Faltan achuras en las parrillas neuquinas
En especial riñón y chinchulines. Falta calidad en lo poco que se ofrece.
NEUQUÉN (AN) – Los clientes de las parrillas de la ciudad aceptan consumir el asado deshuesado pero no se resignan a que les saquen las achuras, específicamente chinchulines y riñón, que caracteriza los menúes de estos locales. Los propietarios indicaron que como consecuencia del corrimiento de la barrera sanitaria que impide ingresar ganado en pie desde el norte del río Colorado, se les ofrece achuras precocidas que no tienen calidad, porque cuando se los pone en la parrilla los chinchuilines “quedan como chicle” y los riñones “como un corcho”. Alfredo, de La Casa del Neuquén, explicó que el asado con hueso registró un aumento del precio mayorista de 36 a 50 pesos el kilo “y también aumentaron otros cortes sin hueso”. Graciela, de El Reencuentro dijo que “aumenta la carne con hueso y también nos cobran más caro el pollo, el fiambre y las pulpas”. En relación a las achuras aseguraron que al no haber oferta de ganado en pie para faenarse se hace más escaso conseguir las achuras frescas. “Lo que pasa que las precocidas no tienen calidad, en el frigorífico las sacan del animal y las tiran al agua caliente, ni siquiera las limpian”, explicó Graciela. El gobierno neuquino realizó el segundo relevamiento de precios en 36 carnicerías de Neuquén, Centenario, Plottier y Senillosa sobre 5 cortes sin hueso y 4 con hueso y adujo que detectó una disminución (ver aparte). Los precios por tenedor en las parrillas oscilan entre los 90 y los 120 pesos sin la bebida. Las achuras como las mollejas integran la oferta pero “a la carta” no en el menú normal que tiene una diversidad de carnes y que son los de mayor demanda. El matadero de Centenario disminuyó drásticamente la faena de ganado bovino y el resto de las plantas de faena de la provincia no producen en cantidad para abastecer el mercado de achuras. Por lo bajo los parrilleros aducen que tal como ocurre con el dólar que se lo restringe en términos de venta formal y surge el blue o paralelo, con la carne pasa lo mismo por lo que se verán obligados a incursionar en el mercado clandestino para abastecerse de este insumo crítico para este tipo de comercios. El mercado clandestino se abastece de la faena que no se registra en las plantas que tienen la inspección del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, Senasa, inclusive del norte del río Colorado.
Mollejas hay, pero sólo a la carta. No conforman el menú normal.
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