Guardería de la Isla Jordán contiene a 400 perros callejeros

CIPOLLETTI

La guardería canina de esta ciudad alberga unos 400 perros que fueron rescatados de la calle, muchos de ellos, abandonados por sus dueños. Sin embargo, sorprende la concientización que existe en la gente sobre la adopción de animales. Según cuentan sus cuidadores, muchas personas optan por dedicar parte del tiempo de los fines de semana para cuidarlos y brindarles cariño a los perros que esperan por un hogar.

Hace calor y cada uno de ellos tiene su recipiente con agua. Se puede observar una hilera de caniles que albergan a tres o cuatro perros, de acuerdo a su tamaño y carácter. Uno de ellos mete sus patitas dentro de un tacho de plástico con agua para refrescarse y pasar las altas temperaturas de los días calurosos.

La guardería canina se encuentra ubicada, desde hace unos ocho años, en la Isla Jordán. Antes funcionaba en el corralón municipal. Muchas cosas cambiaron en este último tiempo, según nos cuenta una persona del lugar.

“Casi todos los días llegan personas para adoptar un perro, anteayer adoptaron a uno”, dice uno de los cuidadores. Otra opción es el cuidado. “Algunos vienen los fines de semana para estar con ellos y brindarles cariño”, agrega.

Los perros hoy viven en mejores condiciones. Al menos tres personas se dedican al cuidado diario de los animales y son quienes los alimentan y los asisten cuando llega alguno por primera vez.

El secretario de Servicios Públicos de la ciudad, Francisco Jauregui, comentó sobre el cuidado que les dan a los canes que están en la perrera. “Ahora decidimos cambiarles la alimentación; hoy en día les damos alimento balanceado”, expresó el funcionario municipal.

El municipio destina 12.000 pesos mensuales para el cuidado de los animales que se encuentran albergados en la Isla Jordán. Las fundaciones protectoras de animales, como es el caso de Funpabia (Fundación para el Bienestar Animal), son las que administran el dinero y brindan la atención de los médicos veterinarios.

Jauregui explicó que, al ser un municipio no eutanásico, se opta siempre por el cuidado y protección de los animales. Cada quince días concurre un veterinario para controlar a los animales y es el que les aplica las vacunas correspondientes.

Para prevenir que se siga elevando la cantidad de perros abandonados, el municipio dispone de un programa de castración para regular la reproducción canina. Un camión visita los distintos barrios de la ciudad con un quirófano móvil que es atendido por veterinarios y ayudantes.

Hoy en día, la guardería canina se encuentra abierta a todo aquel que quiera visitarla y dedicar su tiempo a los perros que esperan ser adoptados.

Los animales abandonados por sus dueños tienen un refugio.


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