Fracasa acuerdo por la Constitución de Irak

Pese a la intervención directa de George Bush, que presionó a los negociadores, los sunnitas siguen oponiéndose al borrador. Federalismo y la riqueza petrolera son los ejes de la discordia.

BAGDAD (AP).- El comité constitucional iraquí, dominado por los chiítas, enviará este fin de semana un proyecto de constitución enmendado al Parlamento a pesar de que la minoría sunnita rechazó un acuerdo propuesto, dijeron ayer los negociadores .

El presidente del comité, jeque Humam Hamudi, chiíta, dijo que «hubo acuerdo sobre las diferencias , incluido el problema del federalismo. Esto dará garantías a los sunnitas».

Pero los negociadores sunnitas dijeron que no aceptaron el documento enmendado y uno de ellos, Salé al Mutlaq, exhortó a los iraquíes a que rechacen el documento en el referendo previsto para el 15 de octubre, al advertir que «un futuro aterrador y negro aguarda a Irak».

Hamudi dijo que se imprimirán 5 millones de ejemplares de la versión final en árabe y curdo -designados en la nueva carta como idiomas oficiales- y distribuidos al público junto a las raciones mensuales de alimentos.

El hecho significó un revés para el presidente estadounidense George W. Bush, que trató de impulsar un acuerdo. Habló por teléfono con un importante líder chiíta, Abdul-Aziz al Hakim y exhortó a éstos a buscar acuerdos con los sunnitas en nombre de la unidad nacional.

Un proceso que debía reunir a las comunidades iraquíes en realidad parecía desgarrar el país.

A pesar de más de dos meses de conversaciones, el proceso se empantanó porque las facciones no se pusieron de acuerdo sobre asuntos fundamentales para el futuro del país. Estos incluyeron la identidad nacional, si Irak seguiría siendo un estado centralizado o una federación basada en factores religiosos y étnicos, y si los antiguos miembros del partido Baath de Saddam Hussein -sunnitas en su mayoría- podrían aspirar a puestos en el nuevo Irak.

El federalismo es un aspecto crucial: los sunnitas no sólo temen a un gigantesco estado chiíta en el sur sino a futuros intentos de los kurdos de extender su región a las zonas petrolíferas del norte, como han exigido. Eso marginaría a los sunnitas de la riqueza petrolera del norte y el sur. Más de un millón de sunnitas viven en zonas dominadas por los chiítas.

Al Mutlaq, el negociador sunnita, anunció a la televisora Al Jazeera el fracaso de las conversaciones después que los sunnitas estudiaron propuestas de acuerdos presentadas por los chiítas acerca del federalismo y las purgas de ex baathistas. Los sunnitas habían pedido que se demoraran las decisiones sobre estos asuntos hasta la elección de un nuevo Parlamento en diciembre, pero la oferta chiíta no satisfizo las demandas sunnitas.

Masivas protestas

En tanto, miles de sunnitas protestaron en la ciudad de Bakuba, 60 kilómetros al noreste de Bagad, en contra de la aprobación del borrador de la nueva Carta Magna que prohíbe la participación del Partido Baath que apoyaba al ex presidente Saddam Hussein. Algunos de los manifestantes portaban retratos del ex dictador Hussein, en tanto acusaban al actual gobierno iraquí apoyado por Estados Unidos de promover los intereses de los chiítas que respalda su vecino Irán. También algunas pancartas alertaban que la federalización de Irak «conduciría a la desintegración del país».

WASHINGTON (AFP).- Estados Unidos se niega a dramatizar ante el fracaso de los iraquíes en la búsqueda de un compromiso sobre su Constitución, que pone en evidencia sus dificultades frente al empantanamiento político, sinónimo de la escalada de la violencia en Irak.

Oficialmente, Estados Unidos declara que las negociaciones entre las comunidades chiíta, sunnita y kurda continúan y dicen mantener la esperanza de que los iraquíes logren un acuerdo, pero en privado algunos diplomáticos admiten el temor de que el proceso desemboque en una guerra civil generalizada.

«Esperamos que logren un acuerdo en los próximos días, somos optimistas», declaró un alto funcionario del departamento de Estado que solicitó conservar el anonimato. Pero contrariamente a lo sucedido en los plazos que se habían fijado antes los iraquíes, el 15 y el 22 de agosto, el presidente George W. Bush y la secretaria de Estado Condoleezza Rice se abstuvieron esta vez de pronunciarse oficialmente sobre la postergación indefinida de una reunión del parlamento iraquí prevista para aprobar el proyecto constitucional.

La prensa estadounidense establece un nexo directo entre las divergencias de sunnitas, chiítas y kurdos sobre la Constitución y el recrudecimiento de la violencia en Irak, que en las últimas 48 horas provocó un centenar de muertos.

En privado, algunos diplomáticos estadounidenses afirman que Washington mantiene un discurso positivo para neutralizar el efecto de los avances insurgentes. Pero oficialmente Washington afirma que no existe conexión entre los recientes ataques y las difíciles negociaciones sobre la Constitución. «No vemos un nexo directo. Los ataques aumentaron moderadamente en relación a la primavera. Pero es una tendencia (registrada) todos los veranos porque el clima es más favorable», afirmó el alto funcionario.


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