Fiesta de la Manzana: montañas de alimentos y mucha organización

Más de cincuenta grados de temperatura separan el afuera del adentro en las enormes cámaras de supercongelados donde desde hace al menos una semana se almacenan gran parte de los 20.000 kilos de alimentos que se consumirán desde hoy y hasta el domingo en la 47° Fiesta Nacional de la Manzana.

El termómetro marca -25° en el interior de los galpones que guardan separadamente hamburguesas o frutos rojos o helados u otros alimentos que deben permanecer congelados hasta el momento de su cocción o consumo. El piso de cemento cruje al caminar sobre la finísima película de hielo que se forma. Los empleados parecen vestidos para trabajar en la Antártida. Afuera, el sol valletano ya hizo subir la columna de mercurio a 34°.

Estamos en la firma Cedisur, una de las empresas de Roca adjudicataria de la provisión de insumos para los 34 puestos de comidas que desde hoy se abrirán al público asistente al predio de la Ruta 22.

Guillermo Avaca informó que un camión con refrigeración autónoma y compartimentado para supercongelados (-18°C) y refrigerados estará ubicado adyacente a la fiesta para entregar los insumos a demanda de cada puesto y mantener así la cadena de frío hasta el final.

Allí habrá lo necesario para preparar o servir 38.000 panchos, 30.000 conos de papas fritas, 29.000 hamburguesas y lomos, 3.000 cafés, 10.000 helados y hasta 8.000 porciones de comida gourmet, incluso opciones veganas.

“Hemos ido generando una base logística operativa que sea como pasar el centro de distribución a la propia fiesta” dice Avaca acerca de la experiencia acumulada después de más de 20 años de acompañar como proveedores de alimentos a la Fiesta de la Manzana, donde ajustar los costos para participar y salir airosos de las sucesivas licitaciones es una ecuación fundamental, lo mismo que la calidad del servicio para seguir siendo competitivos.

“Vamos midiendo ese equilibrio. Los que ponen los puestos valoran mucho que puedan descomprimir esa presión de tener que calcular cuánto van a vender, de tener que generar los espacios de frío para acopiar (freezers) y el respaldo hasta financiero para hacerlo (por el gasto energético y de eventual alquiler de equipos). Es lo más cerca a llegar a un ‘ondemand”.

“Tenemos una charla previa donde nos presentamos como proveedores y después personal nuestro va haciendo un repaso por todos los lugares para levantar pedidos. Ellos igual pueden acercarse a esa base operativa porque incluso armamos hasta un puesto de facturación”, explica Guillermo.

P. ¿Qué equipos y cuánto personal ponen en el predio?

R. “Un camión termo y unas 15 personas”.

P. ¿Y si se corta la luz?

R. “Con el camión nuestro no hay inconvenientes porque tiene un equipo dual: por un lado un motor eléctrico que está enchufado -le alquilamos a lo que antes era Pedro Villegas y Zanelatto, aclara- que han tenido una enorme predisposición y es el espacio que está pegado (al predio). Un motor funciona con electricidad y si se corta la corriente tiene uno que anda con el motor del camión. Lo ponemos en marcha y funciona el equipo de frío”.

P. ¿Cómo ha evolucionado la empresa después de tantos años junto a la Fiesta?

R. “Hemos evolucionado mucho y para bien. Cuando nos preguntamos cuál es el propósito de estar en una fiesta -más allá de tratar que sea sostenible desde lo económico o sea que no vayamos a pérdida- lo que a nosotros nos interesa es hacer una representación del Cedisur como manipulador de alimentos o comercializador, distribuidor habitual en un evento multitudinario porque en realidad esta lógica de generar esa confianza en quien después le vende al consumidor final, de mostrarte con empatía para interpretar las necesidades y las complicaciones que tiene, que a partir de ahí desarrolles una operación que tenga en cuenta sus complicaciones y sus riesgos. Eso es lo que se hace en la Fiesta de la Manzana pero lo hacemos todos los días con los dos mil quinientos clientes que atendemos en Neuquén, Río Negro y Buenos Aires.”

P. ¿Concurre personalmente a la Fiesta?

R. “Sí voy. La vivo desde ser parte del equipo proveedor de alimentos, la vivo como un roquense más, que va a escuchar y disfrutar de los espectáculos y ver el movimiento que hay”.