mostrarle las láminas que poseía, algunas ya roídas en sus esquinas.

Vico luego contactó a Navarro y ambos concluyeron que esos eran los afiches perdidos en 1973, los mismos que el cantante Víctor Jara y estudiantes trataron de defender antes que los militares los destrozaran, ocuparan la universidad y detuvieran a miles.

“Recuerdo, como si fuera ayer, la figura de dos soldados clavando sus bayonetas en un hermoso cartel de nuestra exposición”, narró Boris Navia, académico entonces de la Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de Santiago de Chile

“Con todos esos recuerdos, para mi fue muy emocionante volver a reunir a mi equipo y pintar de nuevo los afiches a mano, con la técnica de esos años”, añadió Navarro.

“Más aún que fuera mi hijo Mario el curador de la muestra ahora”, agregó.

Quizás por eso, la presentación de la exhibición reseña que la única certeza es que la historia es “un tinglado inestable, un lugar siempre provisional”.

dpa


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