Una laguna escondida en el norte neuquino ideal para una escapada en Semana Santa

La laguna La Leche es una de las joyas ocultas de la Patagonia. Cómo llegar, el estado de los caminos y cuánddo conviene ir.

Laguna La Leche, una joya oculta en el norte neuquino. Fotos: Ricardo Kleine Samson

Esa manchita blanca que se ve en el cielo, es una nube, nos viene siguiendo y guiando desde quien hace quien sabe cuánto tiempo. Parece guardar el secreto de cómo llegar a uno de los lugares más bonitos y con una de las inmensidades más inmensas que hayamos visto, la laguna La Leche. Aquí, en el norte de esta provincia patagónica.

Laguna La Leche, una joya oculta en el norte neuquino. Fotos: Ricardo Kleine Samson

Allá, a lo lejos, se aclaran las chapas del techo de un rancho al que se llega por la huella que también ocupa una parte de la misma postal…

Fotos: Ricardo Kleine Samson

Bueno, ahí vive un paisano que había salido a buscar las vacas que se le escaparon a la veranada, don Gutiérrez…



allá abajo, cerquita del Neuquén que viene tan bajito este año. Es que hay tan poca agua y tan poco pasto que los animales salen a buscarlo a donde haya.



Fotos: Ricardo Kleine Samson

Es la belleza del lugar y la vida y las anécdotas de su gente que aún lo llenan de más vida lo que termina haciendo de toda esta inmensidad una maravillosa obra de arte que solo la vida ha podido construir… ¡Unica…!


Cómo llegar


Desde Andacollo son 116 km. Se debe llegar hasta Manzano Amargo (78 km, mitad asfalto, ripio en buen estado) desde allí, pongamos como referencia la oficina de turismo de Manzano Amargo, seguir por la misma ruta N° 54 de ripio en buen estado durante 28 km y, antes de cruzar un puente de madera sobre el río Neuquén, tomar el desvío a la derecha y allí empieza la aventura para llegar a esta maravillosa laguna. Hasta allí se puede llegar en cualquier vehículo.


Pero los próximos 15 km. se van complicando a medida que se avanza y se necesita más pericia que prepotencia en una camioneta que no necesita 4×4.

El camino es muy angosto y de una sola huella y bien de cornisa. Todo el camino es una belleza, pero los últimos 6 km son para asombrarse y detenerse a admirar esa imponente cordillera llena de mallines, rocas volcánicas, arroyos, pequeñas lagunas y tanta deslumbrante maravilla.

La época ideal para hacer este camino es a partir de mediados de febrero hasta mediados de mayo dado que hay que vadear el río Neuquén y ahora está muy bajo y sin inconvenientes. A partir de mediados de mayo llueve y nieva mucho y se torna peligroso.


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